martes, 27 de julio de 2021

Lógica para no ofenderse con lo que se lee

 


¿Leíste algo que escribí y te ofendiste?

No te ofendas: léelo de nuevo, probablemente es sátira.

¿Sigues ofendido?

Léelo de nuevo, pero con un diccionario al lado; probablemente usé una palabra sesquipedálica.

¿Entiendes todo y sigues ofendido?

Dile a un amigo que lo lea junto contigo y te lo explique; probablemente usé alguna referencia rara que no entendiste.

¿Los dos se ofendieron?

¡Probablemente son eso que estoy satirizando!

 


Los demonios del pasado


No lo voy a negar, estoy un poco harto de escuchar argumentaciones estúpidas.

 

Y repetitivas. Eso de la repetición/vómito de pseudo argumentos acusa una pobreza de imaginación muy irritante.

 

Me refiero a la inane práctica de que, cuando uno critica a un líder, la respuesta sea, “¿y por qué no criticas/criticaste/hubieses criticado a los líderes del pasado?”

 

Esto es irritante por dos cosas: la primera porque no me conoces y ni siquiera te has dado a la tarea de buscar si en efecto critiqué a líderes del pasado (sí lo hice). Y la segunda es porque me repele la gente que intelectualmente no pueda caminar y mascar chicle al mismo tiempo: en este caso, creer que si criticas una cosa, automáticamente aceptas (¡o apoyas!) todo lo que no es esa cosa.

 

Es una idiotez.

 

Así que voy a declarar aquí, urbi et orbi, cuál es mi postura para todo aquel que quiera volver a decirme esa burrada:

 

A esa hipotética persona que no sabe argumentar, le doy por bueno lo siguiente:

 

Que todos  los anteriores líderes, sí, todos para no andar con que éste o aquél: que todos ellos, digo, eran y son encarnaciones de Satanás en la tierra.

 

Así, literalmente. Sin hipérbole ni licencia poética.

 

Estoy dispuesto a darle como cierto esto: que esos líderes anteriores, fueron todos concebidos en el seno de sus madres por intercesión diabólica, y que todos ellos, si buscamos en sus cuerpos, tienen por ahí una marca de nacimiento en forma de 666.

 

Todos.

Así, sin azúcar.

 

Todos ellos son avatares y representantes del Señor de las Tinieblas en el mundo, traídos para llevar a cabo sus infaustos propósitos. Y por Señor de las Tinieblas no me refiero al asistente de un luchador enmascarado, no: me refiero al Adversario, a Lucifer Estrella de la Mañana, Ángel Caído, Primer Pecador, Tentador hecho serpiente en el Paraíso.

 

A Don Sata, pues.

 


 

Ahora bien:

 

Todo lo anterior no tiene absolutamente nada que ver con el hecho de que otro líder distinto, actual, sea inepto y corrupto.

 

 

 

 

 

 

lunes, 26 de julio de 2021

Nostalgia, resentimiento y negación de la realidad

La radicalización en el siglo 21.

 

El escritor Kurt Andersen acaba de re-publicar en Twitter un fragmento de un profético artículo publicado en 2010. El autor es Jacob Weisberg y en aquel entonces, analizó las actitudes del Tea Party, el movimiento radical del partido republicano. Su lectura de lo que era y en lo que se transformaría es extraordinario, y aplica no sólo a ese movimiento, que hoy se ha vuelto mainstream y devorado a su partido, sino a muchas otras manifestaciones de la radicalización de la sociedad en Occidente.

Traduzco aquí las partes más importantes del artículo, recomendando por supuesto leerlo en su totalidad:

 

“Lo más nuevo y distintivo del Tea Party es su anarquismo: un antagonismio hacia cualquier autoridad, un estilo beligerante de expresarse, y una total ausencia de programas coherentes que sean alternativa a lo que denuncian.

“Es una comunidad no organizada e imposible de organizar, de gente que afirma su individualismo y que quiere subvertir el orden establecido. Mientras que la New Left de los 60s era jóvenes que veían venir una nueva era, estos son viejos que ven al pasado como una época paradisiaca que obviamente nunca existió. Su motivo más fuerte es la nostalgia, y con frecuencia hablan de “restaurar”, “volver a las raíces” y “retomar su país.”

“Además de la nostalgia, la emoción más fuerte es el resentimiento: el culpar de las propias tribulaciones a quienes están en una diferente jerarquía social. Esto se expresa como hostilidad hacia una variedad de élites: los medios, los políticos tradicionales, los “así llamados expertos” y los banqueros, que nunca pueden faltar. Estos grupos son acusados de promover los intereses de minorías rapaces en contra de la clase trabajadora... Sus voceros expresan este resentimiento diariamente.

“El anti-elitismo no es tema nuevo, pero ellos lo llevan a un nuevo nivel. La afirmación más radical del individualismo es escoger tu propia realidad y para algunas de estas personas, el mero hecho de que un “experto” afirme algo, es ya motivo suficiente para rechazarlo.

“La nostalgia, el resentimiento y la negación de la realidad son expresiones de una misma ansiedad ante la percepción de perder tu lugar en la sociedad, o de la sensación de pérdida de control ante alguien más.

“Todas las turbas son problemáticas, y ésta va a ser especialmente difícil de liderar, aplacar o dispersar.”

 

¿Qué tan radical es “radical”?

Después del asalto al Capitolio de EEUU el 6 de enero de 2021, tan sólo unos pocos insurrectos han sido condenados, y desde luego, ningún funcionario de gobierno que apoyó esa barbarie. A seis meses del evento, en una convención republicana en una iglesia, le dan a Mike Flynn, un general retirado y trumpista rabioso, un rifle de regalo. Flynn responde que “quizá encuentre a alguien en Washington [para usarlo]”.

Mientras, en México: la retórica incendiaria por parte del gobierno lleva ya 3 años ininterrumpidos de acosar e intimidar a todo crítico, acusándolos de corruptos, golpistas, traidores a la patria y un larguísimo etcétera. En una de las peores instancias, un candidato del partido oficial, al ser sancionado por el INE, atizó a una turba, preguntándoles si no les gustaría saber la dirección del presidente de ese organismo, y presentando un ataúd con su nombre escrito en él.