En
2015 se acuñó la frase de la “Gran Muralla de Arena”,
una operación china para crear islas artificiales en el Mar del Sur de China y
reclamar territorios en aguas que han sido disputadas por varios países desde
hace décadas. La prensa internacional acogió la noticia con entusiasmo y por
supuesto asumiendo una retórica de inminente peligro bélico en la región,
diciendo incluso que un enfrentamiento
entre EEUU y el país oriental era inminente.
Para
un imperio —y EEUU desde luego que lo es— es importante tener un “buen malo”
para poder usar la narrativa clásica de conflicto disponible en todo momento;
todos los imperios lo han hecho y siempre es bueno tener cualquier “punto rojo”
a la mano. La historia está llena de pequeños detonadores: incidentes menores
en sí mismos, pero usados como excusa para comenzar un conflicto que se desea
desde antes. El poner en obvio peligro al barco Lusitania en 1915, que fue
hundido por los alemanes, fue el punto de entrada de EEUU a la Primera Guerra
Mundial. El “Incidente del Puente de Marco Polo” de 1937, una balacera menor,
fue usada por los japoneses para declarar la guerra a China, algo que ya
deseaban tiempo atrás. Más recientemente Bush usó de forma infame el espectro
de las armas de destrucción masiva para poder invadir Irak.
A
lo largo de la historia moderna, EEUU ha usado a los rusos y a los árabes como
buenos “malos” para su narrativa de guerra. Pero China tiene un lugar especial:
su “maldad” no se restringe a una coyuntura histórica como la Guerra Fría ó el
mundo post-9/11. China, desde 1850 más o menos, siempre ha sido el “peligro
amarillo” y es inherentemente amenazante; ya en los 30s el héroe (rubio) Flash
Gordon luchaba contra el Despiadado Ming, una caricatura de mandarín chino. En
los 60s Mafalda se preocupaba de que los chinos trabajaban mientras ella dormía,
y decía abiertamente que eran “un peligro para el mundo occidental”.
Ese no es ni con mucho un chiste aislado; si usted busca "Mafalda, chinos" le van a aparecer más de una docena de chistes similares, incluyendo algunos racistas.
Volviendo al tema: el reclamo territorial de China en las Islas Spratly se tomó en ese momento, claro, haciendo resaltar la “asertividad china” en aguas internacionales, pero la verdad es que en esas aguas Vietnam tiene 48 reclamos; Filipinas 8; China 8; Malasia 5 y Taiwán, 1. Estos reclamos empezaron a crecer en 1996 y en este tiempo Vietnam pasó de 24 a 48 (18 en los últimos 6 años), mientras que China no hizo ninguno y en 2015 era el único país que no tiene pistas aéreas ahí.
Cinco
años después las Islas Spratly nadie las menciona, pero se ha desatado una
guerra comercial por nuevas razones, incluyendo lo que se percibe como una amenaza
a la hegemonía tecnológica del imperio (léase telecomunicaciones y computación
de siguiente generación).
Es
un problema con muchas aristas, pero a quién le importa cuando tienes un buen
malo para usar.
Gracias por darnos a conocer hechos importantes
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