Robotik es una escuela en Tampico que
da clases de robótica a niños de primaria y secundaria. La escuela es pequeña y
como todas las cosas relacionadas con ciencia en México, tiene recursos
limitados, pero sus alumnos son destacados: este año ganaron el primer lugar en
un concurso a nivel nacional y de ahí fueron a una competencia internacional en
Kentucky, EEUU, donde hicieron un buen papel. De hecho, hicieron tan buen papel
que una delegación china presente, los invitó a participar en la 19 Competencia
Mundial de Robótica para Adolescentes (CARC
2019), en la ciudad de Chongqing, del 12 al 16 de agosto.
Los niños invitados
fueron:
Ana Helena Aguilera Bermúdez
José Fernando López Hernández
Luis Dionisio López
Hernández
Juan Fernando López Hernández
Emiliano Villeda
Méndez
Mauricio Villeda
Méndez
Julián Leal Vidal
Wai Jon Zhu Chong
La invitación era muy
alentadora pero los costos de ir tan lejos eran enormes: la directora de la
escuela, la Mtra. Soraya Vázquez, así como los padres de los niños invitados,
empezaron a mover cielo, mar y tierra para conseguir apoyos. El Gobierno de
Tampico contribuyó para los boletos de avión y las familias hicieron colectas,
además de que el hotel durante la competencia era pagado por el gobierno chino.
Finalmente, todos los niños lograron confirmar su participación. Todos menos
uno: Diego Alejandro González García.
Diego y su madre, Leticia
González García, no habían podido reunir suficientes fondos para sus gastos
durante los 12 días de estancia en China, y fue cuando esta
nota se volvió viral:
Diego se puso a
vender pulseras de explorador con la esperanza de reunir suficiente dinero para
el viaje.
Esta nota llegó a oídos
de Rocío Barraza, una querida amiga en México, que luego me la hizo llegar y
que yo compartí en mi centro y con una empresa china. Decidimos ayudar a Diego
y a su mamá y nos pusimos en contacto con ellos.
El 8 de agosto
llegaron ambos a China:
y lo que pasó después
fue mágico.
El primer día nos
reunimos en Chongqing con todo el equipo y los llevamos a pasear por las zonas
tradicionales de la ciudad y a probar comida china que nunca habían visto en
los restaurantes de México:
Los días 13 y 14 los
niños estuvieron preparando y practicando con sus robots todo el día, y el día
de la competencia, con más de 25 equipos de 20 países, se lucieron. Divididos
en tres equipos, lograron una medalla de oro (3er lugar general), una medalla
de plata (5to lugar general), el Premio a la Creatividad y el Premio al Trabajo
en Equipo.
Esto sin contar con
que los medios locales estaban vueltos locos con ellos y con el sabor mexicano
que tanto los niños como sus madres trajeron a la competencia:
Después de este
éxito, la empresa china que se había interesado por la historia del tesón de
Diego hizo algo más: trajo a Diego y a su mamá a su corporativo en Hangzhou (a
dos horas de distancia en avión) para darle un tour de su fábrica y su centro
de investigación.
Shenhao Robotics es una empresa que
fabrica robots inspectores, que se ven muy parecidos al famoso Wall-E: robots
autónomos que van moviéndose por los techos de subestaciones eléctricas y tomando
fotos de los medidores. Cuando el ingeniero encargado del tour iba explicándole
a Diego los aspectos técnicos de sus robots, se quedaba gratamente sorprendido
de que el niño conocía bien todos los conceptos de que le hablaba: realmente la
principal diferencia es que uno y otro trabajan con equipos de distintos niveles de sofisticación.
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Pero lo mejor fue el
final: el presidente de la empresa, el Sr. Chen Rushen, nos invitó a una comida
en su sala de visitas, y ahí hizo un anuncio tan inesperado como maravilloso:
Shenhao Robotics se comprometía a ser patrocinador oficial de Diego, para
apoyarlo en todos los viajes que requiera para participar en competencias
futuras, así como los de otros niños talentosos de México con interés en la robótica.
Sobra tratar de
describir la emotividad de ese momento.
En el siglo 21, los
problemas que afrontamos en el mundo son graves y la cooperación y la
generación de nuevo conocimiento será, como antes ha pasado, lo que nos lleve
adelante. No hay nada más importante que la educación de nuestros hijos y el
transmitirles el amor por el conocimiento; no sólo eso sino el contribuir en lo
que podamos, a crear un ambiente en el
que ser nerd sea deseable. Debemos hacer que nuestros “cerebritos” sean los
niños cool: darles modelos a seguir. Niños como Diego y sus compañeros de
Robotik, que a base de puro conocimiento y tesón pongan el ejemplo a ser
emulado.
Si empresas chinas al otro lado del mundo pueden apoyar a nuestros niños, ¿lo podemos hacer también nosotros?
RONGDA Asia agradece haber tenido el honor de contribuir en pequeña medida a
que se diera este viaje. Nuestro agradecimiento también para el Sr. Chen Rushen
de Shenhao Robotics, y el Sr. Feng Junfeng de ZJ Future. Mi
admiración a la Sra. Leticia González García y los otros padres que apoyaron a sus niños contra viento y marea; y mi más profundo respeto para todos
los niños de Robotik Tampico, que salen a conquistar el mundo con conocimiento. ¡Creemos en ustedes, chicos!
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