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Es una conspiración, digo yo. Una
conspiración de los hombres de gris, esos ladrones del tiempo que persiguen a
Momo. Y si no, acepto explicaciones alternativas.
Esta es la cosa: podemos saber mucho de
ciertas película, con ta sólo ver su título. Y antes de que mis lectores me digan que esa
es la obviedad más infame que han escuchado en todo el mes, les recuerdo que
hay películas con títulos como Un Perro Andaluz, que no nos dicen nada, y que
de hecho no incluyen perros ni andaluces. Los conocedores de cine me dirán que
ese es un ejemplo muy extremo porque es una película surrealista, pero pasa
todo el tiempo: sabiendo el título Let the Right One In no nos imaginamos
inmediatamente vampiros (Oops. Spoilers!) y viendo el título There Will
Be Blood quizá sí nos imaginamos vampiros, cuando en realidad son fulanos
peleando por petróleo. Y por malteadas. Algo así. Estaba medio dormido cuando
la vi.
Pero aquí, en específico, me refiero a un
tipo de película muy especial: el que incluye una medida de tiempo en su
título. Hay algo raro en eso, y vamos a investigar uno por uno:
“La Hora de…”
Si el título dice “Hora”, va a pasar algo
dramático en cierto momento. Va a haber balazos o algún tipo de confrontación,
emoción y/o fuertes porrazos.
En el caso de Hour of the Gun (1967) son balazos; y en la surrealista Hour of the Wolf (1968) es un fulano que se vuelve loco. Pero
un título de película que empieza con “Hour of…” rara vez va a ser una comedia.
La misma frase que nos dice que “es la hora de…” ya presenta algo ominoso y
amenazador. Salem’s Lot (1979) de Stephen King, es una historia genial de
vampiros, y fue muy atinadamente traducida como "La Hora del Vampiro", porque “El Lote de Salem” sonaba más bien a un lugar
donde un mago retirado vende carros usados. “Es la
hora de Juan Pestañas”, por supuesto, también existe o existió, pero esa era
dominical y realmente, ¿quién veía eso? Estaba malísimo.
“El Día de…”
Es el mismo caso de la Hora: pero aquí es
frecuentemente una catástrofe mucho mayor la que va a pasar ese día, no nada más una confrontación local:
En Day of the Triffids (1963) hay una invasión ¡que puede acabar con
la humanidad! Um, bueno, si la humanidad no hubiera aprendido a correr, o a
hacer jardinería ni pesticidas, porque los monstruos son flores que caminan. Y
no caminan tampoco tan rápido. Pero al cine va uno a olvidarse de la realidad,
así que hay que aceptar que son mortales: mire lo aterrorizada que está la
chica. Y en Day of the Jackal (1973) hay un atentado contra el presidente de
Francia. Que no es tan malo como la invasión de flores, pero también es
dramático.
¡Ah, aquí ya estamos hablando de lo que
realmente es un buen “Día de…”! El mundo entero se va a acabar: en el caso de The
Day the Earth Stood Still (1951) debido a extraterrestres criticones, y en Day of the Dead (1985) por zombies. Pero los días no sólo son
buenos para los desastres…
“La Noche de…”
¡La noche también! Y en particular para
dos tipos de cosas terribles:
Primeramente, los sicópatas y asesinos tienen
su noche, como el maniático en Night of the Hunter (1955) que intenta destruir
a una familia para encontrar un dinero escondido; o la trágica historia de un
asesino que es perseguido por décadas, en The Night of the Generals (1967).
Y claro, que las invasiones de monstruos
también deben de programarse de noche para máximo efecto. Night of the Living
Dead (1968) es de zombies, que la verdad
no tienen horario para andar comiendo cerebros; y Night of the Lepus (1972) es la terrible y espantosa invasión de
un tranquilo pueblo, por… eh… bueno, son conejos gigantes.Ver "olvidarse de la realidad", más arriba.
“El Año de…”
Si nos vamos a un periodo tan largo, ya no
son desastres. Un desastre no puede durar tanto sin perder su dramatismo, así
que cuando vemos Año en el título, sí que va a haber drama, pero no urgencia.
The Year of Living Dangerously (1982)
sigue las aventuras de Mad Max y de la Teniente Ripley conociéndose y
enamorándose en Indonesia, con algún vago peligro siempre a su alrededor, como
les pasa siempre a protagonistas blancos viviendo en países exóticos. Y Year of
the Fish (2007) es una cenicienta moderna que se encuentra un pescado mágico.
O sea que a medida que el periodo de tiempo se alarga, nos alejamos de los
trancazos y de salvar el mundo, para adentrarnos en territorio de novela rosa.
Pero he aquí mi duda: ¿Quién nos robó las semanas y los meses? Y ya que
estamos en eso, ¿quién le robó el mes de abril a Joaquín Sabina, y el queso a
unos fulanos que viven en un laberinto distópico junto con ratones? ¡Sálganse
del laberinto en lugar de andar buscando más queso! ¡Les han lavado el cerebro!
¡Big Brother sólo quiere que se adapten a todo lo que él quieraaaaaaa!
Ahem.
Me salí del tema por unos momentos.
Pero volviendo:
las preguntas que planteo no tienen respuesta. ¿Por qué no hay películas
cuyo título empiece con “La Semana de…”,
ó “El Mes que…”? ¿Qué nos están ocultando? ¿Hay una guerra semántica
contra las semanas y los meses? ¿Es una programación subliminal para que sólo
podamos enfocarnos ya sea en lo urgente o en lo intrascendente, y para que no
podamos visualizar el corto plazo en el que realmente realizamos los pequeños
cambios significativos de la vida?
¿Los hombres grises son los amos de
Hollywood???
Hay de repente películas que mencionan
meses:
…pero no tienen la frecuencia ni el
estatus de Horas, Días y Noches, ni Años. ¿Y las Semanas? Nadie habla de ellas.
Son las crono-parias de los títulos de películas. Cuando aparecen, son para
mostrar desviaciones y obsesiones, y ¡mirad! aún cuando aparecen, nunca indican
siete días, sino periodos más largos de tiempo, como Nueve Semanas y Media; ó
28 Semanas Después. Los Fines de Semana, esos sí, son graciosos y festivos,
¿pero las Semanas? Nadie las quiere, están siendo olvidadas… ¿dónde están?
Nadie lo sabe. Ni el mismo Google. Han sido secuestradas. Silenciadas. Nadie habla de un
periodo de siete días, como si los dioses griegos y nórdicos hubieran aportado
sus nobles nombres en vano.
Exigimos una explicación.
Hollywood:
si estás leyendo esto, aquí tengo un guión que se llama “La Semana en la que
Todo Mundo Olvidó Su Nombre”, con Margot Robbie, Jason Momoa y Dwayne Johnson.
Te reto.
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