IN MEMORIAM
El Profesor Ye Ruiren es mi tío político. A
principios de los cincuentas estudió física en Beijing y más tarde se doctoró
en física nuclear. En 1970, junto con cientos de otros brillantes estudiantes,
fue escogido para ser parte del programa de desarrollo de energía nuclear en
China y llevado a un lugar remoto del helado noreste del país para trabajar. Por
años, se dedicaron a estudiar y traducir los complicadísimos libros técnicos
que sólo existían en inglés y en ruso y, sin mucho poder de cómputo, se pasaban
la mayor parte del tiempo calculando y recalculando a mano complejas fórmulas
para poder crear un reactor nuclear. El proyecto era muy secreto y todos los
científicos tenían que mudarse al helado paisaje con sus familias, donde vivían
en un pueblo creado para este efecto. Asombrosamente, en diciembre de 1991,
tras veinte años de resolver ecuaciones y armando maquinaria prácticamente a
mano, el primer reactor nuclear entró en línea a la red eléctrica. Hoy, China
tiene 17 plantas nucleares en operación y 30 en construcción.
El Profesor Ye Ruiren me repite esos números con
infinito orgullo y la mirada perdida a lo lejos, mientras su mano tiembla un poco.
Le gusta contarme estas historias en su pequeña casa de Hangzhou, donde no hace
tanto frío.
* *
El 7 de junio de 2020 el Prof. Ye falleció de un
paro cardiaco después de una larga lucha con la enfermedad de Parkinson. Lo
acompañamos hasta la Casa Funeraria de Hangzhou, donde nos despedimos de cerca
de él, y luego caminamos llevando su retrato hasta el área de cremación. Vi
cómo la madera del féretro se cerró por última vez para cubrir su rostro, cómo
los operadores hicieron la respetuosa reverencia, y cómo entró despacio en la
cámara número 10 para desaparecer tras la puerta de metal.
Me quedo para siempre con su imagen sentado en el
sofá deslucido de su sala, con su té verde y con su sonrisa con la que me daba detalles
siempre nuevos de cuando resolvía fórmulas en el rudo invierno del noreste
chino.
Hoy partió a resolver el último misterio: en
palabras de Carlin, a ver a ese Gran Electrón que no premia ni castiga, que no
juzga, que tan sólo es.
Buen viaje, tío Ye.
China se reclama estalinista, es decir el Partido Comunista Chino, que es el que dirige el enorme país,sigue la doctrina de Stalin. No hay democracia alguna en China. Y sin embargo el progreso de China ha sido monumental.
ResponderEliminarPor otra parte a la inmensa mayoría de chinos no parece preocuparles en absoluto la falta de libertades individuales.
En definitiva, cabe preguntarse a la vista de todo lo dicho y de los hechos mismos ¿ Le interesa mucho la democracia al 'pueblo'? ¿ Les interesa más vivir cómodos, alimentados, con la panza contenta, luces de neón, tecnologías punta, maquinitas de juegos mil?
Parecería más lo segundo.
Buen viaje....
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