Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.-- Mario Benedetti
En la película original de Matrix,
nos damos cuenta de que la humanidad en su mayoría vive en un sueño virtual
creado por máquinas inteligentes. La “realidad real”, donde viven los que se
despiertan de ese sueño, es que el mundo está hecho un asco, y la gente vive
bajo tierra, asediada por las inteligencias artificiales que se han adueñado
del mundo. Por supuesto, los héroes luchan contra esta dominación.
Sin embargo, en cierto punto de la
trama vemos un traidor: el personaje Cypher se pasa del lado de las máquinas y
les dice cómo capturar a sus camaradas.
¿Su recompensa? Volver a la Matrix,
a vivir tranquilo.
Vamos a ver con detalle lo que quiere
Cypher: su vida real es una desgracia. Vive en una pocilga llena de tubos y
cables colgando por todos lados, come comida asquerosa que no sabe a nada, y
siempre está en peligro de muerte ante los ataques de las máquinas. Él sabe que
lo que está pidiendo es esto: que su memoria de lo real se borre por
completo, y que se le reinserte en ese sueño en el que puede comer bistec y
andar en un carro de lujo.
Sabe perfectamente que eso no es
“real”, pero lo prefiere por sobre su realidad. Lo prefiere tanto, que está
dispuesto a traicionar a sus amigos y camaradas de lucha.
A un personaje como Cypher normalmente
lo vemos en una película como el típico maldito que hay que odiar, pero su
motivación es muy compleja y el nivel al que ha llegado a detestar su propia
vida, es sorprendente y digno de lástima. Para él, los hechos objetivos no son
importantes, la realidad misma no es importante: sólo le importa la sensación que
quiere tener de felicidad, independientemente de dónde provenga.
A propósito de esta disociación entre
lo que se tiene y lo que se imagina, exacerbada por la crisis del coronavirus
en todo el mundo, @Azafran_ConMiel y @AlmendraPeleona tuvieron un interesante
coloquio en Twitter que pueden revisar aquí:
VIDEO DEL DÍA
La famosa escena de Cypher y el Agente Smith, emisario del mundo de las máquinas:
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