martes, 25 de febrero de 2020

Japón inexplicable


Me encantaría ponerme a discutir el concepto estético japonés del wabi-sabi, donde la imperfección y la impermanencia juegan un papel fundamental en el arte, y son muy difíciles de traducir y explicar en términos occidentales.
Pero lo que me ocupa hoy es mucho más inexplicable, y es la reacción de las autoridades japonesas ante la crisis mundial del coronavirus. Veamos los hechos conocidos:
Este nuevo virus es altamente contagioso y aunque su letalidad es baja, puede causar caos en los sistemas sanitarios por el volumen de personas infectadas, como ya lo hemos visto en China. Además, tiene periodos largos de incubación (desde 5 días y se han reportado casos extremos de más de 20), se confunde con otros padecimientos estacionales, y las pruebas más usadas pueden dar falsos negativos con mucha frecuencia. En suma, es una pesadilla de bicho y el mundo lo ha observado por más de un mes.
Sin embargo, tras registrar el foco de infección más denso del mundo en el crucero Diamond Princess, con casi 3000 pasajeros y más de 600 infectados, las autoridades japonesas no sólo dejaron salir a todo mundo del barco y los enviaron a sus casas con mínimas medidas de seguridad el 21 de febrero, sino que se han comportado con una negligencia extraordinaria desde entonces.
DIMENSIONAMIENTO

Aquí está la gráfica de la evolución del número de casos en el Diamond Princess:
y aquí podemos ver el aumento absoluto y porcentual día a día:
Antes del desembarco, los aumentos porcentuales (19%) se comparan con la fase más acelerada de contagio en China antes de que empezara a disminuir (4 febrero):
Siendo además un ambiente cerrado y de fácil contagio, no es aventurado pensar que los 600 casos confirmados no sean el total de gente infectada. Además de estas personas que han sido regresadas a sus casas, se han encontrado casos con cadenas de infección aún no identificadas, lo que debería de encender todos los focos rojos de las autoridades.
Pero se han mostrado impávidos, sin cancelar eventos masivos como maratones y festivales donde la gente está en proximidad constante durante horas, como el caso extremo del Hadaka Matsuri (el de la imagen al principio de este artículo). Además, han dicho explícitamente que la economía es prioridad y que no es juicioso hacer que la gente se quede en casa y pierda horas de trabajo.
Lo que no es juicioso en absoluto es minimizar el riesgo del Diamond Princess: Inglaterra y EEUU acaban de confirmar cuatro y cinco casos respectivamente, provenientes del crucero. EEUU incluso aceptó llevar en un avión a 14 personas que fueron confirmadas positivas de último minuto por los japoneses.
ACCIONES E INACCIONES
La OMS ha emitido recomendaciones de ponerse en alta alerta: Corea del Sur se ha puesto en modo cuasi-militar para contener un brote súbito que se acerca a los mil casos; Italia ha visto una explosión de más de 200 casos y ha hecho lo propio cancelando torneos de futbol y hasta el Carnaval de Venecia. España ha puesto en cuarentena a toda una clase por el viaje a Italia de un solo alumno.
Mientras, en Hokkaido una mujer que entregaba comida a una escuela primaria dio positivo, y la respuesta fue cerrar la escuela un día; y el Fashion Week Tokyo (marzo 16-21), el show de modas más grande del país, tiene 12 mil boletos vendidos y parsimoniosamente avisa que el 2 de marzo decidirán si continúan con el plan o no.
La gente en Japón ha empezado a alarmarse. En Twitter, varios médicos dudan de los números oficiales (137 al 25 de febrero) y recomiendan no entrar en pánico, mientras que varias personas protestan porque los hospitales no aplican la prueba del coronavirus a menos que hayan estado en China recientemente o hayan estado en contacto con un caso positivo.
Esperemos que la seriedad de la epidemia sea pronto reconocida y que las autoridades apliquen sin demora los Tres Pilares que se explican en este artículo: Vigilancia, Planeación Sanitaria, y Comunicación. Lo mismo va para el resto del mundo.

    

lunes, 24 de febrero de 2020

Preocupante, lentitud de prevención de coronavirus en varios países


Editor: Yang Yang (Hanqiu.com)

El nuevo coronavirus está penetrando los sistemas de salud del mundo, y cada día aumenta el riesgo de que este brote pueda salir de control. Al día de hoy, los casos más serios fuera de China son Japón, Corea del Sur, Irán e Italia. El tamaño de sus poblaciones es aproximadamente equivalente al de una sola provincia en China, y si el desarrollo epidémico en esos países llega a equipararse con una provincia china (exceptuando Hubei), podrán considerarse como de alto riesgo.
Estos países han prestado cada vez más atención a los riesgos del brote y han tomado algunas medidas: el aplazamiento de las actividades escolares en Corea del Sur; las restricciones de movilidad en ciudades severamente afectadas en Italia; o el cierre temporal de todos los cines y centros artísticos en Irán. Sin embargo, ninguno de ellos ha llegado al nivel de las medidas de prevención y control que se tomaron en las provincias moderadamente afectadas de China.
Lo preocupante es que las medidas actuales en estos países pueden ser insuficientes: la situación en China muestra que el nuevo coronavirus es altamente contagioso y puede propagarse fácilmente en lugares públicos.  Las cadenas de contagio en estos países aún no son claras, por estar en las primeras fases de infección; las medidas de prevención leves probablemente puedan detener la propagación del virus de forma limitada. En estos días, las principales cadenas de propagación pueden ser aún invisibles y continuar extendiéndose.
A Wuhan le tomó unas pocas semanas para darse cuenta de la gravedad de la epidemia, descontrolarse y saturar el sistema sanitario de la ciudad. Afortunadamente, la escala del sistema de salud en China es enorme: el país pudo movilizar cientos de equipos y un total de más de 40,000 médicos y enfermeras para ayudar en Wuhan y Hubei. Tan sólo en Wuhan se construyeron dos hospitales profesionales y se adaptaron más de diez centros temporales de atención. Si una situación como la de Wuhan se reproduce en cualquier país del mundo, es difícil imaginar que se pueda movilizar una asistencia de tan gran escala, y la situación puede deteriorarse muy rápidamente.
También es razonable pensar que el coronavirus en otros países no haya sido diagnosticado de forma inmediata, por lo que al menos algunos pacientes sigan siendo tratados como casos de resfriado o neumonía común. En EEUU, el número de personas infectadas y muertas por influenza estacional es particularmente alto esta temporada, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han manifestado que existe un problema con el diagnóstico de la neumonía Covid-19. La etsación japonesa Asahi TV incluso ha especulado que algunas muertes diagnosticadas como influenza común podrían de hecho deberse al Covid-19.
Espero que el mundo no repita los errores de Wuhan. La neumonía Covid-19 tiene un período de incubación variable que la hace difícil de diagnosticar. Los países con epidemias serias deben tomar medidas estrictas para detener la propagación que pueda estar en progreso. En pocas palabras: deben adelantarse a la propagación del virus, no hacerse reactivos a su avance.
Es comprensible que cada país valore las consideraciones de desarrollo económico y social y se le dificulte tomar medidas que lo arriesguen. Sin embargo, esta nueva epidemia nos ha mostrado ser mucho más destructiva de lo que se pensaba: si no se detiene con sacrificios en las fases tempranas, las sociedades pueden verse obligadas a compensar con un precio mucho más alto.
Ante este riesgo de pandemia, los países que aún no tienen casos registrados también deben tomar precauciones, incluyendo el fortalecimiento de sus sistemas de detección; y el apoyo a la producción y reservas de insumos médicos, como mascarillas y ropa protectora. El desabasto global de estos materiales no será revertido en poco tiempo.
La situación epidémica en China no ha mejorado por completo, pero hemos salido del período más difícil, y ya se toman medidas escalonadas de reanudación de actividades fuera de la provincia de Hubei. China ha aportado una valiosa experiencia en prevención y control de una epidemia de alta peligrosidad, y esperamos que sea digna de referencia en el resto del mundo.

   

jueves, 20 de febrero de 2020

In memoriam, Dr. Liu Zhiming


El martes 18 de febrero falleció el Dr. Liu Zhiming (1969-2020), neurólogo, director del Hospital Wuchang en la ciudad de Wuhan.
Su viuda es Cai Liping, enfermera de ICU en el mismo hospital. Él estuvo trabajando día y noche hasta que finalmente contrajo la infección y su caso se deterioró rápidamente. Se comunicaban por mensajes a través de sus celulares. En su última comunicación, el Dr. Liu dijo que la noche anterior había tenido dificultad para respirar y sudoración intensa pero que ya se sentía mejor. Su esposa le preguntó si podía ir a verlo al ala de casos graves, él le pidió que no lo hiciera.
Al día siguiente falleció.
Su cuerpo fue puesto en el vehículo especial para estos casos, y su esposa y más de una docena de doctores lo acompañaron al salir del hospital, llorando amargamente. El video y las conversaciones han causado conmoción y tristeza en todo el país. No los compartiré aquí.
Hoy al sentarme a la mesa con mi familia china, una tía política dijo, “Recordemos que estamos aquí sentados comiendo, gracias a miles de doctores y enfermeras que en este momento están dando la vida por nosotros.” No pudo terminar la frase, nadie pudo contener las lágrimas.

En honor del Dr. Liu y de los médicos y enfermeras que están pagando el precio más alto por cumplir con su deber.