El año pasado en un foro de discusión de cosas raras, me topé a una
persona que empezó a decir que había remedios caseros para todo, que las
grandes farmacéuticas todo lo controlan y no quieren curar el cáncer, y otras
cosas de conspiración más o menos estándares. Pero poco más adelante en la
conversación se puso a decir que él sabía que el bicarbonato curaba el cáncer,
que el cáncer de hecho es producido por un exceso de acidez en la sangre, y que
lo que hay que hacer es controlar el pH de la sangre.
Al principio creí que estaba trolleando pero luego me di cuenta de que
lo decía en serio. Sin poder comprender semejantes afirmaciones, le pregunté un
poco más y me dijo que él —y al parecer muchos otros— siguen una dieta que "baja la acidez de la sangre", porque el exceso de acidez en ella es la causa de
prácticamente TODAS las enfermedades. Y además me dijo que diariamente controlaba
el pH de su sangre con un kit —comprado por supuesto en uno de los websites
que promocionan semejante idiotez— por el cual se mide el pH en la orina, y con ese dato se puede comer más o menos
bicarbonato (o alguna otra cosa de la "dieta alcalina") para ajustarlo. Para
repetir: se mide el pH en la orina. Que es como decir que puedes medir la
acidez del estómago con una muestra de uñas.
No pude seguir mucho más la conversación porque, aunque seguramente
bien intencionado, mi interlocutor sufría de una ignorancia supina en cuanto a
conceptos fundamentales de biología y del funcionamiento del cuerpo humano que
se aprenden en secundaria. Así que mejor me puse a investigar un poco acerca de
dónde pudo haber sacado una idea tan estrambótica, que está por lo menos a la
par de los que dicen que las vacunas causan autismo.
Lo que encontré fue un rumor parecido al de las vacunas, y que
aparentemente está teniendo bastante éxito con sus teorías. Y por éxito quiero
decir que vende muchos de sus kits, no que cura gente. Su máximo promotor se
llama Tullio Simoncini y se dice doctor, pero como decimos en el rancho, “ese
doctor no cura un guaje.”
El fulano —y ahora otros más que se han subido al vagón— dice como ya
mencioné, que el cáncer es causado por acidez en la sangre, aunque otras
variaciones también lo relacionan con un hongo. De hecho, hay variaciones de la
idea que dicen que no sólo el cáncer, sino casi todas las demás enfermedades que nos
afligen vienen del mismo problema de exceso de acidez en la sangre (medida como
pH), que puede ser controlada. Esta afirmación es tan increíblemente absurda que es difícil saber siquiera por dónde empezar.
Ahora bien, no todos tenemos tiempo de estudiar 8 años como los doctores
de verdad, pero sí debemos tener un poquito de disposición para educarnos por lo menos en cosas básicas,
digamos desempolvando un libro de biología de secundaria, consultando una
enciclopedia o un sitio serio de medicina, o preguntándole a algún pariente que
en efecto haya estudiado medicina. Lo que NO podemos hacer es ver un par de
videos en YouTube y ponernos a decir que los millones de médicos e
investigadores que han hecho avanzar nuestro conocimiento del cuerpo humano a
través de siglos, están todos mal y son unos malhechores/conspiradores. Y
aunque suene extremo, eso es exactamente lo que hacen muchas personas, que
supongo no tienen cáncer por el momento. Yo en lo particular tengo la suerte de
tener a mi madre que es médico (¡de los buenos!) y que siempre está a una
llamada de teléfono para cualquier pregunta.
Ahora, este tipo de engaños que se ha hecho cada vez más problemático
por la facilidad que representa el internet para dispersar todo tipo de
información, ha hecho que un montón de médicos de muchos países dediquen parte
de su tiempo libre a poner sus propios websites y explicar pacientemente —con
peras y manzanas— cómo funciona el cuerpo, las cosas que hemos aprendido en
medicina a través de siglos de prueba y error, y porqué EL BICARBONATO NO CURA
EL CÁNCER, por el amor de Cristo.
Tener una enfermedad mortal es ciertamente algo que nos puede orillar fácilmente
a la desesperación —yo lo sé— y
buscamos segundas opiniones, mejores hospitales, medicamentos experimentales,
tratamientos alternativos y finalmente pensamos si no será buena idea después
de todo ir a bailar a Chalma o buscar a los alumnos del niño Fidencio. Y aunque
no se pueden desestimar los —a veces muy poderosos— efectos de los placebos y
la sugestión, tenemos que saber qué son y cómo y cuándo pueden funcionar.
Primeramente, el término "cáncer" se le da a una multitud de
enfermedades que tienen en común un problema en el sistema de reproducción de
las células, que las hacen reproducirse descontroladamente. Pero las razones —y los tratamientos y los pronósticos— son muy diferentes de uno a otro cáncer: un
cáncer de piel y uno de médula no tienen nada que ver en lo que dispara su
origen. Hay pocos cánceres que entendemos bien hasta este momento —como por
ejemplo el de matriz— y hay varios que podemos tratar con buenos pronósticos,
pero aún estamos lejos de entender "todos los cánceres", mucho
menos tratarlos con éxito.
Para ser justos, existen teorías como la Hipótesis de Warburg, que debe
su nombre al Nóbel de Medicina Otto Warburg, que propone que el desperfecto que
hace que las células se reproduzcan sin control proviene de ciertos desbalances
metabólicos en su entorno inmediato (como falta de oxígeno), que las hacen
procesar ciertos químicos de forma impropia y que terminan disparando el temido
crecimiento canceroso. Esta es una teoría que aplica para ciertos tipos de
tumores y su desarrollo. Pero de esa idea a decir que “la acidez en la sangre
produce cáncer” y sobre todo que haya una dieta alcalina para controlar el
pH, hay un mundo entero de diferencia.
En cuanto al tema del bicarbonato, los conceptos de pH que tenía la
persona con la que platiqué eran en extremo rudimentarios; era más bien hablar con un convencido por fe que con alguien que sabe algo de lo que habla. Por
ejemplo, me decía que él normalmente mantiene su pH sanguíneo con una
alcalinidad por arriba de 8, que supongo que de acuerdo al kit es ideal, pero
que en realidad es absolutamente mortal. También me refirió que en una ocasión en
la que había sufrido un disgusto mayúsculo, la acidez en su sangre había subido
hasta 5, por lo que tuvo que controlarla inmediatamente con bicarbonato. Para
el lector, que como yo, no es experto en bioquímica: decir que el pH de la
sangre se puso en 5 es como decir que su sangre se convirtió de repente en
ácido de batería. Los engañabobos que hablan con terminología médica saben que el
99% de la gente no tenemos ni idea de estas cosas, así que estamos a su merced.
Entonces, para este engaño en particular, vale saber que:
1. El pH es una medida de acidez. Lo contrario de Acidez es Alcalinidad.
En la escala del pH, un número menor es más ácido, y uno mayor es más alcalino.
El 1 es extremadamente ácido.
2. El cuerpo es un sistema homeostático. Esto quiere decir que siempre
está en un estado constante y altamente regulado para que funcione bien. Las
docenas de parámetros con los que funcionamos están finísimamente controladas;
por ejemplo nuestra temperatura es de aproximadamente 37 C, y sentimos
cualquier variación en ella. Con medio grado nos damos cuenta de que algo anda
mal, con más de un grado estamos tumbados en la cama, y cuatro grados o más de
variación son en extremo graves. El pH de la sangre está siempre en un rango de
7.3 a 7.45, y variaciones mínimas en el pH son mucho más serias que las
variaciones de temperatura. Números como 5 u 8 son completamente ridículos.
3. El pH de la sangre se mide, precisamente con un examen de sangre, no
de orina. Todos los fluidos del cuerpo (sudor, saliva, sangre, orina) tienen su
propio pH, son diferentes y varían de forma completamente distinta: el pH de la
saliva antes y después de comer varía bastante, y también depende de qué se
comió.
4. Incluso si ingerimos bicarbonato (que es alcalino) diariamente, el
cuerpo recibe todo en el estómago, lo desdobla, lo pone a la misma temperatura,
hace un inventario y manda cada cosa a donde mejor se requiere, manteniendo la
sangre siempre en su mismo pH y desechando lo que no necesita. Habría que
ingerir kilos de bicarbonato para modificar realmente el pH de la sangre, pero
estaríamos muertos o gravísimos por intoxicación antes de poder hacer otra
cosa.
Si quiere saber un poco más, aquí hay un sitio que se llama
Science-Based Medicine, escrito por doctores que en sus ratos libres hablan de
medicina para los que no somos médicos. El link que pongo es del Dr. David Gorski (oncólogo) y habla en específico de los embaucadores que se especializan
en cáncer. En Science-Based Pharmacy, otro blog profesional, se toca el tema de
los farmacéuticos, y aquí el Dr. Scott Gavura habla en particular de los
exámenes de sangre y del concepto de pH.
Así que siga usando el bicarbonato para las agruras, en la cocina y para
lavarse los dientes, que es donde mejor funciona. Para cosas más serias,
consulte a su médico.
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