- ¡Mi general, estamos evacuando Piedras Negras!
- ¿Pos qué comieron?
El humor por medio de equívocos nos ha dado esa forma famosa que en
México llamamos “albur”, pero aunque algunos sólo conozcan a Chaf y Queli y películas como la Pulquería,
la verdad es que los juegos de palabras - que existen en todos los idiomas -
tienen un origen un poco menos prosaico, y de hecho llegó a ser pasatiempo de
gente más bien culta.
“Calambur” es el juego de
palabras que usa las cualidades de homonimia, paronimia y polisemia para crear
equívocos. Y claro que dicho de esta manera como profesor de la Real Academia,
nos imaginamos más a Cervantes que a Polo Polo, pero el principio es el mismo: diferentes
casos de palabras que se pronuncian igual pero que tienen diferentes
significados, o bien palabras con más de un significado.
Los calambures tienen mucho tiempo de ser usados en adivinanzas orales,
que dependen de la asociación de dos palabras para crear un sentido que no es
inmediatemente aparente: por ejemplo “Oro
no es, plata no es” (plátano es). En el
caso de la polisemia, como en el del chiste de arriba del general, es usando
más de un significado de la misma palabra.
El calambur más famoso de la historia es del s. XVII, que se le atribuye a nada menos que Francisco
de Quevedo. Cuenta la leyenda que Mariana de Austria, la esposa de Felipe IV, era
coja y le disgustaba cualquier mención a su condición. Y los amigos de Quevedo,
que eran de lo peor, le habían apostado a que no era capaz de decir el
insulto frente a la misma reina. Quevedo, que era un maestro del idioma y más
infame que sus amigos, aceptó el reto. De modo que tomó un clavel y una rosa y
se los ofreció a la reina, diciendo:
“Entre el clavel blanco y la rosa roja, Su Majestad escoja.”
Aquí hay otros ejemplos de calambures y equívocos, todos ‘SFW’:
- Oiga, le estoy dando razones convincentes, y usted me responde con
absurdos.
- ¡Pues usted, Vicente, y el Zurdo se pueden ir a la …!
* * *
Había una casa en el pueblo, cuya familia tenía tres hijas en edad de
casarse: Eduviges, Cleotilde y Pantaleona. Las hijas no salían mucho porque el
papá era muy estricto, así que poca gente las conocía bien pero se decía que
eran muy bellas. Un día llegó un joven
forastero al pueblo y enterándose de la reputación de las jóvenes, quiso ir a
la famosa casa para cortejar a alguna de las damitas. Pero después de preguntar
a la sirvienta, salió corriendo. El padre se enteró de esto y enojado, quiso
saber por qué un hombre podría desairar a sus hijas, así que le preguntó a la
sirvienta sobre su entrevista.
- ¿Qué te dijo ese hombre?
- Pues que quería conocer a las niñas.
- ¿Nada más?
- Pues me preguntó que quién era la más bonita de las tres.
- ¿Y qué le dijiste?
- Pues le dije, ¡aquí, la más bonita es Panta!
* * *
Un hombre estaba leyendo la vida de un santo varón, pero como no sabía
leer muy bien, y no sabía mucho de puntuación y ortografía, no le pareció tan
digna de admiración su conducta. ¿Por qué? Bueno, pues en el libro aparecía la
siguiente descripición:
“Comía como vestía. Dormía sobre una vieja estera. La vida del santo…”
Sin embargo, al leer eso, más bien interpretó:
“Comía como bestia. Dormía sobre una vieja. Estera la vida del santo…”
* * *
Llega un hombre a un bar, y el solícito cantinero empieza el diálogo:
- Usté me dirá.
- ¿Yo? Mediré… como uno setenta.
- ¿Eh? No, no. ¿Qué va a ser?
- Hombre, yo quiero ser abogado.
- No, no. Que qué le pongo al señor.
- Mira, al Señor ponle una veladora. Pero a ver si te dejas de preguntar
cosas raras y me das una cerveza.
Para ver otro tipo de equívoco, un poco más trágico, vea la historia del
Geólogo desafortunado. Vea algunos de los resultados de quedarse “perdido en la traducción”, o bien vea los esfuerzos infructuosos de algunos que han querido
cuidar sus pertenencias, sin hacerse entender bien.
VIDEO DEL DÍA
Vamos a ponernos absurdos. El internet y la tecnología van a una
velocidad vertiginosa, y realmente apenas tenemos tiempo de asimilar las cosas
que salen todos los días. Hoy en día cualquiera con una computadora puede hacer
videos de calidad profesional, así que muchos ni nos acordamos que hace sólo 12
años, lo máximo era hacer animaciones en Flash, un punto por arriba de las caricaturas de Clutch Cargo en los sesentas. Suzukisan es una de esas
animaciones, llamada más bien “Animutación”. Siguiendo con el tema de los
equívocos, el autor del video tomó una canción japonesa de 1998 que se llama Torikaekko
Please (Intercambiemos por favor), que
es una sátira de las canciones románticas, en donde los enamorados aquí
intercambian juegos de video y pokemones; y la “tradujo” al inglés, poniendo lo
que más o menos él escuchaba, por supuesto sin saber japonés. Y encima de todo
eso hizo la siguiente creación gráfica:
Jeje. Muy interesante, como siempre.
ResponderEliminar¡Gracias! Es para empezar bien el fin de semana.
EliminarBuena investigación, Alfonso. Saludos.
ResponderEliminarMe encantó, justo mencionas a Quevedo que se volvió mi idolo desde la secundaria
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