jueves, 4 de septiembre de 2014

La pegajosa estupidez



Hace poco escribía que en internet, este monstruo comunicativo que ha redefinido nuestras vidas, el rango de atención disminuye y sólo procesamos las cosas por encabezados y frases cortas que van haciendo una extraña mezcolanza en nuestra conciencia, de la misma forma que si le pusiéramos 50 especias diferente a un guisado, para que termine sabiendo a nada. Esta manía de comunicarse ‘en 140 caracteres o menos’ causa, entre otras cosas, que todo mundo se crea Oscar Wilde e intente hablar en aforismos. Pero ¡ay! no sólo de frases que suenan bonito se puede nutrir la mente, cuando dichas frases indigestan, y si se quedan en la conciencia el tiempo suficiente, la pueden carcomer. Este es otro ejemplo de ese tipo de frase:

“El Mundo se divide, sobre todo, entre Indignos e Indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”

- Eduardo Galeano. History Channel.

No me interesa investigar en qué contexto dijo Galeano esa frase, sino más bien quiero analizar su transmisión en ese poster, así descontextualizada, porque así es como se reproduce: la gente le da ‘Share’ en vez de comentarla y hasta ahí llega el involucramiento. Tampoco quiero saber si en realidad es un programa que se transmitió por el History Channel, aunque si así es, es un punto más en contra: un canal que empezó siendo referencia en televisión, y que ahora vive de reality shows de leñadores y prestamistas, y de teorías de alienígenas constructores de pirámides, basadas en un fulano que no sabía sumerio pero que se las daba de experto. Una pena.

Pero volviendo a la frase, es otro ejemplo perfecto de cuando el pensamiento crítico le cede el paso a la mercadotecnia simplona. 

Dando el beneficio de la duda al autor de esa frase, es más o menos entendible lo que quiere decir: que en el mundo hay clases con intereses encontrados, algo desde luego nada original y que la última vez que se dijo en un Manifiesto (Comunista), causó más problemas que otra cosa, haciendo que el mismo Marx dijera, “lo que sé es que yo no soy marxista”. ¿Por qué? Por lo de siempre: sus ideas fueron simplificadas (en el mal sentido), tergiversadas, envenenadas y gritadas por altavoces. 

Esta frase causa - o intenta causar - exactamente la misma respuesta: es incendiaria y es de esas que quedan perfectas, listas para usarse en la retórica de la sobresimplificación que busca enfrentar bandos: el eterno “ellos contra nosotros”, por supuesto usando un término derogatorio para el “ellos”, que en este caso son los Indignos. Si no te indignas, eres indigno. ¿Indigno de qué, digo yo?  Como dije, no me voy a poner a investigar el contexto, sólo la frase en sí misma y las palabras que la forman.

Esta retórica, repetida hasta el cansancio en religiones, tribalismos, nacionalismos, deportes y un largo etcétera, puede la mayor parte de las veces no pasar de ser una sana válvula de escape, pero por supuesto que cualquiera que haya abierto un libro de historia sabe que cuando se exacerba no producce más que calamidades. ¿Este fulano Galeano quiere causar calamidades? ¿O quien hizo el poster? Yo creo que no, pero eso no quita que la frase en sí tenga el potencial. Y que sea estúpida. 

Pero eso no es lo importante, si es estúpida o no: lo importante en el siglo 21 es que sea Pegajosa. Que sea Viral. ¡Quizá un montón de gente le dé Like, y Share, y tenga 5 millones de hits, y hasta pueda vender libros y espacios en su website! No sé las motivaciones, desde luego, y quisiera suponer que van más allá de ponerle una alberca a su casa, pero volviendo al punto: ¿qué dice esa frase?  

Dice - oh, originalidad - que estamos divididos. Por supuesto, entre Buenos y Malos, el conflicto último, el conflicto moral de todas las películas de Hollywood y los cuentos de hadas: y hay que elegir bando.  ¿Vas a ser un indigno, lo que sea que eso signifique?

Pero hay algo más que dice: “ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”.  ¿PUEDE? El incluir ahí esa palabra es terriblemente lapidario. Porque si decimos, “ya sabrás lo que quieres elegir”, pues claro, podemos asignar un juicio moral a la elección. ¿Pero y los que no pueden elegir? ¿Los que no PUEDEN, están condenados a ser juzgados como indignos? Claro que la frase no dice el por qué ni las circunstancias de nada de esto, pero es una implicación obvia y odiosa.

Pero vamos a terminar diciendo una cosa muy simple. ¿Por qué la frase está construida así, por qué eligió esas palabras? Por UNA sola, sencilla - y estúpida - razón: no porque sea verdad sino porque es Pegajosa. Es fácil de recordar y eso es todo lo que importa. Hace referencia al movimiento de los Indignados en España - que fue la versión hispana del Occupy en Nueva York - y la usa para contrastarla fonéticamente con los Indignos, los Enemigos, el 1%.

Pero el juego fonético es todo lo que hay. Si esta frase fuera trascendente, podía traducirse a cualquier idioma sin perder su mensaje. Veamos el inglés:

- The Unworthy and the Outraged
- The Undignified and the Incensed

Um, no. Ambas son traducciones viables, pero ninguna es ‘catchy’, ninguna se haría viral. De hecho ambas traducciones dicen cosas sustancialmente diferentes, usando dos diferentes significados de ‘indigno’ y de ‘indignado’. De modo que esta frase, que se refiere al Mundo, es para consumo en lenguas romances de preferencia (indigne/indigné en francés; indegno/indignato en italiano), pero otros revolucionarios en ciernes, que se busquen sus propias aliteraciones: en alemán, el par de unwürdig/empört no queda tan bien, y los ucranianos que están de moda, tampoco lo tendrían tan pegajoso con el contraste nehidnym/obureni. Los chinos, ese “pueblo oprimido” por excelencia en el imaginario occidental,  no encontrarían siquiera sentido alguno en poner Bu Pei y Fen Nu en la misma oración.

Me dirá el lector que estoy exagerando al llevar esta deconstrucción al límite absurdo, y que estoy ignorando el punto esencial de la frase. A lo que le diría: Uno, sí estoy exagerando, por supuesto. Dos: el punto esencial de la frase es crear división y explícitamente negarle dignidad a un “enemigo” vagamente definido. Y en esa vaguedad de definición se encuentra toda su perversidad.





VIDEO DEL DÍA

 
TODO está en la manera de presentar las cosas. El Resplandor (The Shining, 1980) es una de las mejores películas de terror-suspenso que ha habido, pero ¿qué pasaría si el corto nos lo presentaran escogiendo ciertas escenas no tan tensas, y con una música más ligera?  ¿Podríamos creer que se trata de una comedia romántica?






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