Un día llegó un hombre a la residencia de Confucio y encontró a uno de
sus alumnos barriendo el jardín. El hombre dijo, ‘Quiero hacerte una pregunta,
si me la contestas te haré una reverencia, pero si te equivocas, tú me harás la
reverencia a mí’.
El alumno de Confucio aceptó y el hombre dijo, ‘¿Cuántas estaciones
tiene el año?’
El alumno, satisfecho, dijo, ‘Cuatro por supuesto’.
El extraño exclamó, ‘¡Ah, te has equivocado! ¡El año tiene sólo tres
estaciones!’
Ambos se enfrascaron en una discusión acalorada y finalmente el hombre
que defendía las tres estaciones dijo, ‘Preguntemos a tu maestro’, a lo que el
alumno accedió de inmediato.
Cuando llegaron ante Confucio, éste les escuchó con atención y al final
dijo, ‘El año tiene tres estaciones’.
Su alumno, confundido, no tuvo más que aceptar la respuesta e hizo una
reverencia al extraño que, muy contento, por fin se retiró.
Tras perderlo de vista, el alumno se volvió a Confucio y preguntó,
‘Maestro, ¿cómo es que dices que hay tres estaciones en el año en lugar de
cuatro?’
Confucio dijo, ‘¿Cómo es que te enfrascas en una discusión inútil como
esa?’
VIDEO DEL DÍA
Una animación clásica, originaria de China: Sange heshang (Tres Monjes),
producida en 1980 por Shanghai Animation Film Studio, uno de los estudios
pioneros en la animación de este país. El corto no
necesita de palabras para ilustrar la importancia de la cooperación.
Muy cierto.
ResponderEliminar