Noviembre 21 de 2024, la Corte Criminal Internacional (ICC) emite órdenes de arresto en contra de los criminales Benjamin Netanyahu y su recién depuesto ex-Ministro de Defensa, Yoav Gallant, así como para Mohammed Daif, líder de Hamas.
Las órdenes de arresto llevan los cargos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Esta acción, aunque muy bienvenida, se ha tomado un tiempo obscenamente largo en llegar; tiempo en el que Israel ha masacrado a decenas de miles de inocentes y prácticamente destruido todo Gaza. Para quienes han seguido con detalle el conflicto, la emisión de las órdenes era una acción obvia y necesaria, pero a lo largo de un año se han enfrentado a presiones gigantescas de Israel y de Estados Unidos. Aquí un breve recuento:
La criminalidad de los actos del gobierno de Israel se hizo evidente desde el inicio: su retórica extrema ha sido consistente con sus acciones. A tan sólo siete días de la masacre del 7 de octubre, la reportera especial de la ONU, Francesca Albanese, declaró que “Israel ha cruzado los límites de la ley internacional; está en proceso de realizar una limpieza étnica de palestinos, y esta vez puede ser peor que en 1947. La comunidad internacional debe detener estas acciones antes de que la tragedia se repita.”
Al día siguiente (octubre 15), el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dijo que “las acciones de Israel ya han ido más allá de la legítima defensa, y la comunidad internacional debe interceder para evitar el castigo colectivo de los palestinos.”
En octubre 25 de 2023, Human Rights Watch declaró que “la ICC debe ser apoyada para que investigue posibles crímenes de Israel.”
Estamos hablando de que todo esto era evidente a menos tres semanas de empezadas las acciones en contra de Gaza.
Sudáfrica realizó un proceso acelarado para promover este caso: de noviembre 6 de 2023 a enero 2 de 2024, protestó muy explíctamente, cortó relaciones con Israel y presentó el caso ante la ICC.
Para el 12 de noviembre ya había docenas de protestas de actores internacionales y Mary Lou McDonald, presidente del partido irlandés Sinn Fein también mencionó a la ICC, diciendo que Israel debía ser llevado ante ella.
En el mismo momento en que se empezaron a elevar estas voces, empezaron las campañas de desprestigio contra la ICC y de character assassination de sus miembros. Desde noviembre de 2023 empezaron a atacar a su fiscal, Karim Khan, diciendo que “no era apto para el puesto” y Natanyahu mismo dijo que “la ICC es antisemita”, la acusación estándar contra toda voz crítica o que se considere una amenaza.
Los ataques fueron duplicados y amplificados por EEUU, por supuesto. Empezando porque tras haber aceptado la jurisdicción de la ICC para emitir orden de arresto en contra de Putin, hipócritamente rechazaron su jurisdicción para Israel. El 19 de abril amenazaron con sanciones, de forma personal, a los miembros de la corte; el 29 de abril de 2024 dijeron descaradamente que “si hay órdenes de arresto no hay alto al fuego”. La presidente Akane ha llegado a decir que la intensidad de los ataques a la ICC “no tienen precedente”; de hecho el 3 de mayo de 2024 tuvo que emitir un comunicado oficial para pedir que se dejara de atacar e intimidar a sus funcionarios.
Nada de esto detuvo a Israel ni a EEUU: el 5 de junio de 2024 el Congreso pasó una legislación para sancionar a la ICC (247-155) en caso de que siguieran el proceso de emitir órdenes de arresto. Las sanciones incluyen la imposibilidad de realizar transacciones en EEUU y la revocación de visas.
Y por supuesto, el 24 de julio EEUU recibió en el Congreso a Netanyahu: un acto vergonzoso en el que repitió su retórica religioso-extremista y la mayoría de los congresistas lo ovacionaron de pie docenas de veces. Tras el discurso, John Kirby, vocero de la Casa Blanca, dijo que “no estamos de acuerdo con la ICC y consideramos a Netanyahu un socio y un amigo.”
Pues bien, su socio y amigo ha sido declarado un criminal de guerra.
Addendum:
A las pocas horas del anuncio de las órdenes de arresto, el político estadounidense y fanático pro-Israel Lindsay Graham, reiteró lo que él y otros muchos han estado repitiendo desde enero de 2024: “voy a promover legislación para sancionar a cualquier país que coopere con las órdenes emitidas por La Haya. Estas órdenes son una amenaza no sólo para Israel sino para EEUU.” El impresentable senador Tom Cotton añade que "la ICC es una corte ilegítima (kangaroo court) y Karim Khan es un fanático desquiciado. ¡Pobre de él y de cualquiera que intente hacer cumplir estas órdenes judiciales ilegales! Permítanme recordarles a todos: la ley estadounidense sobre la CPI se conoce como la Ley de Invasión de La Haya por una razón. Piénsenlo."
Gracias por ser tan claro y presentarnos la situacion, personajes, instituciones, objetivos, alcances y lo más importante, la actual realidad
ResponderEliminar