No existe ya peligro para un hombre
que ha entendido la vida y la muerte;
no hay ley que exceda su conocimiento,
ni es lícito que se incline ante ley alguna.
Esa estrofa es de George
Chapman (c. 1559 –1634), un escritor inglés de la época isabelina, formado en
la tradición clásica, cuando la educación en los clásicos griegos y latinos era
indispensable. Sus más famosas contribuciones fueron sus impecables
traducciones al inglés de la Iliada y la Odisea. Poeta y dramaturgo, y rival de
Shakespeare, sus intereses eran los altos ideales, como el que se muestra en el
poema de arriba.
Percy B. Shelley (1792 –1822)
es un poeta totalmente romántico, reconocido como de los más grandes poetas
líricos del periodo, y su esposa Mary es la famosa autora de Frankenstein.
Shelley tiene un estilo radicalmente diferente a Chapman, enfocado más en el
uso radical del lenguaje y en su profunda conciencia social. Una de sus obras
mayores es un largo poema llamado La Revuelta del Islam (1818) - que no tiene
nada que ver con los musulmanes aunque sí toca en lo general el tema de la
religión - donde habla de la dignidad del hombre y de la revolución social.
Dicha obra abre con
una dedicatoria a su esposa donde cita la estrofa de arriba de Chapman, y luego
se enfrasca en una hermosísima y larga elaboración de historias de sabor
oriental que se mezclan con los ideales del romanticismo y con el magistral uso
de las palabras, como este:
en la oscuridad del temblor y del eclipse.
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