El nuevo coronavirus
está penetrando los sistemas de salud del mundo, y cada día aumenta el riesgo
de que este brote pueda salir de control. Al día de hoy, los casos más serios
fuera de China son Japón, Corea del Sur, Irán e Italia. El tamaño de sus poblaciones
es aproximadamente equivalente al de una sola provincia en China, y si el
desarrollo epidémico en esos países llega a equipararse con una provincia china
(exceptuando Hubei), podrán considerarse como de alto riesgo.
Estos países han
prestado cada vez más atención a los riesgos del brote y han tomado algunas
medidas: el aplazamiento de las actividades escolares en Corea del Sur; las
restricciones de movilidad en ciudades severamente afectadas en Italia; o el
cierre temporal de todos los cines y centros artísticos en Irán. Sin embargo,
ninguno de ellos ha llegado al nivel de las medidas de prevención y control que
se tomaron en las provincias moderadamente afectadas de China.
Lo preocupante es que
las medidas actuales en estos países pueden ser insuficientes: la situación en
China muestra que el nuevo coronavirus es altamente contagioso y puede
propagarse fácilmente en lugares públicos. Las cadenas de contagio en estos países aún no
son claras, por estar en las primeras fases de infección; las medidas de
prevención leves probablemente puedan detener la propagación del virus de forma
limitada. En estos días, las principales cadenas de propagación pueden ser aún invisibles
y continuar extendiéndose.
A Wuhan le tomó unas
pocas semanas para darse cuenta de la gravedad de la epidemia, descontrolarse y
saturar el sistema sanitario de la ciudad. Afortunadamente, la escala del
sistema de salud en China es enorme: el país pudo movilizar cientos de equipos y
un total de más de 40,000 médicos y enfermeras para ayudar en Wuhan y Hubei. Tan
sólo en Wuhan se construyeron dos hospitales profesionales y se adaptaron más
de diez centros temporales de atención. Si una situación como la de Wuhan se
reproduce en cualquier país del mundo, es difícil imaginar que se pueda
movilizar una asistencia de tan gran escala, y la situación puede deteriorarse
muy rápidamente.
También es razonable
pensar que el coronavirus en otros países no haya sido diagnosticado de forma
inmediata, por lo que al menos algunos pacientes sigan siendo tratados como
casos de resfriado o neumonía común. En EEUU, el número de personas infectadas
y muertas por influenza estacional es particularmente alto esta temporada, y
los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han
manifestado que existe un problema con el diagnóstico de la neumonía Covid-19. La
etsación japonesa Asahi TV incluso ha especulado que algunas muertes diagnosticadas
como influenza común podrían de hecho deberse al Covid-19.
Espero que el mundo
no repita los errores de Wuhan. La neumonía Covid-19 tiene un período de
incubación variable que la hace difícil de diagnosticar. Los países con epidemias
serias deben tomar medidas estrictas para detener la propagación que pueda
estar en progreso. En pocas palabras: deben adelantarse a la propagación del
virus, no hacerse reactivos a su avance.
Es comprensible que
cada país valore las consideraciones de desarrollo económico y social y se le
dificulte tomar medidas que lo arriesguen. Sin embargo, esta nueva epidemia nos
ha mostrado ser mucho más destructiva de lo que se pensaba: si no se detiene con
sacrificios en las fases tempranas, las sociedades pueden verse obligadas a
compensar con un precio mucho más alto.
Ante este riesgo de pandemia,
los países que aún no tienen casos registrados también deben tomar
precauciones, incluyendo el fortalecimiento de sus sistemas de detección; y el apoyo
a la producción y reservas de insumos médicos, como mascarillas y ropa
protectora. El desabasto global de estos materiales no será revertido en poco
tiempo.
La situación
epidémica en China no ha mejorado por completo, pero hemos salido del período
más difícil, y ya se toman medidas escalonadas de reanudación de actividades
fuera de la provincia de Hubei. China ha aportado una valiosa experiencia en
prevención y control de una epidemia de alta peligrosidad, y esperamos que sea
digna de referencia en el resto del mundo.
Muchas gracias por toda la información que nos compartes, así podemos a su vez compartir a todo México y el mundo, bendiciones.
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