Coronavirus: una analogía eléctrica

Por: M.C Demetrio García Almazán @demgaralm

 

Buen día. En vista de lo modorro que anduve anoche y a que Twitter es un espacio corto para expresar las ideas, no supe acomodar estas ideas para expresarlas de una manera adecuada en un hilo. Como dijo Pascal Beltrán del Río (@beltrandelrio) en uno de sus twits, escribir es un ejercicio de hacer y deshacer continuamente por lo que hacer un escrito o expresar las ideas de manera adecuada la primera vez es algo prácticamente imposible; siempre puede haber algo que agregar o algo que quitar. Por lo que elaboro este escrito nuevamente esperando ser más claro.

Para entender la analogía con redes eléctricas, considero conveniente exponerles algo acerca de la materia de una forma sencilla. Expondré dos cosas: suministro de energía y fallas eléctricas.

Suministro de Energía

Las redes eléctricas suministran electricidad a las poblaciones e industrias (a quienes de aquí en adelante llamaré carga ó cargas, según corresponda). La electricidad es producida por las distintas centrales eléctricas existentes (las llamaré centrales ó generadores).

La red eléctrica se compone de subestaciones, líneas de transmisión (las líneas que están tendidas sobre las torres que mucha gente llama “vestidos” o “cara de gato”), líneas de distribución (circuitos alimentadores, que son los cables de 13.8, 23 ó 34.5 KV que ven en las calles), transformadores de transmisión, transformadores de distribución y centrales generadoras. De aquí en adelante, cuando me refiera a líneas y transformadores por igual, me referiré a ellos como equipos.

La energía eléctrica que requiere una carga para funcionar, se le conoce como demanda. La red eléctrica debe estar diseñada para poder satisfacer esta demanda. Hay que tener en cuenta que la electricidad debe generarse en el instante en que se requiere, por lo que siempre hay un balance carga-generación y debe cuidarse en la operación de la red eléctrica para evitar una afectación de generación o de carga según sea el caso.

Para mantener este balance, se hace la planeación de la generación, con base a los comportamientos de la demanda en días previos, para elaborar un Pronóstico de Demanda. Conocer el comportamiento de la demanda ayuda mucho a los operadores y analistas de redes eléctricas a conocer dónde están parados. Para ello son imprescindibles las mediciones en la red eléctrica.

A la red eléctrica del país que no incluye a los estados de la península de Baja California, se le conoce como Sistema Interconectado Nacional. Lo de “Interconectado” es porque las subestaciones eléctricas del país están conectadas unas con otras a través de las líneas de transmisión.

Debido a esta conectividad, cuando una línea o transformador que conecta una subestación con otra sale de servicio por falla o mantenimiento, la energía eléctrica busca otro camino para llegar a su destino, a través de otras líneas o transformadores de la red. Cuando se tienen altas demandas de energía y salen equipos de servicio, se pueden presentar o sobrecargas en otros equipos de la red, o bajos voltajes.

La sobrecarga puede traer como consecuencia que se presenten puntos calientes en los equipos ya que, al operar por encima de sus capacidades, se calientan. Para mitigar sobrecargas se usan distintas estrategias: seccionamientos de la red (abrir equipos para que la electricidad se vaya por otro lado); transferencias de carga (pasar la carga a otro circuito menos cargado); subir o bajar generación, o tiros de carga (apagones). De todas estas estrategias, la menos deseada en cualquier red eléctrica del mundo es, precisamente, el tiro de carga, porque se deja de cumplir el objetivo de suministrar electricidad a la carga; además de la afectación social que conlleva.

Fallas eléctricas

Una falla eléctrica es lo que coloquialmente conocemos como un “corto”. Estos pueden darse en redes de transmisión, en las redes de distribución, y hasta en las instalaciones eléctricas de nuestras casas.

Cuando ocurren fallas eléctricas (de aquí en adelante, fallas) se producen altas corrientes en la red que llegan al “punto de falla”, lo cual puede provocar daño en los conductores que componen a los distintos equipos de la red eléctrica. Para evitarlo, todos los equipos deben contar con protecciones eléctricas (de aquí en adelante, protecciones). Las protecciones se ajustan y coordinan con un tiempo determinado para liberar la falla en tiempos óptimos y evitar la propagación de sus efectos adversos.

Liberar una falla es fundamental en la red eléctrica, pues entre más tiempo dure la misma, más daño se tiene en los equipos de la red y más duran sus efectos adversos. Si una falla es liberada de forma tardía, los efectos de la falla pueden llegar a “sentirse” en otros elementos de la red provocando efectos no deseados en la misma, como la operación no deseada de protecciones de respaldo. Esto provoca que otros equipos salgan de servicio (la salida de un equipo por efectos de una protección se conoce como disparo), con la posibilidad de que dichos disparos se presenten en cascada (efecto dominó) y provoquen un colapso.

Pasemos estos conceptos al tema que nos ocupa:

Posible margen de maniobra ante contingencia del coronavirus presente en México

Lo primero que debería hacer la Secretaría de Salud es saber dónde estamos parados como país actualmente con respecto a esta contingencia. Saber la demanda (en este caso los casos activos y defunciones) y los recursos de generación disponibles en cada estado (podríamos verlo como los hospitales). Para ello, la Secretaría de Salud Federal (de aquí en adelante, Salud) debe dejarse de cosas y aceptar que hay un problema más allá de lo únicamente registrado por el INDRE.

Desafortunadamente no contamos con las mediciones suficientes para ello. Sin embargo, se tiene un registro de casos en cada estado, lo cual te puede dar mayor certeza de la problemática presente y conocer así tu demanda, el comportamiento de la misma (incremento de casos y defunciones) y los recursos con los que cuentas.

Hecho esto, Salud debe detectar cuáles son los estados que presentan mayor incremento en la demanda ya que esto podría suponer una sobrecarga para dicho estado (podemos verlo como saturación de hospitales). Entonces, debe enfocar esfuerzos en disipar esta sobrecarga. La primera estrategia es seccionar (en este caso recurrir al cierre de fronteras) a dicho estado del resto del país, lo cual se traduce en una especie de aislamiento o “quédate en casa”. Se puede verificar si estados colindantes están presentando menos tasas de contagios, y transferir algo de carga hacia un estado vecino para bajar la cargabilidad del estado afectado, y que la atención sea más adecuada para los pacientes que están más graves en el estado de origen: esto es buscar “amortiguar” la cantidad de decesos.

En los estados más afectados, deben redoblarse esfuerzos para ayudar a la gente que apenas empieza con la enfermedad o ya está avanzada. Anoche comenté que la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie (@lximenezfyvie) tiene un proyecto al respecto, al cual le faltan recursos para poder operar al 100%. Esto no quiere decir que la Dra. Laurie y su equipo se avienten todo el jale; sólo deseo expresar que hay gente dispuesta a apoyar para lograr que esto sea posible para que Salud y la población de México logre el objetivo, que es acabar con el coronavirus en México.

Un nuevo caso puede verse como una falla en la red eléctrica: entre más rápido la liberes, es mejor. Se han publicado varios artículos que dejan entrever este concepto desde el punto de vista médico con respecto al coronavirus y otras afecciones; algunos han sido compartidos por PRODAVANT (@prodavant). La persona enferma o que crea estarlo, debe ser consciente de su situación para aislarse lo más pronto posible para cortar la cadena de transmisión. Asimismo, Salud y las instituciones privadas de salud, deben de llevar un registro fidedigno de los casos registrados y sospechosos para aislar a estas personas y poder cortar las cadenas de contagio para evitar un efecto en cascada; recuerden que si las protecciones no operan correctamente, las fallas (los contagios) se propagan sin control.

Controlado el asunto en los estados más afectados, podremos tener un balance en el registro de casos y defunciones por estado alcanzando una estabilidad en el país. Ya lograda esa estabilidad, se debe tener establecida una estrategia para aplicar de forma pareja en todo el país. El cierre de fronteras es razonable para evitar la importación de casos o reducirla a lo mínimo.

Estoy consciente de que no se puede frenar la economía; en este aspecto, lo que se me ocurre es que Salud implemente penalizaciones (no amenazar con cerrar o clausurar empresas) a las empresas que no respeten las medidas de higiene y prevención del coronavirus. Lo que sí es importante es que negocios no esenciales y que impliquen aglomeración de gente, deben suspenderse (no sé cómo compensar esta suspensión desde el punto de vista económico ya que no es mi fuerte) buscando dar un aliciente para evitar que estos pequeños negocios mueran.

Para lograr esto se requiere:

1.      Crear conciencia. Realizar una ardua campaña de concientización (Susana Distancia es campaña de prevención, no de concientización) para con la población en general, empresarios y personal de salud.

2.      Trabajo en equipo. La Secretaría de Salud Federal debe hacer sinergia con las secretarías de salud estatales (aventarles la pelota trasladándoles la responsabilidad no es sinergia). Se deben sentar todos juntos y establecer entre todos cómo hacer para atacar el problema y jalar parejo. Hay estados que han manejado de una forma muy eficiente la contingencia, y podrían aportar con su experiencia a otros estados que la están pasando mal.

3.      Empatía. La implementación de la estrategia que se decida utilizar va a traernos un desgaste emocional, a algunos más fuerte que otros. Por eso en estos tiempos, los psicólogos y lo psiquiatras juegan un papel importante. También apoyemos moralmente a nuestros compañeros cercanos. Nunca sabemos quién esta pasando un mal rato. Seamos empáticos.

4.      Unidad. Independientemente de que seas conservador o neoliberal, el coronavirus te puede matar si no te cuidas. Y con las cifras y la situación que estamos viviendo actualmente, la enfermedad es un lujo que no nos podemos dar.

5.      Humildad. Es posible que Salud no sepa por dónde entrarle al asunto por el motivo que ustedes quieran. De ser así, Salud debe tener en cuenta que México no es el único país que existe y que, si necesita ayuda u orientación, puede apoyarse con secretarios o ministros de salud de otros países que han controlado este problema. No sé si eso tenga un costo, pero Salud ahorita ya no está en la escuela como para decir “es que no le puedo preguntar al compañero de al lado cómo le hizo.” No creo que los ministros de otros países se cierren a compartir experiencias al contrario, eso les da más “plusvalía” a ellos (traer a médicos cubanos a establecer “políticas públicas” para ver qué sale no es pedir ayuda u orientación).

6.      Monitoreo. Las mediciones son importantes para la operación de una red eléctrica, pues te ayudan a conocer el estado operativo en que se encuentra la red. En el caso del coronavirus, las pruebas serán las que nos digan en dónde estamos parados realmente y conocer el estado del arte que guarda la pandemia. Sin ellas, estamos ciegos ante la contingencia y las estrategias implementadas quedarán como una simple improvisación. No debemos darnos el lujo de dejar cabos sueltos.

Recuerden las estrategias expuestas en el suministro de energía. En este caso el tiro de carga no es una opción.

Tal vez esto es algo utópico de mi parte, pero esta es la idea que traía en mente y que quise exponer anoche. Agradezco mucho el interés que mostraron todos ustedes y les agradezco por leerme.

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