jueves, 16 de mayo de 2013

Frases en el Museo Nacional de Antropología



Para Jaime M. Quijano Morales

El año pasado vi en el perfil de una amiga una de las frases que están grabadas en piedra, en las paredes del Museo Nacional de Antropología e Historia. Hacía mucho que no la veía y se me antojó leer el resto de las frases y ver de dónde salían, así que hice una búsqueda en el internet. Y otra, y otra. Busqué de muchas formas. Nada. No encontré ni un solo sitio (empezando con el del museo) que tuviera toda las frases ordenadas y comentadas. Así que le hablé a un amigo que vive en la Cd. de México, que fue a tomarle fotos a las frases para enviármelas, de modo que pudiera investigarlas.
No sé si en el tiempo que ha pasado desde entonces (8 meses) ya haya algún website que recoja esas gemas dispersas, pero por lo pronto aquí está mi contribución para que haya por lo menos un lugar para verlas y saber un poco de sus historias:

1.
¿Solo así he de irme?
¿Como las flores que perecieron?
¿Nada quedará en mi nombre?
¿Nada de mi fama aquí en la tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
   Cantos de Huejotzingo

Este poema anónimo pertenece a un manuscrito llamado "Cantares Mexicanos" que fue encontrado en la Biblioteca Nacional de México a principios del s. XX en una pila de libros olvidados, y está dividido en tres partes: Texcoco, Chalco y Huejotzingo. No se sabe quién hizo la recopilación de poemas, aunque se le ha atribuido a los frailes Andrés de Olmos y Bernardino de Sahagún.
La fugacidad de la vida es un tema favorito de la poesía nahua, así como las imágenes de las flores y del canto. Ángel María Garibay (1892-1967), sacerdote y filólogo, tradujo este poema, que a su ver es "uno de los poemas más hermosos de cuanto nos llegó de la poesía náhuatl. Es el anhelo humano de dejar algo de sí mismo al pasar por la tierra, aunque sea solamente de canto y una flor."

2.
Cuando aún era de noche, cuando aún no había día,
cuando aún no había luz, se reunieron.
Se convocaron los dioses, allá en Teotihuacán.
   Códice Matritense
Los Códices Matritenses (empezados en 1558) están en la Real Biblioteca de Madrid, y son los borradores que Bernardino de Sahagún fue haciendo en sus estudios etnográficos, donde recoge historias antiguas, descripciones de ritos, ilustraciones, etc. y que culminaron con su Historia General de las Cosas de Nueva España. Se pueden consultar completos aquí.

3.
Aquí tenochcas, apredenderéis cómo empezó
la renombrada, la gran ciudad. México-Tenochtitlan.
En medio del agua, en el tular, en el cañaveral, donde vivimos,
donde nacimos nosotros los tenochcas.
   Crónica Mexicana
El descendiente de Moctezuma Xocoyotzin, Hernando de Alvarado Tezozómoc, es autor de esta obra (1598) donde narra la historia de los mexicas desde la mítica salida de Aztlán, pasando por la fundación de México-Tenochititlan y la expansión del imperio, hasta el inicio de la Conquista con la llegada de Cortés. Aquí se puede consultar la obra completa en su edición de 1878, o descargarla en PDF.

4.
Comenzaban a enseñarles: cómo han de vivir,
cómo han de respetar a las personas,
cómo se han de entregar a lo conveniente y recto.
Han de evitar lo malo, huyendo con fuerza de la maldad,
la perversión y la avidez.

5.
Ten cuidado de las cosas de la tierra: haz algo, corta leña, labra la tierra.                   
Planta nopales, planta magueyes. Tendrás qué comer, tendrás qué vestir.
Con eso estarás en pie, serás verdadero, con eso andarás.
Con eso se hablará de ti, se te alabará. Con eso te darás a conocer.
   Huehuetlatolli
Huehuetlatolli significa literalmente “la palabra de los antiguos” y era la tradición oral de la cultura azteca, por la cual los viejos y los maestros aconsejaban a los jóvenes. Los dos frailes ya mencionados, Andrés de Olmos y Bernardino de Sahagún, se dedicaron también a la recopilación de esta pedagogía de la moral, la religión y las costumbres de los pueblos nahuas. Aquí se pueden ver otros ejemplos de estos dichos.

6.
En tanto que pemanezca el mundo,
no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitlan.
   Memoriales de Culhuacán.
Los Memoriales de Culhuacán, del historiador nahua con el kilométrico nombre de Domingo Francisco de San Antón Muñón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin (1579-1660), es una relación en náhuatl y español de la historia de una ciudad chichimeca, a partir del año 670. La obra fue editada por la UNAM en 1991 y se puede consultar en forma parcial aquí.

7.
¡Que aclare!
¡Que amanezca en el cielo y en la tierra!
No habrá gloria ni grandeza hasta que exista la criatura humana:
el Hombre formado.
   Popol-Vuh
El Popol Vuh es el libro sagrado de los quichés de Guatemala, que explica en una mezcla de religión e historia, el origen del mundo y de la cultura maya, así como sus costumbres y leyendas, pero probablemente fue escrito después de la Conquista ya que agrega además ideas cristianas. Se supone que fue escrito alrededor de 1540, pero el texto ‘oficial’ más antiguo es el del religioso dominico Francisco Ximénez, escrito entre 1700 y 1710.
El pasaje de arriba es del capítulo 1, cuando los dioses están apenas creando el mundo, y dice:
Y los Maestros Gigantes hablaron, así como los Dominadores, los Poderosos del Cielo. Dijeron entonces a Los de la Suerte, los de su Formación, a los augures: "Es tiempo de concertarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre construido, de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorador. Comenzad, pues, las Palabras, Abuela, Abuelo, nuestra abuela, nuestro abuelo, Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora. Haced pues que haya germinación, que haya alba, que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido, el hombre formado, el hombre maniquí, el hombre moldeado. Haced que así sea.

8.
Que no caigan en la bajada ni en la subida del camino.
Que no encuentren obstáculos ni detrás ni delante de ellos,
ni cosa que los golpee.
Concédeles buenos caminos, hermosos caminos planos.
   Popol-Vuh
Este fragmento es del capítulo 45, donde se describe cómo los sacerdotes subían al templo a ayunar y pedir a los dioses por el pueblo:
“¡Dadores de Hijas, de Hijos! Volveos hacia nosotros, esparcid el verde, el amarillo , dad la vida, la existencia, a mis hijos, a mi prole. Que sean engendrados, que nazcan vuestros sostenes, vuestros nutridores, que os invoquen en el camino, en la senda, al borde de los ríos, en los barrancos, bajo los árboles, bajo los bejucos. Dadles hijas, hijos. Que no haya desgracia, ni infortunio. Que la mentira no entre desgarren, que no se quemen. Que no caigan ni hacia arriba del camino, ni hacia abajo del camino. Que no haya obstáculo, peligro, detrás de ellos, delante de ellos. Dadles verdes caminos verdes sendas. Que no hagan ni su desgracia ni su infortunio vuestra potencia, vuestra hechicería. Que sea buena la vida de vuestros sostenes, de vuestros nutridores, ante vuestras bocas, ante vuestros rostros, oh Espíritus del Cielo, oh Espíritus de la Tierra, oh Fuerza Envuelta, oh Pluvioso, Sembrador, Volcán, en el cielo, en la tierra, en los cuatro ángulos, en las cuatro extremidades. En tanto que exista el alba, en tanto que exista la tribu, que estén ellos ante vuestras bocas, ante vuestros rostros, oh dioses”.

9.
Toda luna, todo año, todo día, todo viento
camina y pasa también.
También toda sangre llega al lugar de su quietud.
   Chilam Balam
El Chilam Balam (‘sacerdote jaguar’, el nombre del autor semi-legendario) es una colección de relatos mayas escritos después de la Conquista entre los siglos XVI y XVIII. Son originarios de Yucatán, y escritos en maya pero con el alfabeto latino. Como el Popol Vuh, incluye mitos e historia, tradiciones y cultura. El fragmento de arriba es parte del capítulo 3, "El Final del Tiempo Antiguo"; es una famosa sección llamada "A Castrar al Sol", donde se da una lúgubre versión de la Conquista:
Porque sabían en ellos mismos la medida de su tiempo.
Toda luna, todo día, todo viento, todo camina y pasa.
Toda sangre conoce un día su quietud o su llenura.
Todo el tiempo está medido, hasta el día que no existe hoy.
Medida estaba nuestra mañana de sol, y no lo sabíamos;
Medidas, nuestras risas y nuestro amor.
Todo era bueno entonces: éramos todos saludables;
No había pecado, no había dolor de huesos, 

no había santa devoción;
No habían viruelas ni ardor de pecho, ni miedo, ni consunción.
Pero vinieron los dzules, a marchitar las flores;
Y para alimentar su propia flor 

 dañaron y chuparon la flor de otros.
El valor y la vergüenza, ya sin sabiduría, sin divina enseñanza,
Sin sagrado lenguaje, sin buenos sacerdotes, se perdieron.
Y ya todos los hombres fueron tratados como iguales; 

esclavos iguales.
A castrar al sol, a esto vinieron los extranjeros.
Y quedaron aquí los hijos de sus hijos,
Y el rencor que nos tienen estos últimos dzules
es que ya no les damos más tributo;
Lo cogen ellos. Pero no se los damos.
Ese es el gran pecado, 
que no hicimos nosotros y que nosotros hoy pagamos.
Si es así, esta tierra volverá a renacer. 

Si no, vamos a tener una gran guerra;
Los perros van a hartarse de comer tripas, 

gran podredumbre va a reinar
Y montones de hormigas crecerán sobre la tierra.
Obscuro será el katún del sol castrado y, 

hasta donde se alcance a ver,
Van a verse los ahorcados.


La palabra dzul en la tercera estrofa se usa para denominar a los hombres blancos, los conquistadores, que dispersaron a la gente maya, llamada itzá.



16 comentarios:

  1. Alfonso:
    Te felicito mucho por esta selección de hermosos poemas de nuestros ancestros y las precisiones acerca de su origen.

    Desde que visité el Museo Nacional de Antropología dos años después de su inauguración por el presidente López Mateos, impulsor de nuestra mexicanidad con ese hermosísimo museo, me aprendí de memoria el primer trozo de poema que pones en la foto inicial. Me pareció una hermosa manera de expresar los sentimientos de toda una diversificada nación indígena que es nuestra profunda raíz. No creo que se haya podido decir mejor.

    Y nadie podría haber hecho este resumen mejor de lo que lo has hecho tú.

    Gustavo Leal Benavides.

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  2. Gracias por su apreciación, Don Gustavo, ¡es mucho halago!

    En efecto todas estas frases y muchas más, muestran la belleza y la profundidad de pensamiento autóctono que existía en la América precolombina y en los años de la Conquista. Es importante darse un poco a la tarea de buscar en ellas para entender los orígenes de nuestras propias sensibilidades.

    saludos!

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  3. hola primero quisiera decir que me gustan mucho, y la otra, ¿por que están escritos en cada entrada a una sala?

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    1. Hola Fernando, como puse ahí en el blog, me di un poco a la tarea de buscar esta información porque no la hallaba por ningún lado. La pregunta que me haces es, sin embargo, una duda que yo tampoco he podido dilucidar.

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    2. hola muuuuy buena la informacion me encanto

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  4. Muy buena aportación, en verdad, muchas gracias.

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  5. Estimado Alfonso: ¡
    Hace tres años tuve la oportunidad de visitar el Museo Nacional de Antropología de México y fotografié (también yo) justamente la estrofa con la que inicias tu recopilación, está que empieza diciendo "¿Sólo así he de irme?" Y acaba con esto tan hermoso de "al menos flores, al menos cantos".
    Desde entonces tengo en mi perfil la palabra Huejotzingo. ¡Y qué grata sorpresa tu recopilación de frases!
    Gracias pues por recopilar los cantares mexicanos. Y decirte que me ha conmovido leer que están también en el perfil de otra persona. Gracias también por hacer que yo pudiera saberlo.

    Un saludo desde España.

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  6. Hermoso trabajo de recopilacion Jaime. Muchas gracias por compartirlo.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. In kexkikauh maniz zemanauak
    aix poliuiz inin tenyo inin tauka
    Mexico Tenochtitlán

    Mientras haya tiempo en el mundo
    No se dejará de ver, lo afamado y lo grande de México Tenochtitlán.

    Chimalpahin

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  9. Alfonso, hace varias décadas, sobre una entrada de una de las paredes del Museo de Antropología estaba grabado del un poema de amor en lengua original y traducido al español. Era de amo en el que la autora decía que quería que su amado la amasara, manipulara como la masa en el metate. Hay manera de saber quién lo escribió y dónde puedo encontrar la letra?

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  10. Es increíble la sabiduría que podemos recoger de esta poesía, es una manera de adentrarnos en la visión que tenían y comprender mucho de nuestros antepasados. Somos dos de las miles y miles de personas que han sido tocadas por estos textos y quiero compartirles una interpretación justamente de ese primer poema que mencionas "Solo así he de irme..." Espero lo disfruten
    Paola y Marco
    Paola y Marco Hola!!! Les compartimos nuestra interpretación sobre este texto "Cantos de Huejotzingo", es una composición de Marco Aurelio Alvírez, quien también toca la guitarra. Les enviamos un abrazo! Paola y Marco

    https://www.youtube.com/watch?v=vAGbHT6YMq4

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  11. Fantástico, llevo un buen rato tratando de recordar la frase que está en el pabellón azteca, que es gloriosa, y es cierto, no hay nada en internet, buena trabajo!

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  12. De entrada un comentario: Revisa el libro Trece poetas del mundo azteca, de Miguel León Portilla. El fragmento del poema que aparece en el museo cuyo verso final dice: "Al menos flores, al menos cantos!" es de Ayocuan Cuetzpalzin, poeta de Tecamachalco. En el libro de León Portilla encontrarás el poema completo. Saludos.

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  13. Cuando visitè Mèxico, fue una de las cosas que me traje en el alma. Ese poema.

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  14. Alonso ¡Gracias! Esos epígrafes los copié en mi segundo viaje a México y en la segunda visita al museo. Después de salir de las salas, me sentaba en el patio y los descubrí. Fue hace muchísimos años de eso y tengo extraviada la libretica. Google que siempre es un apoyo me llevo hasta tu blog.

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