Mi amiga @PKS comenta
en Twitter, a propósito de un artículo en donde se sugieren alternativas menos
contaminantes para disponer de nuestros restos mortales:
Qué interesante, me recordaste el río Ganges, donde una causa de polución, son los cuerpos de los muertos y las cenizas que a menudo terminan su viaje en sus aguas.
Esa práctica en la
India es una salvajada; no hay otra manera de describirlo en el siglo 21. Pero
es tradición.
Ahora bien, no quiero
decir que las tradiciones sean malas, pero no son buenas simplemente por ser
tradiciones. Esto es la idea más básica de la ciencia: aprendemos, encontramos
y acumulamos conocimiento, y ese nuevo conocimiento nos debe obligar a repensar
nuestras conductas y actitudes, y abandonar las que sean nocivas. En pleno
siglo 21 no puedes decir que no te lavas las manos y que escupes en la comida
de otros, porque es tradición tuya, porque sabemos que hacer eso causa
problemas de salud, no importa qué tan tradicional sea.
@PKS se acordó del
Ganges pero yo me acordé de una escena en una serie de TV de principios de los
90s:
La serie era Dr.Quinn, Medicine Woman, protagonizada por mi amor platónico Jane Seymour, la
reina de las miniseries en los 80s. Me ultra-enamoré de ella en “Pide al Tiempo
que Vuelva” (Somewhere in time, 1980)… pero eso será tema de otro post.
El caso es que en la
serie, la Dra. Quinn (mi amor platónico), es una médico que vive en un pueblo
fronterizo en el Viejo Oeste y por supuesto se enfrenta, además de los rigores
de la vida en la frontera, a la misoginia de la época.
Con el tiempo,
entabla una relación con un fulano que es open mind (y que no se la merece, hay
que decirlo), adopta a tres niños que se quedan huérfanos y se hace amiga de un
indio Cheyenne que tiene el ridículo nombre de Nube Danzante (Cloud Dancing).
Eran los 80s.
En un capítulo, es Navidad
en el pueblo de Colorado Springs y los niños piden un árbol de Navidad, que el
fulano que no se merece a mi amor platónico les da. En la mejor escena, los
niños están decorando el árbol con frutas y otras cosas, mientras Nube Danzante
los ve con curiosidad. El diálogo entre él y los niños va más o menos así:
— ¿Por qué hacen eso?— Por la Navidad.— Sí, pero, ¿por qué cortan un árbol joven, vivo, y lo traen a su casa, para decorarlo con fruta que no se van a comer, y tirar todo después?— Ehhh… es una tradición.— Oh, eso lo explica todo.
VIDEO DEL DÍA
Aquí una escena de la miniserie “Posada Jamaica” (Jamaica Inn,
1985), con Jane Seymour que, cabe decir, es mi amor platónico.
Perdona que te pregunte, pero mientras leía tu artículo me surgió una duda sobre un tema que creo que no me quedo suficientemente claro: ¿Te gusta Jane Seymour?
ResponderEliminarTienes un punto. Pero igual de estúpido es pensar que cualquier ocurrencia sólo por ser nueva y supuestamente innovadora es mejor que una idea vieja. No podría haber ni siquiera ciencia (ni cultura humana alguna) sin tradición, aunque la tradición deba cuestionarse y renovarse. La estupidez contemporánea adolece más de adoración por lo nuevo que de apego a la tradición. Los imbéciles son fácilmente impresionables.
ResponderEliminarPues estoy contigo en cuanto a ciertas tradiciones que para ésta época son absurdas y como bien dices, contaminantes.
ResponderEliminarDebo decirte que mi esposo era de origen Indú, colonia portuguesa, pero convivian todas las religiones ahí.
En una ocasion hicimos una viaje largo de varios meses por ese encantador país lleno de magia, nos tocó ver muchas "Tradiciones" que mis hijos adolescentes preguntaban el porqué y pues no había otra respuesta que eran tradiciones por religión o costumbre, a lo cuál respondían ¿En esta época y siguen creyendo en esas cosas? 1989, al tiempo ellos buscaron información y se dieron cuenta que en todos los países existían "Costumbres" muy extrañas y contaminantes, en fín, poco ha evolucionado el mundo
Saludos
Bueno y después descubrí que la primera versión era de Hitchcok, así que ya me instale para verla
ResponderEliminar