viernes, 25 de junio de 2021

El atractivo sin límites de pedirte que des la vida

 

Reproduzco algunos fragmentos de un ensayo de George Orwell acerca del Mein Kampf (1924) de Hitler, publicado en 1940, cuando ya la guerra había comenzado. El punto principal del ensayo es que el libro en cuestión mostraba la visión del mundo de su autor de forma clara, y que tal visión era inflexible y no había cambiado en nada con los años.

Orwell dice que la gran fortaleza de Hitler es su mente absolutamente rígida, que produce una forma de ver el mundo que ni cambia ni se desarrolla: “la visión de un monomaníaco, impermeable a los vaivenes de las políticas del poder”, cuyos planes son, si acaso, afectados sólo en sus horizontes de tiempo pero no en su esencia.

Por ejemplo, Orwell menciona que la más alta prioridad de Hitler era destruir a la URSS para luego despachar a Inglaterra. En realidad tuvo que revertir el orden de estos planes, pero las prioridades quedaron inalteradas.

Pero para el autor, lo más importante de Hitler no son sus planes sino la mística que su persona evoca. Al considerarlo fríamente y con honestidad, Orwell llega a la conclusión de que “si pudiera acercarme a él, lo mataría en la primera oportunidad, pero no sentiría animosidad personal en su contra.” Esto, dice, es debido a que Hitler poseía un cierto encanto, cierta atracción “que incluso puede ser sentida al leer las páginas torpes del Mein Kampf, y que desde luego se manifiesta de forma abrumadora al verlo en vivo dando uno de sus discursos.”

Y continúa: “uno lo puede apreciar también al ver sus fotos... con esa cara de un hombre que sufre bajo el peso de injusticias que se apilan sobre él. A veces incluso reproduce la expresión de un Cristo crucificado, y no es de dudarse que él se vea a sí mismo de esa manera... Él es el mártir, la víctima: Prometeo encadenado a la roca, el héroe que se autoinmola y que lucha solo en contra de retos imposibles. Si luchara contra un ratón, ¡sabría cómo hacer que ese ratón tomara las dimensiones de un dragón! Uno siente, al igual que sintió ante Napoleón, que este hombre lucha contra el Destino mismo: que no puede ganar pero que de alguna forma, merece el triunfo. El atractivo de esta pose es enorme: la mitad de las películas épicas se basan en este tema.”

Orwell dice que Hitler tiene la intuición de que la gente no sólo desea confort, seguridad y bienestar; sino que también, a ratos, desea lucha y sacrificio, junto con tambores batientes, banderas que ondean en el aire crispado y juramentos de lealtad. El dictador ofreció a su pueblo “lucha, peligro y muerte” y éste respondió siguiéndolo con un entusiasmo fanático, olvidando su propio instinto de autoconservación. Así, si el mensaje está presentado adecuadamente en esa vieja épica de David y Goliat, el sentimiento se exacerba y causa un furor prácticamente irresistible. El mensaje inmediato y poderoso, que hipnotiza y cancela el raciocinio, es éste, según Hitler:

“Mejor terminar con horror, que tener un horror que nunca termina.”

La pregunta es, ¿cuánto tiempo dura el hechizo del mensaje, antes de que el horror te despierte?

 

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El artículo donde aparecen estos fragmentos, junto con un interesante comentario acerca de cómo los modernos autócratas siguen usando estos temas, es de Anjan Basu y aparece en The Wire. Además de los fragmentos de Orwell, sigo las premisas del artículo mencionado, que les recomiendo ampliamente leer, y que incluye una analogía con la imagen cultivada por Narendra Modi en la India de nuestros días.


 

Cómo argumentar decentemente

Para Emilio Lindosa

 

Daniel Dennett es un filósofo especializado en filosofía de la conciencia. En su nuevo libro, Intuition Pumps and Other Tools for Thinking, propone varias herramientas sencillas para pensar estructuradamente y argumentar con claridad, evitando falacias y sesgos cognitivos. Las herramientas son fáciles de asimilar, pero difíciles de usar siempre:

Aprende de tus errores

Quizá el consejo más obvio, el más fácil de decir y el más difícil de hacer. Sin embargo, si no se empieza por ahí no podemos llegar a nada: todos somos partícipes de la ignorancia, pero no tenemos por qué ser tan tercos ni tan soberbios para rehusar salir de ella. Es la piedra angular del método científico: si la observación contradice tu hipótesis, deja la hipótesis y sigue la evidencia.

Respeta a aquel con quien discutes

Argumenta siempre de buena fe: esto es una herramienta tanto lógica como retórica. No vas a lograr nada en un argumento si no logras que el otro te escuche, y no te escuchará si tomas una posición de superioridad o condescendencia, ni tampoco si estás siendo prejuicioso, mezquino o injusto con su posición. De hecho, es fundamental mostrarle que entiendes a cabalidad su postura.

No digas que algo es obvio

El decir “obviamente” para referirte a algo en lo que basas tu argumento, de inmediato lo debilita: no tiene por qué ser obvio para todo mundo, y menos en temas espinosos. Si dices “es obvio...” más bien estás evitando ofrecer evidencia sólida.

Usa la Navaja de Ockham

Me parece una de las herramientas de pensamiento más importantes que hay. No inventes teorías raras, complicadas o fantásticas, con muchas cosas que necesitan ser ciertas al mismo tiempo, si puedes explicar el fenómeno igual de bien con una teoría más simple.

No pierdas el tiempo en burradas

La muy informal Ley de Sturgeon dice que “el 90% de todas las cosas son basura.” Y aunque sea un poco exagerado el cálculo, Dennett lo trae a cuento para decir que no debes perder el tiempo en argumentaciones inútiles, muy en especial si son motivadas por ideología. Ya hace 25 siglos, el filósofo Epicteto recomendaba lo mismo, y los confucianos también subrayaban la importancia de no dejarse llevar por troles: aquí hay un ejemplo de cómo ignorarlos.

No seas ambiguo por tratar de parecer profundo

La palabra que usa Dennett es “deepity”, algo así como “ser profundoide”, para referirse a la práctica de usar expresiones ambiguas, palabras raras o argumentos rebuscados, sólo para dar la impresión de que se está diciendo algo importante.

 

En palabras de José Ortega y Gasset: la claridad es la cortesía del filósofo.

 

   

jueves, 24 de junio de 2021

Una mañana cualquiera...

 

Lo que dice típicamente el presidente de México en una conferencia de prensa matutina. Ésta es de junio 24 de 2021; de dos horas y media, las siguientes divagaciones ocuparon poco más de hora y media, y no están sacadas de contexto sino que representan fielmente el mensaje general del día:

 

“El INAI es de esos organismos que quedaron, que simulaban estar contra la corrupción... deberían desaparecer... fue un periodo de saqueo, creando esos organismos pantalla... engañaron, sirvieron de tapadera, se qeudan con dinero del presupuesto... que debería de usarse en el desarrollo y el bienestar de la gente.”

 

Acerca del espionaje a periodistas: “es falso y... vamos a tener una sección de las mentiras de la semana... va a ser cliente El Universal, de la sección.” Menciona de nuevo a los periodistas Héctor de Mauleón, Loret de Mola, Mario Maldonado, Salvador García Soto y Raymundo Riva Palacio... “no somos como ellos ni como sus jefes... ya sabemos que están en contra de nosotros... este periódico [El Universal] se dedica a difamar y pertenece al hampa del periodismo... en el mundo cada vez más limitado, cerrado, de la prensa convencional.”  

 

Un reportero a modo menciona nombres de varios funcionarios de partidos de oposición, acusándolos de corrupción, y el presidente asiente.

 

La “clase media aspiracionista... tienen una influencia producto de 36 años de dominio neoliberal... triunfar a toda costa sin escrúpulos morales... ascender en la escala social a como sea... ellos no les importa la moral ni el humanismo... son por lo general muy individualistas... abandonando principios, valores y además se creen sabiondos... los oligarcas los manipulan... para ser fifí se requieren más de 500 millones de dólares... hay quienes son fanáticos del conservadurismo, muy cercanos al fascismo, son clasistas, racistas...”

 

Vuelve a mencionar a Aguilar Camín, Enrique Krauze y F. Martín Moreno. También vuelve a mencionar a Quadri, atacándolo por haber ganado la elección a su correligionario Pablo Gómez: “hay que respetar a la gente pero hay que garantizar el derecho a la información”, refiriéndose a hablar mal de opositores.  “¿Dónde tuvo más efecto la guerra sucia? En la CdMx.”

 

Acusa a El Reforma de crear una mentalidad clasista, y dice que una clase media manipulada permitió a Hitler en Alemania, que la clase media no informada de Chile, apoyó a Pinochet, y que la clase media conservadora respaldó a Huerta.

 

“El pensamiento conservador viene de siglos, desde que invadieron el país” ... hace una larga divagación de la colonia, la explotación y la esclavitud, y equipara todo eso con la actitud moderna que él llama aspiracionista.

 

Acerca de la Masacre de Reynosa, la llama “acto de provocación”, dice que “no pueden hablar a la ligera de terrorismo” y que luego se inmiscuyen gobiernos extranjeros.

 

“Los conservadores quieren, como su nombre lo indica, conservar privilegios... Es muy bueno para la vida pública que haya definiciones, no medias tintas... cada quien está ocupando su lugar: antes engañaban de que eran de la sociedad civil, de ONGs, apartidistas, independientes, ahora ya no, ahora ya se conformó el bloque conservador... cuántos años engañaron haciendo creer que eran distintos... ahora es fuera máscaras, está muy bien que haya frentes en contra de nosotros, son proyectos contrapuestos... la polarización es porque una minoría acapara demasiado... yo tengo la obligación de decir, porque los medios convencionales están muy controlados y hay una campaña en contra nuestra como nunca desde los tiempos de Madero... y hay que ver si EEUU les va a seguir entregando dinero a estos grupos.”

 

Otra vez: “hay personas que tienen doctorado y está difícil que entren en razón... hay que seguir defendiéndonos ante la campaña de desprestigio de los medios convencionales.”

 

Cuando le preguntan que por qué menciona a periodistas por nombre, poniéndolos en riesgo potencial: “No es estigmatizar a ningún periodista, es estigmatizar a la mentira.”

 

Cuando le preguntan por los asesinatos de periodistas: “Hay una prensa convencional, la de México, muy corrupta... es que ya no reciben el dinero que les daban antes” y acto seguido se pone a atacar a los dueños de El Fnanciero y de El Universal. La pregunta nunca es contestada.

 

Ante una pregunta acerca de por qué ha aumentado 16% el número de niños en la calle, dice que no es cierto, luego culpa al PAN y a gobiernos anteriores, y a la pandemia. Al preguntarle por el mensaje que envía, responde que todos tienen derecho a la educación, pero que encontraron un país en ruinas, porque los anteriores se dedicaron a saquear y a robar... y que México va a ser un ejemplo mundial. Vuelve a decir que primero los pobres y que eso no les gusta a los fifís.