Aquí hay tres escenarios de lo que puede ser el conocer a una persona nueva en una fiesta. Hay tres personas: Tú (que te llamas Paco), tu amiga Ana, y una persona nueva que se llama Claudia.
ESCENARIO 1
Ana: Paco, ven, mira te presento a Claudia.
Claudia: Hola Paco, soy Claudia.
Paco: Hola, Claudia.
Claudia: ¿Ya viste la serie de El Pinguino? Está buenísima.
Paco: Wow, sí, ese Colin Farrell...
* *
ESCENARIO 2
Ana: Paco, ven, mira te presento a Claudia.
Claudia: Hola Paco, soy Claudia.
Paco: Hola, Claudia.
Claudia: No te atrevas a decirme de ninguna otra manera que no sea Claudia, ¿eh?
Paco: Oh, okeeey...
Claudia: Te lo advierto, Paco. Y si hablas de mí, dices “ella”. Siempre. ¿OK? Es más, quiero que declares aquí en voz alta ante todos los presentes que mi nombre es Claudia, soy ella, y el derecho a los pronombres es inalienable. Es más, Ana me dijo que tienes un niño de 9 años; quiero que llegando a tu casa le preguntes si no prefiere ir a la escuela con un vestido rosa!!!
Paco: Pero pero...
Claudia: ¡Hey atención todos, Paco es un opresooor!!!
* *
ESCENARIO 3
Ana: Paco, ven, mira te presento a Claudia.
Claudia: Hola Paco, soy Claudia.
Paco: Hola... “Claudia”. ¿Pero cómo te llamas de verdad?
Claudia: ¿Eh? Yo...
Paco: ¿Tú qué? ¿De dónde sacaste ese nombre de Claudia? ¿Así dice tu acta de nacimiento? ¿Y esa manzana de Adán qué? ¿Y esas venas en las manos? Mira señor, yo no te voy a decir Claudia ni ella ni elle ni ellos. Entiéndeme que no te voy a decir como tú quieras sino como yo lo decida después de una inspección basada en las leyes de la naturaleza. ¡A ver, bájate la falda a que todos veamos si de verdad eres Claudia!
Ana: Paco, por el amor de Dios.
* *
Escenario 1: tres personas maduras, amistosas y no acomplejadas.
Escenario 2: si crees que eso pasa normalmente, tienes problemas.
Escenario 3: si fantaseas con que eso pase, tienes problemas.
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