Para Macario S.
En 1976, el historiador de economía Carlo
Cipolla publicó un texto corto que se convirtió en un clásico: Las
Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana. Es un texto muy atractivo y
en resumidas cuentas, postula los siguientes cinco principios:
(1)
Siempre,
todo el mundo subestima el número de estúpidos en circulación.
(2)
La
probabilidad de que determinada persona sea estúpida es independiente de cualquier
otra característica.
(3)
Un
estúpido es una persona que ocasiona pérdidas a otra persona sin que él se
lleve nada o incluso pierda.
(4)
Los no
estúpidos siempre subestiman el poder dañino de los estúpidos.
(5)
Una
persona estúpida es lo más peligroso.
Lo leí hace mucho tiempo y me encantó en
aquel momento, pero releyéndolo hoy, estoy en desacuerdo fundamental con el
maestro Cipolla, así que aquí explicaré por qué y, dejando la humildad de lado,
propondré mi propia alternativa para la forma de considerar esta parte tan
importante de la conducta humana.
Antes de hacerlo, dos cosas: primero, Cipolla
veía su ensayo medio en serio y medio en broma; y aunque él mismo lo
consideraba “un
panfleto”, tiene más sutileza y utilidad que la que voy a explorar aquí. De
hecho, mi crítica va más bien en contra de cómo se le toma popularmente.
Y segundo: le ruego a mi lector que
relea los cinco postulados con un poco más de detenimiento y vea si puede
encontrarle fallas.
¿Listo?
Empecemos.
La definición
De los cinco principios, el número 3 (la
“Regla de Oro”), no es un principio, sino su definición de estupidez. Su
criterio es eminentemente económico y medible: un criterio de pérdidas y
beneficios y se ejemplifica gráficamente poniendo definiciones de
personas en cuatro cuadrantes:
Así, tenemos a los Inteligentes, los
Bandidos, los Incautos y los Estúpidos, dependiendo de si causan beneficio o
pérdida a sí mismos y a los demás. Es un modelo muy sencillo y útil para
modelar acciones en entornos macro, y en especial en economía. La definición en
sí misma no es problemática, porque el concepto de “Beneficio/Daño” se puede
extrapolar con facilidad fuera de lo económico: a temas éticos, ambientales,
etc.
La objeción
El problema que veo es la definición de personas, en vez de definición de
acciones.
En otras palabras: en lo que estoy en
desacuerdo con el modelo es en la definición de categorías inamovibles. En el
texto, dice que “Uno es estúpido de la misma forma en que es pelirrojo, o de un
grupo sanguíneo determinado.”
Lo que esto genera, por supuesto, es
separación y desdén: una partición de Estúpidos vs. No Estúpidos. Por supuesto,
nadie se clasificaría a sí mismo como la primera; y si te clasificas como la
segunda, te hace sentir bien y te da licencia para sentirte mejor que otros.
La solución
En mi texto Contra
la Estupidez hago una definición más general y, cabe decirlo, más empática,
de esta cualidad:
Estupidez es Ignorancia + Obstinación: o sea, no sólo ser ignorante (eso todos lo somos) sino, dada la oportunidad, rehusarse a salir de esa ignorancia y seguir actuando de la misma forma. Pero la estupidez no es algo que somos sino algo que cometemos. Esto es, algo en lo que constantemente caemos pero que podemos esforzarnos por evitar.
Así, la definición es de Acciones
Estúpidas, no de Personas Estúpidas.
Traducido a la gráfica de Cipolla, quiere
decir que nuestras acciones constantemente se mueven de uno a otro cuadrante,
dependiendo de situaciones externas e internas de cada quien. En esta figura muestro una situación más o menos ideal:
Esto es, que la mayor parte de las
veces tomemos acciones inteligentes, algunas veces andemos de bandidos, otras
pocas de incautos, y sólo muy pocas de estúpidos.
El bienestar emocional, el desahogo
económico, la ausencia o presencia de situaciones críticas, y muchas cosas más,
hacen que esas acciones caigan con mayor o menor frecuencia en cada cuadrante.
Así que aceptemos primeramente que no
somos inteligentes ni estúpidos ni bandidos por definición, sino que
tratamos de que la mayor parte de las veces nuestras acciones sean inteligentes.
Pero salirnos de ese cuadrante de cuando en cuando, es inevitable.
Modelo nuevo: Estupidez 2.0
Estos son los principios propuestos:
(1) La estupidez es mezcla de ignorancia y obstinación.(2) Una persona realiza acciones, que pueden ser estúpidas o no.(3) La cantidad de estupideces cometidas permanece constante (en individuos y en sociedades) mientras no cambien las circunstancias.
Los primeros dos ya los he explicado
arriba; el tercero vale la pena que lo veamos con más detenimiento.
¿Cómo sería, en este nuevo modelo, la
representación gráfica de las acciones que vimos arriba en los cuadrantes? Pues
de esta forma:
Hay un espectro continuo desde
acciones totalmente estúpidas hasta acciones brillantes y benéficas, y en
circunstancias ideales desearíamos estar así, por arriba de esa línea negra.
Entre más ignorante y obstinada sea
una persona o una sociedad en cierto momento, veríamos esa concentración de
puntos rojos (las acciones) bajar y acercase más a esa “línea crítica” que causa
desgracias constantes por continuas malas decisiones.
Pero no es sólo la ignorancia y la
obstinación: bajo estrés, también un individuo o una sociedad bajará su promedio
y veremos cosas así.
Los tres peligros
Tenemos entonces que los Tres
Peligros, o sea las cosas que nos hacen cometer estupideces, son la Ignorancia,
la Obstinación y el Estrés.
La primera es la más fácil de vencer:
la educación, formal e informal, está ahí para eso.
La segunda es mucho más difícil, pues
implica la capacidad de autocrítica y la apertura de mente para saber que constantemente
estamos mal informados o equivocados.
La tercera es la más peligrosa: el
estrés, la tristeza, el desconsuelo o el pánico
nos orillan a perder la presencia de ánimo que normalmente tenemos. Como
individuos nos puede llevar a decisiones aberrantes y temerarias; como
sociedad, a catástrofes de largo alcance.
Dejo aquí esta pequeña propuesta para
evaluarnos, no como genios o idiotas por definición, sino como obras en
constante progreso.
Atentamente,
Alguien que ha cometido todo tipo de
estupideces.
Me encantó, definitivamente sentí alivio al ver que soy normal, y lo que más me agradó, es darme cuenta que por ser una persona que no es obstinada, porque me gustan los cambios, resulta que es una cualidad!!.
ResponderEliminarGracias!!
Al ver cómo la sociedad comete errores que creíamos superados, a veces pienso que vivimos una Era de Estupidez.
ResponderEliminarSe me ocurre adecuar este modelo para atender la indisciplina en las escuelas.
ResponderEliminar