miércoles, 12 de agosto de 2020

El general derrotado


El general había perdido la batalla, la mayoría de sus hombres habían muerto, y se encontraba ante la corte marcial.
— General, ¿cómo es posible que haya sufrido una derrota con tal ignominia?
— No fue mi culpa.
— Usted estaba al mando de esos hombres, ¿de quién va a ser la culpa?
— El terreno era muy agreste y había mucho lodo, no podíamos avanzar.
— ¿Qué no llegaron al campo de batalla con tres días de anticipación?
— Bueno, sí.
— ¿Y no instruyó a sus hombres de cavar las zanjas, enviar centinelas de reconocimiento, preparar el terreno donde fuera posible? Eso lo sabe cualquier general.
— Bueno, pero es que no los podía obligar.
— ¡Claro que podía! ¡Para eso es el general! ¿Qué no les dio instrucciones?
— Bueno, sí. Pero muchos no me hacían caso.
— ¿Cómo es posible que un soldado no le haga caso a su general? ¿Qué no les dijo que era una misión vital tomar esa colina?
— Pues les dije que sí, que era bueno si la podíamos tomar.
— ¡¿Cómo que “era bueno”?! ¡Era VITAL! ¡Sin esa colina hemos perdido todo el frente oriental, el enemigo nos ha hecho retroceder 100 kilómetros, cortó nuestra línea de provisiones y capturó toneladas de municiones!
— Bueno, no, sí les dije desde el principio que era vital. Sí les dije.
— Nos acaba de decir que no. Y aquí tenemos la bitácora con todas sus órdenes. No les dijo que empezaran a cavar trincheras sino hasta el día antes de la batalla, cuando el enemigo ya tenía mil cañones a 1 kilómetro de distancia.
— Pero bueno, miren esto: ¡los soldados, incluso los muertos, siempre mantuvieron sus cascos!
— ¡Nos importan un pepino los cascos! ¡Se batió en retirada y perdió a la mitad de sus hombres pudiendo haber capturado esa colina si hubiera actuado a tiempo! ¿Qué clase de medición son los cascos?
— Ehhh… pero la retirada fue un éxito, hasta nos sobró combustible.
— ¿Qué demonios está diciendo? ¡Ni siquiera la retirada la pudo hacer bien! En vez de retirarse de inmediato ante el desastre y reagruparse en otra posición, se tardaron dos días en marchar. ¿Y nos dice que le sobró gasolina?
— Pues es un indicador de éxito…
— ¡El único indicador era TOMAR LA COLINA! ¡El ÚNICO! ¡Esa era su misión y la incumplió por inepto!
— Los soldados, muchos tenían pie plano…
— Retírenle de inmediato todos los galones a este hombre y llévenselo a las mazmorras.


  

3 comentarios:

  1. Excelente analogía, lástima que aquí en México no tenemos quién cuestione al general.

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  2. Claro que sí: Los periodistas honestos. Es lo único que nos queda.

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  3. Muy bueno, ojalá fuera una realidad en México, nos quedamos con la sensación de estar desprotegidos ante decisiones erróneas que nos afectan enormemente.

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