En la película de acción/fantasía
Krull (1983) hay un personaje fascinante y trágico: el cíclope Rell.
Siempre taciturno, repite de forma enigmática la frase “cada quien su destino”
y en una escena en donde le preguntan cuál sería su deseo más caro, responde “la
ignorancia.”
Más tarde, el sabio
Ynyr cuenta la historia de la raza de los cíclopes: que un día hicieron un
pacto faustiano con La Bestia: darían un ojo, a cambio de tener el poder de ver
el futuro. La Bestia, como buen Mefistófeles, en efecto les concede esa
habilidad: pero lo único que pueden ver es el momento de su propia muerte. Por
eso Ynyr dice de ellos que son “criaturas tristes y solitarias, que nacen tan
sólo para saber cómo morirán.”
En esta encuesta hay
cuatro opciones de tener un atisbo del futuro y al parecer, como dice mi amiga I, “la
gente quiere saber cosas equivocadas.”
Objetivamente, la más
inocua de las cuatro opciones es la 1: ver con quién te vas a casar. Si ya la
conoces, ya no te preocupas. Si no la conoces, te pones a buscarla, y si la visión
está en blanco, pues no te casas y tampoco te preocupas.
La 4, que es la
opción que hace que toda la raza de los cíclopes sean “tristes y solitarios”,
asombrosamente fue la más votada.
En cuanto a la 2 y la
3: ver el mejor momento de tu vida fue astutamente justificado por un lector
diciendo que “lo podría disfrutar al verlo y disfrutar de nuevo al vivirlo.”
Sin embargo, a mí me parece que si ya sabemos cuál será ese mejor momento, la
actitud hacia el resto de la vida pudiese llegar a cambiar radicalmente,
haciéndola como una larga espera hasta ese momento, y una larga desilusión o
añoranza tras él.
El que me causa más
ambivalencia es el 3: ver el peor momento de tu vida. De hecho esa fue mi primera
opción y muchos lectores la justificaron de forma parecida a lo que pensé: si
ya sabes qué es lo peor, te puedes preparar y además saber que de eso no vas a
pasar.
Pero viéndolo con más
detenimiento, es hacer una apuesta: apostar que el peor momento de tu vida es
algo como algunas de las tristezas que ya conoces, pero un poco peor. Para la
mayoría, supongo, la apuesta se puede ganar, pero hay posibilidad de perderla.
Perder la apuesta significa que el peor momento de tu vida es algo tan atroz
que ni siquiera se te pudiera haber ocurrido imaginarlo. Y eso haría también
que vivieras en una desazón parecida a la de los cíclopes.
Muchos lectores
decidieron también que no querían ver el futuro de ninguna manera, lo cual en
muchos cuentos a lo largo de la historia aparece siempre como la opción más
sabia.
No hay una “opción
correcta” para este tipo de casos hipotéticos porque para cada quien una cosa
será más apetecible o justificable que otra; pero estos ejercicios sí nos dicen
mucho de cómo pensamos y sentimos como humanos en general, ante las cuestiones
más espinosas que se nos presentan en la vida.
Usted, amable lector,
¿escogería satisfacer su curiosidad o rehuiría ese conocimiento peligroso?
VIDEO DEL DÍA
Krull no es la película de fantasía más popular que hay, pero como decía, el
cíclope Rell es probablemente el personaje más interesante de la cinta:
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