De esos cuatro
villanos, sólo uno puede realmente destruir la Navidad; aquí están del más inofensivo
al peor de todos:
HEAT MISER
(The Year without a Santa Claus, 1974)
El Rey del Verano ni
siquiera quería robarse o hacerle nada malo a la Navidad, tan sólo estaba terco
de no irse y así hacer que la Navidad fuera caliente en lugar de fría. Es en esencia hacer que alguien de Canadá pase la Navidad en Argentina. Peligro: nulo.
GRINCH
(How the Grinch Stole Christmas; 1957, TV 1966)
El pobre Grinch tenía
un entendimiento tan pobre de la Navidad, que creía que robarse los adornos y
los juguetes iba a acabar con ella. Claro que hay gente que comparte ese entendimiento tan pobre, así que sí podrían irritarse ante la falta de foquitos. Peligro: casi nulo.
JACK SKELLINGTON
(The Nightmare
before Christmas, 1993)
Jack, el Rey Calabaza
de la Tierra de Halloween, no tenía nada en contra de la Navidad, al contrario, le fascinó cuando la vio por primera vez. El problema es que
cuando la descubrió, pensó que podía hacerla más interesante si le añadía una buena dosis de arañas y
fantasmas. Peligro: moderado, porque la verdad nadie quiere abrir regalos y hallar manos cercenadas.
Estos tres “villanos”
quizá pudieron trastocar un poco la Navidad, cambiando de manera más o menos
intrascendente sus formas. Además todos son monstruos fantásticos, y ninguno se
compara ni remotamente con los destrozos que puede causar un ser humano de carne y hueso:
EBENEEZER SCROOGE
(A Christmas Carol; 1843, TV 1984)
Scrooge es alguien
que ha perdido la empatía por sus semejantes, y ha dejado que su corazón se
congele ante el sufrimiento ajeno. Sólo si este sentimiento se hiciera común,
se podría destruir la esencia de la Navidad: la compasión. Sólo la indiferencia es tan terrible como para lograr algo así.
Pero aún
Scrooge tiene oportunidad de aprender la lección y redimirse.
VIDEO DEL DÍA
Marley, el fallecido amigo
de Scrooge, le advierte de las cadenas que éste está aún forjando en su espíritu,
y que son más largas que las de él. ¡Ay, que no podamos verlas porque no están hechas de
hierro visible, sino de indiferencia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario