miércoles, 2 de julio de 2014

Si la Luz Nos Lleva (o, el arte de Juzgar)




Hay dos antiguas y muy interesantes cuestiones acerca de la apreciación de la literatura y del arte en general: la primera es si se puede apreciar algo de forma objetiva, por su valor intrínseco, independientemente de su contexto. Se han escrito ríos de tinta acerca de esta, y Borges en especial la aborda de forma genial en su cuento corto “Pierre Menard, Autor del Quijote”, del libro El Jardín de Senderos que se Bifurcan. Se pregunta, ¿qué pasaría si el Quijote hubiera sido escrito por otra persona, en otro contexto histórico y cultural? ¿Se apreciaría de la misma forma, sería tan influyente? ¿Sería admirado siquiera? En este sentido, el contexto es esencial.

La segunda cuestión y que se discute de forma mucho más común es si se puede apreciar una obra por sí misma sin importar cómo juzguemos a su autor. James Joyce, Salvador Dalí, Arthur Rimbaud, Van Gogh: hay mucha gente que juzga la obra porque ama (o detesta) a su autor. Dos ejemplos sobresalientes son las películas The Birth of a Nation (1915) y  Triumph of the Will (1935), ambas trascendentes en la historia del cine por su estética y técnica de dirección, pero la primera es tremendamente racista y la segunda fue un instrumento de propaganda de la Alemania nazi.  Ya antes toqué también este tema en la literatura filosófica, hablando de los escritos de Rousseau y su conducta personal más bien cuestionable. Otro ejemplo famoso son los ‘Gatos Esquizofrénicos’ de Louis Wain, un paciente mental que siguió pintando gatos a medida que su condición se deterioraba; su obra no sólo es de interés médico sino que ha recorrido galerías por el mundo. En esta segunda cuestión, entonces, el contexto (o por lo menos la vida interior del autor) parece ser menos importante.

Voy a poner un ejemplo de música y poesía moderna. Aquí están las letras (traducidas) de tres canciones que componen la totalidad de un álbum fundamental en cierto estilo de música contemporánea. Dejo al lector para que aprecie estas letras por su propio mérito:


1. LO QUE UNA VEZ FUE

Desde la fronda contemplamos
a aquellos que nos recuerdan otros tiempos
diciéndonos que la esperanza se ha ido para siempre.

Escuchamos cantos de elfos y agua que se rezuma.
Lo que una vez fue, hoy se ha ido lejos.

Toda la sangre y el anhelo y el dolor que regía,
las emociones que podían ser exaltadas…
se han ido para siempre.

No estamos muertos.
Nunca hemos vivido.


2. SI LA LUZ NOS LLEVA

El sol brilla en un claro en el bosque;
entre los árboles, somos prisioneros.

En ese claro de Dios, la luz quema y hiere;
al lamer nuestra piel, se eleva al cielo el humo,
una nube con nuestra forma.

Prisioneros de funerales,
atormentados por la bondad de Dios,
no hay llama alguna qué odiar.

Estaban en lo cierto, hemos llegado al infierno.


3. EN EL CASTILLO DEL SUEÑO

Entre valles brumosos, entre lóbregas montañas
bajo nubes grises, en la noche negra;
sobre un orgulloso caballo,
vestido de negro y con recias armas.

El infinito entre árboles muertos,
eternidad de frío sobre piedra y madera,
en las sombras.

De entre la bruma
de entre la oscuridad
de entre las largas sombras de la montaña
el castillo del sueño…

Así termina
la jornada que duró una vida.
El señor entra (en el castillo del sueño).



Y ahora le digo los detalles: el álbum en cuestión es  Hvis Lyset Tar Oss (Si la Luz Nos Lleva, 1993), del compositor noruego Varg Vikernes, con su proyecto musical Burzum. Es universalmente aceptado como uno de los más importantes álbumes de Black Metal, un estilo generalmente agresivo y con letras que van de la rebeldía contra lo instituido y la desazón existencial, como este, hasta las letras satánicas, a veces teatrales y a veces en serio. Las de Vikernes son todas en serio. En sus primeros años como Burzum, participó en el incendio de por lo menos tres iglesias, y en 1993, en una disputa con otro músico, lo mató a cuchilladas por lo que fue sentenciado a 21 años en la cárcel. Salió a los 15 y siguió haciendo música y además publicando libros acerca de su ideología de nacionalismo blanco, paganismo y conservatismo social.

Dejo al lector para que se forme su propia opinión, mezclando lo que quiera de las partes que componen Hvis Lyset Tar Oss. Escúchelo por lo menos unos minutos, se sorprenderá de cómo suena el álbum más importante de Black Metal:




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