lunes, 30 de enero de 2012

La Verdad


Un día, el rey preguntó a Buda cuál era la Verdad. Buda hizo traer un elefante y seis ciegos, que recibieron la instrucción de tocar el elefante y describirlo.

El que tocó las orejas lo describió como un ave enorme; el que tocó la trompa, describió al elefante como una gruesa serpiente; el que tocó las patas, como las columnas de un templo; el que tocó los colmillos, dijo que era como un par de sables hechos para un gigante; el que tocó la barriga, estaba convencido de que era como una ballena; y el que tocó la cola, persistía en describirlo como una soga que tenía vida propia.

Buda se volvió al rey y dijo, “Tanto tú como yo podemos ver que nada de eso es un elefante. Esa es la Verdad.”