viernes, 24 de mayo de 2013

La Guerra contra el Terrorismo…



Detalle de la portada de 'La Guerra de la Pulga', de Taber


… es una estupidez. Más de diez años han pasado desde que se acuñó esta frase, la primera gran propaganda del siglo XXI,  y sigue siendo igual de idiota y falta de sentido aunque se siga machacando sin descanso. Es como decir ‘Guerra contra los Ataques de Caballería’ ó bien ‘Guerra contra las Batallas Navales’. El terrorismo no se debe poner con mayúscula, no es un enemigo sino una táctica, que se usa en situaciones muy específicas: cuando hay una muy marcada asimetría de fuerzas entre dos lados en conflicto. La parte débil usa esta táctica para desgastar, confundir y desmoralizar a un enemigo que es numéricamente mucho más poderoso, y normalmente es usada en contra de fuerzas invasoras.

Y además, ‘terrorismo’ no es la palabra adecuada, sino ‘Guerra de Guerrillas’ o como lo puso R. Taber, ‘Guerra de la Pulga’: una estrategia que puede ser usada por grupos pequeños y dispersos pero bien organizados y de rápida movilidad, en contra de ejércitos formales que consumen muchos recursos en sus movimientos.  

Pero se dice ‘terrorismo’ cuando lo hace el bando contrario (‘el enemigo’), y se dice ‘resistencia’ cuando lo hacen ‘los buenos’, que son los que dan las noticias. De modo que es una palabra cargada de sentido propagandístico.

Robert Fisk, uno de los principales expertos en Medio Oriente, dice “¿Está el ejército iranio a las puertas de Londres? ¿La marina afgana está en la Bahía de Hudson? ¿Tiene Iraq bases militares por todo el mundo? Y si no, entonces ¿quién es el que amenaza a quién y por cuánto tiempo lo ha hecho? ” Porque lo contrario sí es verdad: las potencias europeas (a las que después se les sumó ávidamente EUA) han invadido o semi-colonizado Medio Oriente a partir de la segunda mitad del s. XIX y durante esa época de ajedrez global entre poderosos que se llamó ‘El Gran Juego’.

El verdadero terrorismo puede ser usado tanto de forma ofensiva como defensiva. Puede estar envuelto en retórica nacionalista ó religiosa, y se puede servir de ambas para reclutar adeptos, pero hay que entender que en sí mismo, no es sino una táctica y de ninguna manera un enemigo. Dice una de las máximas del antiguo y famoso arte militar chino: “Dale forma a tu enemigo. Si es visible y definido, puede ser derrotado”. Hacer del enemigo un fantasma como el terrorismo no es más que apuntar al fracaso desde el punto de vista exclusivamente estratégico-militar, pero por otro lado mantiene siempre viva y contenta a una industria poderosa, que parece ser más bien el objetivo real aquí, y que tiene que ver más bien con cálculos económicos. 

Los objetivos de la táctica terrorista son básicamente dos, dependiendo de si es defensiva (la gran mayoría de los casos) u ofensiva: en el primer caso, es demostrarle al invasor que su costo de mantenerse en el territorio invadido es demasiado alto y hacer que finalmente abandone las tierras ocupadas. No es necesario ser un fanático religioso para reclutar a hombres dispuestos a morir por su patria, porque el nacionalismo y el odio natual hacia un invasor son más que suficientes. Esto ha pasado infinidad de veces en la historia.

En el caso de ser ofensivo, lo cual es mucho menos común, el objetivo es hostigar y desagastar a un enemigo poderoso, haciendo que gaste sus recursos por mucho tiempo en cosas inútiles, de forma que en el futuro pueda ser atacado frontalmente con más facilidad. Pero en este caso, se presupone la existencia de un ejército propio que pueda completar la tarea de ataque en ese futuro planeado. Los grandes imperios también usan esta táctica: EUA la ha usado repetidas veces para debilitar a docenas de regímenes contrarios a sus intereses en todo el mundo desde Irán hasta Chile, por mencionar sólo a dos que han sido abiertamente reconocidos por la CIA y para no hacer un recuento deprimente por lo largo de la lista.


VIDEO DEL DÍA


Hace unos años empezó una moda de imitar a Christopher Walken en internet, a partir de un sketch de Saturday Night Live en el que el actor Kevin Spacey hizo una excelente parodia de la extraña cadencia para hablar de su colega. Entre toda la retahíla de imitadores hay muchos graciosos, pero se lleva las palmas con mucho el video de ‘Cooking with Christopher Walken’, realizado por el webite satírico de Australia, The Wedge, porque el actor no sólo captura a la perfección las manías de Walken sino que hace referencias a trabajos de su carrera como el video de Weapon of Choice ó su infame ‘monólogo del reloj’ en Pulp Fiction:


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