lunes, 20 de noviembre de 2023

El zafarrancho en el barrio

 

El otro día estaba yo en mi oficina cuando llegó uno de mis ayudantes y me dijo, “señor, ¡hay un zafarrancho en el barrio, está de lo peor!” Sobresaltado, pedí a 40 guardias que me siguieran y nos fuimos corriendo a donde me indicó el ayudante.

Al llegar vimos una escena terrible: en la calle, diez personas con palos, machetes y pistolas, estaban moliendo a golpes a dos docenas de niños, mujeres y ancianos mientras otras personas armadas iban sacando a empujones a más gente de un edificio y aventándolos a la calle donde sus compañeros también los apaleaban. Había ya varios cuerpos inconscientes tirados sobre el pavimento.

Ante esta barbarie, ordené de inmediato a los guardias a que detuvieran la violencia, lo que hicieron con bastante dificultad.

Tras contener a los agresores y mandar llamar a unos cuantos médicos y enfermeras para atender a los heridos, el líder de los primeros me increpó por detenerlo a él y sus secuaces, así que tuvimos esta conversación:

 ¡No tienes derecho a detenernos!

— Pues verás, sí que tengo derecho porque esos guardias están bajo mi autoridad, y los representantes de todos los barrios estuvieron de acuerdo hace tiempo en que los puedo usar para detener zafarranchos como éste.

— ¡Esto no es un zafarrancho, y no tienes idea de lo que está pasando!

— A ver, en efecto no tengo idea de lo que está pasando pero mientras son peras o son manzanas, yo llegué aquí y te vi agarrando a palos a esos niños y a esas mujeres embarazadas, y no necesito hacer ni la primera pregunta para saber que eso no lo puedo permitir y punto. Ahora bien, explícame qué demonios estaban haciendo ustedes antes de que te lleve al frescobote porque aquí hay sangre.

— No nos puedes encarcelar, estamos defendiéndonos.

— Ah caray.

— Como lo oyes.

— Pues me vas a tener que dar más detalles, si no es molestia.

— Hay un criminal que se llama el Mochaorejas.

— Ajá.

— Que es desalmado.

— Ajá.

— Y que secuestró a dos de nuestros familiares, les cortó los dedos y las orejas, y nos extorsionó.

— Wow eso es una cosa espantosa, lo siento mucho.

— Gracias.

— ¿Y dónde está ese Mochaorejas?

— Lo encontramos, lo capturamos y lo matamos a palos.

— Um, ok ¿y estas personas qué tienen que ver?

— Son la familia, los amigos y los vecinos del Mochaorejas.

— What. ¿Y todos eran cómplices de él o qué?

— Sí. Bueno no sabemos. A la mejor. Algunos. Tenía por lo menos un cómplice. Mira son todos iguales, qué.

— A ver a ver a ver A VER. ¿Viniste a medio matar a todos los conocidos de ese Mochaorejas sin pruebas de nada?

— ¡En defensa propia!

— Cuál defensa ni qué ocho cuartos, ¡ahí hay tres niños sangrando y esa anciana le rompieron la crisma!

— ¡Eran cómplices!

— ¿Cómo diantres dices eso!?

— ¡Mira, ese traía puesta una camisa nueva, seguro la compró con dinero que le dio el Mochaorejas! ¡Y mira, ahí a la entrada del edificio hay una alcantarilla, sin duda por ahí se metía el Mochaorejas para llegar hasta nuestro barr...!

— Guardias, llévense a todos estos fulanos a la cárcel.

— ¡No es justo, nosotros somos las víctimas! El Mochaorejas...

— El asunto del Mochaorejas ya lo entendí; esto que hicieron ustedes es una cosa totalmente aparte, es un delito y van todos pal bote.

— ¡Tú también eres cómplice del Mochaorejas!

— Pfff, menos mal que actuamos rápido, si no esto se hubiera convertido en una tragedia. 

 

sábado, 18 de noviembre de 2023

Genocidio y otros crímenes

 

Se hizo del poder alentando odios étnicos, exacerbando sentimientos nacionalistas y aprovechándose de tensiones de mucho tiempo atrás. Por años había sido evidente la intención de hacer limpieza étnica y de crear un estado unificado, apropiándose de tierras pertenecientes a gente indefensa. Las campañas sistemáticas de crímenes, abusos y desposesión eran abiertas y sancionadas por el estado con ayuda de la policía y el ejército. Cada protesta, violenta o pacífica, era contestada con cada vez más violencia, hasta llegar a un punto de quiebre: un acto de rebelión abierta, contestado con brutalidad inaudita.

Alrededor de un millón de gente desplazada de sus hogares, y diez mil muertos, casi todos civiles. 

Diez mil.

Ante los ojos del mundo, crímenes de lesa humanidad y violaciones flagrantes de leyes de derecho humanitario: limpieza étnica por medio de expulsiones masivas, destrucción indiscriminada de residencias, detenciones arbitrarias, ataques a escuelas, hospitales y sitios religiosos. Actos inhumanos causando sufrimiento masivo, con total indiferencia ante las convenciones modernas de la guerra. La palabra usada fue genocidio.

 

Me refiero, por supuesto, al criminal asqueroso de Slobodan Milosevic durante la Guerra de Kosovo en 1998.


Hace un cuarto de siglo. En ese entonces, la comunidad internacional intervino, lo destituyó, apresó y juzgó por sus múltiples crímenes.

Los términos usados en este artículo son todos sacados de los reportes y análisis internacionales, así como del juicio en La Haya de Milosevic y otros funcionarios de su gobierno.

 

Y por supuesto que no me refiero sólo a él.

 

 

jueves, 2 de noviembre de 2023

Los cuentos que se cuentan

Cuatro historias cortas que ya conocemos, pero que nos pueden hacer pensar en lo que significa la disonancia cognitiva.

 

Historia 1

Un niño vive en una aldea de pastores; un día llega una cruel fuerza de ocupación y masacra a todos sus habitantes. El niño ve morir a sus padres frente a sus ojos y a su aldea consumirse en las llamas. Crece como un esclavo, pero con otros jóvenes en su misma situación, aprende a usar armas, y un día, ante una oportunidad  de oro, entra al recinto de los líderes que arrasaron con su vida y los mata con lujo de crueldad.

 

Historia 2

Un joven vive en una ciudad controlada bajo una fuerza de ocupación, que tiene más derechos que los mismos habitantes locales. Un día se entera de que un soldado perteneciente a esa fuerza envenenó y luego mató a golpes a su amado maestro. Él va y en una rara oportunidad, golpea y humilla al soldado asesino. Pero esto trae consecuencias funestas para él, sus amigos y su familia, que son atacados indiscriminadamente por el batallón del soldado humillado.

 

Historia 3

Un joven vive en una aldea pobrísima pero relativamente tranquila, en una zona controlada por una enome fuerza de ocupación. Él no quiere involucrarse en política ni en pleitos, pero un día un grupo de soldados llega y buscando insurrectos, matan a toda su familia mientras él está fuera. Tras este hecho se une a un grupo de rebeldes que lo entrenan para usar armas, con la idea de destruir a ese poderoso invasor.

 

Historia 4

Un hombre que vive bajo un régimen tiránico, es un día secuestrado y torturado. Un día consigue escapar después de que sus captores lo dan por muerto en un incendio, y en solitario se dedica a planear su venganza, que luego lleva a cabo, matando a varios de sus carceleros, usando una máscara para ocultar su rostro desfigurado. Al llegar a matar al último, el ex-carcelero le dispara varias veces pero no puede matarlo. Ocurre este diálogo entre ambos:

- ¿Por qué no te mueres? ¿Por qué?

- Debajo de esta máscara hay más que carne: detrás de esta máscara hay una idea. Y las ideas son a prueba de balas.

 

 

 

Historia 1: Conan el bárbaro

Historia 2: Bruce Lee en Puño de Furia 

Historia 3: Luke Skywalker

Historia 4: V en V for Vendetta 

 

Junto con los Amantes, la Búsqueda, la Redención y otros más, la Venganza es uno de los grandes temas de la literatura; pero en la vida real es mucho más compleja que las simplificaciones que vemos en los cuentos. 

La venganza rara vez acaba con la violencia sino que por el contrario, la perpetúa. Los procesos en los que de hecho se ha desarticulado esta dinámica (IRA en Irlanda, ETA en España) de hecho son largos, muy complejos y duros de aceptar para ambas partes.