sábado, 13 de julio de 2024

El Ensayo de Ocho Patas y las sutiles jaulas para la mente

 

Via The Onion

El “Ensayo de Ocho Partes” es un modelo literario que se usó por siglos en los exámenes para acceder a cargos públicos. Se llama de ocho partes porque estaba así dividido de forma estricta en ese número de secciones: presentación, introducción, argumento, cuatro fases de elaboración del tema, y conclusiones. Se puede comparar a los modernos papers científicos que constan de partes igualmente definidas como abstract, antecedentes, metodología, resultados y conclusión.

Se le conoció con este nombre en las Dinastías Ming (1368–1644) y Qing (1644–1911) pero los exámenes para el servicio civil con este enfoque eran mucho más antiguos. El Ensayo de Ocho Partes era eminentemente humanístico y era un examen del conocimiento profundo de los libros clásicos del confucianismo, que incluían historia, comentario político, filosofía y poesía, a partir del cual el aspirante debía elaborar un ensayo acerca de un tema dado, y que debía mostrar al mismo tiempo erudución y un alto grado de estilización.

Obviamente, la gran ventaja de estos dificilísimos exámenes es que se hacía un énfasis muy fuerte en el mérito y conocimiento de los candidatos, pero por otro lado su alto nivel de estandarización y rigidez fue criticado a lo largo de toda su historia, por ser una “camisa de fuerza” para la creatividad, enfocándose en el “conocimiento aprobado”. Como muestra de estas críticas, aquí dos ejemplos interesantes:

 

El filósofo Chao Yuezhi (1059-1129) dijo:

“La Dinastía Qin quemó libros y ejecutó eruditos, pero más adelante se creó un método más efectivo. Se promovieron los libros clásicos pero se forzó una sola interpretación ortodoxa de ellos, y los eruditos eran ensalzados o humillados dependiendo de su adherencia a dicha visión aprobada. Así, los talentosos y estudiosos fueron convertidos en gente de visión estrecha e inflexible.”

 

Y el escritor Gu Yanwu (1613-1682) usó la misma imagen varios siglos después:

“El daño causado por el Ensayo de Ocho Partes es comparable a la quema de libros de la Dinastía Qin, y el número de gente talentosa que ha sido arruinada por su práctica excede por mucho a los 460 eruditos ejecutados en Xianyang.”

 

La inflexibilidad del ensayo, su extrema especialización y otros muchos de sus problemas, llevaron a que fuera finalmente abolido en 1905.

En términos más modernos, el escritor Noam Chomsky ha dicho cosas parecidas acerca de la misma situación pero en Occidente:

“La forma inteligente de mantener a la gente pasiva es limitar el espectro de las opiniones aceptables, pero al mismo tiempo promover la discusión dentro de ese espectro, incluso dando alicientes a la crítica y disidencia más fuerte. Eso da la sensación de que hay libertad de opiniones, mientras que en realidad las nociones básicas del sistema están constantemente siendo reforzadas.”

 

Es un poco como lo que pasa en el famoso libro de ¿Quién Se Robó Mi Queso?, en donde es cierto que los ratones protagonistas aprenden a adaptarse, a cambiar y a buscar nuevas fuentes de queso, pero al final ninguno de ellos sale nunca del laberinto donde viven.

 

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