24, Fox |
El escándalo de la prisión de Abu Ghraib (2003-2004) en Iraq y la
divulgación del programa eufemísticamete llamado ‘Rendition’ pero que era - para decirlo claro - un outsourcing de tortura, desató en EUA un
debate que sigue siendo acalorado y con defensores de ambos bandos. Con los más
recientes hechos de las bombas en Boston, ha tomado nuevos bríos a partir de
una bárbara declaración de Greg Ball, que
es senador por el estado de NY y que al saber que se había capturado a uno de
los dos responsables, para asombro de propios y extraños tuiteó sin rubores:
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“El infeliz #2 está bajo custodia.
¿Quién no usaría la tortura en este vago, para salvar vidas?”
Ooook. ¿Quién, en efecto? Y digo
yo, además de la tortura o no tortura, me irrita la hipocresía. Yo diría, ¡QUE
SE TORTURE! ¡Claro que sí! Esto es lo que debería de declarar EUA para dejar
descansar esta discusión:
“Estamos a favor de torturar gente. No nos importa si firmamos la
Convención de Ginebra, nosotros estamos por encima de todas las convenciones.
Creemos firmemente que la tortura da buenos resultados y la vamos a usar cuando
lo creamos conveniente, con cualquier prisionero que según nuestros criterios
represente un peligro.”
Así de claro. Y dejar de decir estupideces como ‘métodos mejorados de
interrogación’ para referirse al waterboarding.
Díganlo por su nombre: es tortura y la aceptamos; pero no insulten la
inteligencia del respetable. Y no se queden tampoco con medias tazas, ‘pónganse
medievales’ como diría el personaje de Marcellus Wallace en Pulp Fiction: saquen las tenazas herrumbradas
y las brasas, porque si se va a hacer algo hay que hacerlo bien.
¡SÍ A LA TORTURA! Con todas las
letras. Peeero, yo añadiría también una pequeña aclaración que debería de
incluirse al calce:
“Además, una nota a todos los gobiernos del mundo: todo ciudadano o
soldado estadounidense está consciente de que, en caso de que sean capturados
en el extranjero y se les considere peligrosos por algún motivo, podrán ser
sujetos a estos mismos métodos de interrogación. We are cool
with that, too.”
Digo, para
ser justos. O todos coludos o todos rabones. Si los
métodos descritos son aceptables, entonces todo soldado capturado, y hasta los
excursionstas que se perdieron en Irán en 2009 o las reporteras detenidas en el
mismo año en Corea del Norte (a las que tuvo que ir a rescatar personalmente
Bill Clinton) podrían esperar tales tratos sin que su gobierno chistara, si
según los gobiernos locales cumplen los requisitos de representar un peligro
inminente. Este falso argumento de ‘la bomba de tiempo’, al estilo de Jack Bauer (que
por cierto popularizó ese escenario de forma muy oportuna en la serie 24) y de otros cuantos cientos de propaganda
películas es el más frecuentemente usado para justificar el uso de la tortura:
se necesita la información y se necesita YA, porque la bomba va a explotar.
Desde luego, una declaración como la que propongo nunca va a darse ni
por error, y mucho menos la aclaración de que todo ciudadano de cualquier país
tiene el mismo valor. Es uno de los problemas de tener una ideología que está
basada en la creencia de que todo lo que se hace como nación es parangón de
moralidad (In God We Trust, God Bless
America!) y hacer de toda discusión una cruzada del bien contra el mal.
Obvio, una declaración así no puede pasar porque es totalmente antidiplomática
y contraria al sentido común, pero además por esa necesidad de ‘having
their cake and eating it too’ , o en español: querer chiflar y comer
pinole. Querer actuar con los preceptos de Maquiavelo pero mantener la imagen
de superioridad moral que les es tan cara.
En México, que no hace alarde de tales purezas, sabemos más de cerca de estas
prácticas y, desde la palabra ‘tehuacanazo’ que pasó a nuestro léxico en los
70s, hasta los tristemente famosos chistes de judiciales que hacen que un burro
confiese que es conejo, sabemos que si torturamos al Papa quizá podríamos
obtener una lista de pederastas, pero de forma más realista, también podríamos
obtener su declaración firmada y sellada, de que come fetos humanos a la luz de
la luna y los adereza con vinagreta y salsa Búfalo.
VIDEO DEL DÍA
Los Miserables es una obra que no necesita presentación, y está llena de
personajes y escenas memorables que la han hecho justamente inmortal. Aquí está
- desde mi punto de vista - la escena más poderosa de la historia. Valjean, ese
eterno fugitivo, tiene a su merced al obsesionado policía Javert, quien lo ha
perseguido y despreciado por décadas, y decide su suerte final con un cuchillo.
De la versión cinematográfica de 1979:
Es el DISCURSO DE DOBLE MORAL que se convierte en MENTIRA-DE-MENTIRAS y su producto es el CONTRASENTIDO y esto es otro mecanismo pa "hacer perder el norte" de moral, lo bueno y lo malo en caracter utilitario impuesto por la fuerza del imperio que sustentan... Así habrán de tener siempre "soplones" convencidos... En MEXIQUE-RANCHO se intento una política de DELACION argumentando VIRTUD CIVICA para usarse a "discresión" en detenciones "por denuncias anónimas"... CRIMEN MORAL DESDE EL ESTADO!
ResponderEliminarEsto "enardece" a los "indignados" que "claman justicia" (ojo por ojo) y justifican el terror y la muerte -desde el Estado... Así han mantenido centros de detención (indefinidamente y con cualquier gente) en todo el planeta. "un fin que se justifica con medios y engaño!
ResponderEliminarCínismo y manipulación...ESTA CAB...rozando los límites de la cordura!
Hay otra visión interesante sobre la información de la violencia... aqui no pega el enlace pero te lo participo en el feis.
Así que a través de la CULTURA debemos erradicar la VIOLENCIA COMO PRINCIPIO POLITICO... y del discurso LA DOBLE MORAL y en ese morral mi querido sensei, se libra la LUCHA de ideas, ideologías y demás cuentos de este tema que tocas muy directmanete... http://www.cuadernospoliticos.unam.mx/cuadernos/contenido/CP.12/CP.12.6.SanchezVazquez.pdf
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