domingo, 26 de mayo de 2013

Salvar al Planeta



Por George Carlin

Somos tan pretenciosos. ¡Tan engreídos! Todo mundo tiene algo que salvar en estos días: “Salven a los árboles, salven a las abejas, salven a las ballenas, salven a los caracoles.” Y la mayor arrogancia de todas: Salvemos el Planeta. ¿Qué? ¿Están bromeando estos tarugos? Salvemos al planeta… ¡si no sabemos ni cómo cuidarnos a nosotros mismos! No hemos aprendido a ayudarnos unos a otros, ¿y vamos a salvar el maldito planeta?

Me estoy cansando de esas idioteces. Me estoy cansando del maldito Día de la Tierra y de esos ambientalistas presumidos, esos liberales blancos y burgueses que piensan que lo único malo que tiene este país es que le faltan más ciclovías. Cansado de esa gente banal que quiere un mundo seguro, pero para manejar sus Volvos. Y además, a los ambientalistas les importa un carajo el planeta. No les importa el planeta, no en lo abstracto. ¿Saben qué les interesa? Tener un lugar limpio para vivir; su propio hábitat. Están preocupados de que quizá en el futuro puedan ser personalmente incomodados por la contaminación. ¿Y saben qué? El egoísmo cerrado e ignorante no me impresiona.

Además, no hay problema con el planeta. No hay nada de malo con él; el planeta está bien. La GENTE, esa sí que está mal. Hay una diferencia. Comparado con la gente, al planeta le está yendo excelente: ha estado aquí 4,500 millones de años. ¿Han pensado en las proporciones? Nosotros hemos estado aquí por ¿cuánto, cien mil años, doscientos mil si acaso? Y hemos estado realizando actividad industrial moderna por poco más de doscientos años.  Doscientos años, contra cuatro mil quinientos millones. ¿Y tenemos la VANIDAD de pensar que de alguna forma, somos una amenaza? ¿Que de alguna forma vamos a poner en peligro a esta hermosa bola azul y verde que da vueltas alrededor del sol?

El planeta ha pasado por muchas cosas peores que nosotros, todo tipo de desastres. Ha soportado terremotos, volcanes, movimientos tectónicos y la separación de continentes enteros; erupciones solares, tormentas magnéticas, la inversión de los polos magnéticos… cientos de miles de años de ser bombardeada por cometas y asteroides, inundaciones globales, maremotos, incendios continentales, erosión, rayos cósmicos, glaciaciones recurrentes… ¿y pensamos que unas cuantas bolsas de plástico y latas de aluminio van a hacer diferencia? 

El planeta… el planeta no se va a ir a ningún lado. ¡PERO NOSOTROS SÍ!

Nosotros nos vamos a ir. Hagan las maletas, amigos, porque vamos de salida. Y tampoco vamos a dejar mucho rastro, gracias a Dios. A la mejor, un poco de poliestireno. Si acaso. Un poco de plástico por ahí. El planeta seguirá aquí, mucho después de que nosotros hayamos desaparecido, una mutación fallida más, un error biológico que no llegó a ninguna parte. Seremos un callejón sin salida de la evolución y el planeta se deshará de nosotros como si hubiera tenido pulgas durante un tiempo, una molestia en la piel.

¿Quieren saber cómo le va al planeta? Pregúntenle a la gente de Pompeya, que quedaron como estatuas después de ser cubiertos por ceniza volcánica en un santiamén. Pregúntenles a ellos si se sienten un peligro. O pregúntenle a la gente de la ciudad de México o de Armenia o de otros cien lugares que han sido enterrados bajo miles de toneladas de escombros… si sienten que esta semana están amenazando al planeta. 

Y qué tal esa gente de Kilowaia en Hawaii, que hizo casas al lado de un volcán activo y luego se preguntan porqué tienen lava en su comedor.

El planeta, va a estar aquí por un largo LARGO tiempo después de que nosotros ya no estemos, y se va a curar solo, se va a limpiar solo, porque eso es lo que hace; es un sistema que se auto-regula. El aire y el agua se recuperarán, la tierra se renovará, y si es cierto que el plástico no se puede degradar, pues el planeta simplemente lo integrará en su nueva imagen: Tierra + Plástico. A la Tierra no le importan nuestros prejuicios contra el plástico; el plástico salió de la tierra, y Ella probablemente lo ve como otro más de sus hijos. Quizá hasta esa pueda ser la razón por la que la Tierra permitió nuestra existencia en primer lugar: ¡porque quería plástico!  Pero no sabía cómo producirlo, y nos necesitaba. ¡Podría ser la respuesta a esa egocéntrica y antigua cuestión filosófica de “porqué estamos aquí” !  

Para hacer plástico, idiota.

Así que, el plástico está aquí, nuestra labor está hecha, ya podemos irnos. Y creo que el proceso ya ha comenzado. ¿No lo creen? 

Creo que siendo justos, el planeta sí nos ve como una ligera inconveniencia, algo con lo que tiene que lidiar. Y el planeta puede defenderse de forma organizada, así como una colmena de abejas o un hormiguero, que disparan mecanismos de defensa colectivos. ¿Qué harían ustedes si fueran el planeta, cómo se defendrían en contra de esta molesta especie? Vamos a ver… 

¡Virus! Parecen ser vulnerables a los virus, así que son buena idea… porque los virus siempre están mutando en formas nuevas cada vez que se inventa una vacuna. Quizá podamos usar un virus que destruya el sistema inmunológico de estas creaturas… ¡un virus de inmunodeficiencia, que los haga vulnerables a todo tipo de enfermedades! Y además, podemos hacer que se propague sexualmente, para que dejen de reproducirse.

Quizá sea justicia poética, quizá sea un comienzo. Y se vale soñar, ¿verdad?

Yo no me preocupo de las pequeñas cosas, de las abejas y los árboles, las ballenas y los caracoles. Yo lo que creo es que todos somos parte de una sabiduría superior, que nunca entenderemos. Un orden más alto, llámenlo como quieran. ¿Saben cómo lo llamo yo? El Gran Electrón. Ahí está, vibrando… ¡zum, zum, zuuuuum! No castiga, no recompensa, no juzga. Simplemente, Es. Y nosotros, también Somos.

Por unos breves momentos.

*

George Carlin (1937-2008) fue uno de los mejores y más influyentes comediantes estadounidenses del s. XX, con un agudísimo humor en el que disectaba a la sociedad moderna, su pensamiento y su lenguaje. Esta pieza es de su presentación en HBO de 1992, “Jammin' in New York”.


VIDEO DEL DÍA


Después de haber creado la legendaria serie The Twilight Zone (La Dimensión Desconocida), que duró de 1959 a 1964, Rod Serling  continuó con ‘Galería Nocturna’  de 1970 a 1973. Si bien aquí no tenía tanto control sobre los contenidos, se hizo el anfitrión del programa, presentando cada cuadro misterioso que era la base de cada historia corta.  Aquí un episodio con cuatro capítulos de 1971, de los cuales el mejor es el último, ‘Hells Bells’ del escritor Harry Turner, que mezcla misterio y humor, cuando un hippie va al infierno y encuentra algo que no imaginaba:

Night Gallery, Hells Bells, NBC

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