viernes, 6 de septiembre de 2013

El Entendimiento del Búho


Via ShaneHagadorn


El halcón le dijo al búho, “Al verte, noto que tienes en verdad una extraña forma, con ese pequeño pico en una enorme cara redonda. Pareces traer una caperuza negra y un vestido de cáñamo como los sacerdotes errantes, y recuerdas a un demonio de la isla de los pigmeos.  Y aunque tienes ojos grandes, eres ciego de día y no reconoces ni al sol mismo. Eres un holgazán durante el día y las otras aves se burlan de ti, y de noche te ocultas en la maleza y devoras a pequeñas criaturas que duermen. Algunas veces los cazadores te usan como señuelo y te atan a un palo, lo que también invita el escarnio de las otras aves. ¡Ah, miserable! De entre las cuarenta y ocho clases de halcones, eres sin duda la más patética. Me dan escalofríos sólo de pensar en tu situación.”

El búho giró su cabeza y respondió, “Señor halcón, está usted en un gran error. Entre el cielo y la tierra hay criaturas que vuelan por el aire, otras que trepan a los árboles, otras que corren por las extensiones de tierra y otras que nadan en las aguas. Hay criaturas bellas y otras que son desagradables a la vista, pero todas sin excepción recibieron el designio del Creador desde un principio, y no eligieron su forma por voluntad propia. Si pudiésemos escoger una forma física con libertad, ¿quién desearía ser un minusválido? El que mi apariencia sea extraña y que mis ojos sean inservibles durante el día es la naturaleza que el Cielo me ha concedido, como a todos los demás. El escarabajo vive en el excremento, y el gusano entre montones de suciedad, pero ambos ven tales lugares como palacios y torres. La serpiente no tiene pies y la lombriz no tiene ojos, pero ambos viven de forma adecuada y nada les falta. Cada ser creado tiene su alimento y su hogar; querer ir más allá de la propia naturaleza y envidiar la de otros es darle la espalda al Cielo. Aunque es cierto que mis ojos son miopes en el día, pueden ver con claridad en la noche; así que encuentro mi comida y no paso hambre. Aunque las otras aves me vean con curiosidad y se rían de mí, no es algo que deba contrariarme. ¿Qué pueden hacer con su risa?

“Yo no daño las casas de los hombres, como los milanos y los cuervos, ni soy codiciado como los gansos y los patos mandarines. De vez en cuando un cazador me usa como señuelo para atraer a sus presas, y aunque las otras aves me desdeñen, no sufro tal cosa porque el cazador me odie o porque sea malvado, sino que es un ardid que ha encontrado para sobrevivir en su tarea. Es inevitable, todos los que estamos en este mundo debemos practicar la humildad tarde o temprano. 

“Cuando cazo un ratón y estoy a punto de comerlo, no tengo otro pensamiento que sentarme sencillamente a tomar mi alimento. Cuando no tengo hambre, dejo que el ratón se vaya. Usted, señor, es un halcón y como tal, es brioso, digno y hermoso de contemplar. Se percha sobre el brazo de un noble y tiene una condición diferente que la de las aves que son presas a ser capturadas. Pero cuando sale a los campos, las penas que pasa para capturar a tales aves son mayores que mis afanes. Si captura un ave, no es para usted sino para su amo, y si encuentra a una más grande, bien podría caer en la pelea. Para mí, su situación es como tener mis patas atadas y vivir en una jaula.

“Vea este árbol, podría ser cortado mañana. La mitad de él podría ser usada para hacer un incensario, laqueado y decorado con filigrana de oro y plata, y puesto en la alcoba de un aristócrata. Y la otra mitad la podrían cortar en tablones para que la gente pueda caminar sobre el fango. Cuando la gente ve las dos formas diferentes, admiran una y desairan la otra, pero son la misma cosa si consideraran su origen.”

Un ave que estaba escuchando la conversación dijo al búho, “Al verte, no puedo decir que tu forma es elegante, pero tienes cabeza y alas; tienes patas, orejas y pico. Estás equipado con todo el cuerpo de un ave, así que no podemos decir que tengas defectos; y aunque no ves de día, en la noche la oscuridad no te impide cazar a tu presa. Al ver los diferentes tipos de ave, me doy cuenta de que el milano está siempre desaliñado y lleno de liendres, el plateíno tiene un pico en extremo extraño, y la codorniz no tiene cola. Sin embargo nadie se ríe de ellos sino de ti ¿Será por envidia, o porque se te considera un halcón a pesar de tu forma torpe? ¿Podría ser por alguna mala acción en vidas pasadas? ¡Ah, cualesquiera la razón, es una pena!”

El búho dijo, “No sé cuál sea la razón, pero sé que Lao Tzu dijo, ‘Existe una realidad, los hombres tan sólo le asignan nombres’. Puedo ver que mi forma no es común, y que otras aves de mofan de ella, pero esto no puede ser algo que yo deba odiar. Tampoco me debe enorgullecer que los hombres me consideren parte de la familia de los halcones. Quizá me llamaron así por el hecho de que cazo presas también, pero tampoco voy a rehusar tal mote. Si los hombres me llaman halcón y las aves se ríen, sea pues. Si un hombre me captura para usarme como señuelo, se ocupa de mantenerme sano. Y si hace eso por mí, ¿no debería devolver el favor? Todo eso está en mi naturaleza.”


- Issai Chozanshi (1659-1741), en Los Cuentos del Taoísta Pueblerino.



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