Por Manuel Díaz (TW: @diaz_manuel)
Durante el fin de
semana, pareciera que el compañero, camarada presidente y ahora pastor Andrés
Manuel López Obrador junto con sus discípulos Manuel Bartlett y Rocío Nahle,
aplicaron una especie de “sabadazo” en el sector eléctrico, se fueron, sin
tapujos, a desarrollar el monopolio energético del país.
Dos hechos dieron el
banderazo para su anuncio:
Primero, que la
secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira santificará, bueno, exonerara a
quien protagonizó la caída del sistema para robarle la presidencia a Cuauhtémoc
Cárdenas e imponer a Carlos Salinas, Manuel Bartlett, de las acusaciones sobre
conflicto de interés y enriquecimiento ilícito.
Esto, evidentemente,
le permite a Bartlett hacer lo que le venga en gana en la CFE, al fin ya
Eréndira lo santificó.
Del T-MEC a la
incertidumbre
Segundo, la
ratificación del T-MEC, con ello pareciera que el gobierno federal obtuvo una
patente de corzo para realizar lo que se le antoje en el sector energético. De
haberlo hecho antes de la ratificación, las alarmas de desconfianza hubiesen
sonado y enredado las negociaciones, aún más de lo que hizo Jesús Seade.
Con la ratificación
del T-MEC, Bartlett, Nahle y compañía ya pueden jugar con el tema energético de
una manera muy tramposa. Garantizar generación y transmisión eléctrica y la
distribución de combustibles en el país, pero solo por la vía de las empresas
del Estado, es decir, vía Pemex y CFE, sin importar ni la calidad de la energía
ni el cuidado al medio ambiente.
Una vez que Bartlett
fue “canonizado” y con la ratificación del T-MEC, la SENER publicó un acuerdo
para permitir que plantas viejas de la CFE puedan acceder al mercado de
Certificados de Energías Limpias (CELs), lo que fue considerado por el sector
privado negativo para la inversión privada en ese rubro, no sólo por temas
medioambientales, ya que funcionaran con combustóleo, sino por el mensaje hacia
las inversiones privadas, las cuales prácticamente ya no participarán de ese
mercado.
La oposición se
manifestó tanto del lado de la iniciativa privada, como de parte de algunos
gobernadores. Los estados de Baja California Sur y Jalisco rechazaron la
construcción de una central de combustóleo y una termoeléctrica,
respectivamente. A ellos se unieron diversas organizaciones de la sociedad
civil como Plataforma México, Clima y Energía, Iniciativa Climática de México
(ICM), World Resources Institute México (WRI), World Wildlife Fund (WWF) y The
Climate Really Proyect, entre otras.
Tan grave la noticia
que el CCE y Coparmex de Gustavo de Hoyos van juntos en este tema, lo que no
había pasado en otros asuntos, en los que el CCE venía apoyando al presidente y
la Comparmex se oponía. En esta ocasión ambas cupulas empresariales exigieron a
las autoridades reconsiderar la eliminación del acuerdo que regula el poder
dominante de Pemex y CFE.
Como siempre, AMLO
respondió rechazando que sus decisiones fueran para inhibir la participación de
la iniciativa privada en el mercado de los combustibles y limitar el acceso a
infraestructura o que atente contra la competencia o vaya en contra de la
reforma energética.
AMLO nuevamente
miente y se contradice
Sin embargo y contra
su dicho, al día siguiente de haber declarado lo anterior, AMLO confirmó su
intención de monopolizar el sector energético: “En el caso de la industria
eléctrica, es un plan totalmente distinto a lo que se venía haciendo".
También señaló que: "Estuvimos viendo números y la conclusión es que la
CFE en esta nueva etapa va a ser muy rentable en términos económicos”. Comentó,
el 44% de la producción de energía eléctrica la realiza el sector privado y el
público el 56%. Al término del sexenio, consideró, el Gobierno podría producir
el 60 o 70%. En otras palabras, poco a poco irán eliminando al sector privado.
Por otra parte,
Financial Times, publicó un reportaje en el que decía: "el Gobierno
nacionalista" busca consolidar la generación eléctrica en manos del
Estado. El diario refiere a un plan del gobierno de la República en el que se
pretende elevar los costos de transmisión, en los que las empresas han basado
sus planes de inversión, haciendo a algunos proyectos inviables económicamente
y detenerlos. Así se encuentran diversos proyectos solares detenidos por
cuestiones burocráticas, como parques solares en Aguascalientes, Baja
California, Sonora, Chihuahua o algunos otros eólicos.
La fórmula del
desastre
El Financial Times
entrevistó a un “exfuncionario” del sector quien advirtió que "El
principal objetivo" del gobierno federal, "es fortalecer a la CFE,
debilitando a los otros participantes del mercado y borrando la independencia
del Cenace y la CRE... sin importar el impacto en los consumidores y los
costos", asegurando que, si se aprueba el plan, las medidas podrían quitar
incentivos a la inversión y "destruir absolutamente el mercado de
electricidad".
Los sindicatos
porros
Pero no todo acaba
ahí. El Líder del SUTERM, Vinicio Limón Rivera en un evento en Manzanillo
mostró su adhesión a AMLO y Bartlett y aseguró tajante que “en la medida en que
le metamos dinero a generación, vamos a hacer que los productores extranjeros
les sea incosteable y finalmente nos tengan que entregar esas plantas de
generación".
Pero qué decir, cuando
lo que sucede no es por “generación espontánea”. El director de CFE, Manuel Bartlett
y el líder del SUTERM son aliados políticos desde que ambos militaban en el
PRI. Ambos son poblanos, y se considera que el líder sindical tuvo el apoyo
político de Bartlett desde hace mucho tiempo para mantenerse al frente del
sindicato de los electricistas.
Con la propuesta de
AMLO y Bartlett de recuperar el monopolio de la CFE, también logran contener un
conflicto político en la revisión del contrato colectivo del SUTERM, del cual
se tiene contemplado hacerlo en mayo de 2020, pero las negociaciones ya
iniciaron.
La propuesta actual
de promover el control monopólico de CFE puede generar una controversia en
torno al T-MEC y como quedo aprobado.
Dos cosas se pueden
desprender de lo anterior. Se cumplirá con las inversiones en generación
eléctrica comprometidas en el T-MEC, las cuales serán realizadas por las
empresas de gobierno.
La participación
privada, se circunscribirá básicamente en temas de proveeduría y como
contratistas.
Así que las nuevas
tecnologías de generación distribuida, de producción y cuidado del medio
ambiente quedarán en el olvido, ya que regresaremos en algunos puntos al
monopolio estatal y al trapiche, como lo dijo AMLO en una gira por la huasteca
hidalguense: "Fortalecer la economía popular apoyando a los artesanos, a
los pequeños productores del campo y la ciudad, y a microempresarios, es igual
o más importante en creación de empleos y desarrollo, que solo apostar a las
grandes corporaciones de mucho consumo de capital, automatizadas y de poca
generación de energía limpia”.
"Dios
proveerá" y los ganadores serán sus aliados estadounidenses cristianos de quienes
dependeremos más.
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