Hay dos antiguas y muy interesantes cuestiones
acerca de la apreciación de la literatura y del arte en general: la primera es
si se puede apreciar algo de forma objetiva, por su valor intrínseco, independientemente
de su contexto. Se han escrito ríos de tinta acerca de esta, y Borges en
especial la aborda de forma genial en su cuento corto “Pierre Menard, Autor del Quijote”, del libro El Jardín de Senderos que se Bifurcan. Se pregunta, ¿qué
pasaría si el Quijote hubiera sido escrito por otra persona, en otro contexto
histórico y cultural? ¿Se apreciaría de la misma forma, sería tan influyente?
¿Sería admirado siquiera? En este sentido, el contexto es esencial.
La segunda cuestión —y que se discute de
forma mucho más común— es si se puede apreciar una obra por sí misma sin
importar cómo juzguemos a su autor. James Joyce, Salvador Dalí, Arthur Rimbaud,
Van Gogh: hay mucha gente que juzga la obra porque ama (o detesta) a su autor.
Dos ejemplos sobresalientes son las películas The Birth of a Nation (1915) y Triumph of the Will (1935), ambas trascendentes en la historia del cine por
su estética y técnica de dirección, pero la primera es tremendamente racista y
la segunda fue un instrumento de propaganda de la Alemania nazi. Ya antes toqué también este tema en la
literatura filosófica, hablando de los escritos de Rousseau y su conducta personal más bien cuestionable. Otro ejemplo famoso son los ‘Gatos Esquizofrénicos’ de Louis Wain, un paciente mental que siguió pintando gatos a
medida que su condición se deterioraba; su obra no sólo es de interés médico
sino que ha recorrido galerías por el mundo. En esta segunda cuestión, entonces,
el contexto (o por lo menos la vida interior del autor) parece ser menos
importante.
Voy a poner un ejemplo de música y poesía
moderna. Aquí están las letras (traducidas) de tres canciones que componen la
totalidad de un álbum fundamental en cierto estilo de música contemporánea. Dejo
al lector para que aprecie estas letras por su propio mérito:
1. LO QUE
UNA VEZ FUE
Desde la fronda
contemplamos
a
aquellos que nos recuerdan otros tiempos
diciéndonos
que la esperanza se ha ido para siempre.
Escuchamos
cantos de elfos y agua que se rezuma.
Lo que
una vez fue, hoy se ha ido lejos.
Toda la
sangre y el anhelo y el dolor que regía,
las
emociones que podían ser exaltadas…
se han
ido para siempre.
No
estamos muertos.
Nunca
hemos vivido.
2. SI LA
LUZ NOS LLEVA
El sol
brilla en un claro en el bosque;
entre los
árboles, somos prisioneros.
En ese
claro de Dios, la luz quema y hiere;
al lamer
nuestra piel, se eleva al cielo el humo,
una nube
con nuestra forma.
Prisioneros
de funerales,
atormentados
por la bondad de Dios,
no hay
llama alguna qué odiar.
Estaban
en lo cierto, hemos llegado al infierno.
3. EN EL
CASTILLO DEL SUEÑO
Entre
valles brumosos, entre lóbregas montañas
bajo
nubes grises, en la noche negra;
sobre un
orgulloso caballo,
vestido
de negro y con recias armas.
El
infinito entre árboles muertos,
eternidad
de frío sobre piedra y madera,
en las
sombras.
De entre
la bruma
de entre
la oscuridad
de entre
las largas sombras de la montaña
el
castillo del sueño…
Así
termina
la
jornada que duró una vida.
El señor
entra (en el castillo del sueño).
Y ahora le digo los detalles: el álbum en
cuestión es Hvis Lyset Tar Oss (Si la
Luz Nos Lleva, 1993), del compositor noruego Varg Vikernes, con su proyecto
musical Burzum. Es universalmente aceptado como uno de los más importantes
álbumes de Black Metal, un estilo generalmente agresivo y con
letras que van de la rebeldía contra lo instituido y la desazón existencial,
como este, hasta las letras satánicas, a veces teatrales y a veces en serio. Las
de Vikernes son todas en serio. En sus primeros años como Burzum, participó en
el incendio de por lo menos tres iglesias, y en 1993, en una disputa con otro
músico, lo mató a cuchilladas por lo que fue sentenciado a 21 años en la
cárcel. Salió a los 15 y siguió haciendo música y además publicando libros acerca
de su ideología de nacionalismo blanco, paganismo y conservatismo social.
Dejo al lector para que se forme su propia
opinión, mezclando lo que quiera de las partes que componen Hvis Lyset Tar Oss.
Escúchelo por lo menos unos minutos, se sorprenderá de cómo suena el álbum más
importante de Black Metal:
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