2020 será recordado tanto como el Año
de la Pandemia de Coronavirus, como el momento más grande de la Humanidad hasta
este punto de nuestra historia.
Básicamente, cayó el meteorito y no
estábamos preparados como sociedad global.
Ciertas regiones han podido controlar
el daño y otras no tan bien, por muchas razones: a algunas les ha favorecido su
geografía y demografía, su alejamiento del epicentro que les dio tiempo para
prepararse, o medidas que podían tomar en esa región pero que quizá no eran
reproducibles en otra por una miríada de razones.
Nuestra civilización moderna es
extraordinariamente compleja y con un nivel de interconexión nunca antes visto;
esto le da al mismo tiempo un altísimo potencial de cooperación, pero la hace
frágil como nunca a un reto global como el que estamos viendo.
En su popular libro Sapiens, Y.
N. Harari propone que fue la cooperación por arriba de cierto umbral numérico,
lo que hizo que finalmente pudiésemos hacer frente a retos que antes no podíamos,
y que fue lo que al final nos llevó a esto que llamamos civilización.
Pues bien, nunca en nuestra historia,
jamás, hemos estado ni siquiera cerca de ver cooperación en la dimensión
que estamos contemplando hoy mismo. ¿Las guerras mundiales? ¿La carrera
espacial? Ni con mucho:
En este momento, millones de mentes
brillantes en todo el planeta han dedicado meses a pensar y actuar y cooperar
con sus pares en todos lados, para afrontar un solo problema.
Una lista muy incompleta incluye
microbiólogos, epidemiólogos, virólogos, inmunólogos, médicos y enfermeras,
matemáticos, ingenieros de computación e inteligencia artificial, estadísticos,
especialistas en alimentos, científicos del medio ambiente, químicos, bioquímicos,
biólogos moleculares.
Y esos son sólo quienes están
relacionados con el estudio del problema directamente. Hay una lista mucho más larga
de especialistas en salud y política pública, divulgadores, expertos en
logística, economistas, ingenieros y un larguísimo etcétera de temas relacionados
para contribuir al manejo de este reto. Tenemos desde Bill Gates hablando de
vacunas hasta jóvenes ingenieros en Sudáfrica inventando formas de compensar
por la falta de válvulas de oxígeno en hospitales.
Pero no acaba ahí, hay otra lista más
larga aún de quienes muestran su solidaridad por medio de sus empresas, organizaciones
contribuciones y más, para hacer llegar recursos monetarios, insumos médicos o
víveres a donde se requieran, para paliar los daños colaterales que causa la
crisis de salud. Desde el Banco Interamericano de Desarrollo haciendo propuestas
de apoyo a PyMEs en la región, hasta organizaciones vecinales llevando comida al
personal médico que tiene que dormir en los hospitales.
Cooperación humana a una escala nunca
vista.
Desafortunadamente, en medio de esta
cooperación global sin precedente pero aún imperfecta, vemos también que los
infaltables nacionalismos se aprovechan del miedo para rescatar ese viejo “ellos
contra nosotros” que no podemos terminar de quitarnos de encima.
Momento para la reflexión:
Por un lado, estamos viendo una
tragedia de dimensiones globales, pero por el otro estamos viendo un atisbo de
todo nuestro potencial cuando colaboramos también de forma global. Escojamos esto
en lugar del miedo al otro, porque ese ya lo conocemos desde siempre y no nos
ha llevado a nada bueno.
El meteorito cayó. Pues bien, estamos
juntos en esto. Este punto azul pálido, como lo llamó Carl Sagan, es nuestro
hogar y no tenemos otro. Sigamos tendiendo la mano.
Todavía hay en la humanidad luciérnagas de amor. Gracias por tu reflexión. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente enfoque en el ámbito de Sapiens, lo que confirma deducción de Harari,y además la concepción manipuladora del miedo al otro, sobre la mente de los integrantes de las tribus (Naciones) para reforzar su posicion de poder, que están ejecutando algunos lideres obsesivos.
ResponderEliminarHan implantado un gran miedo en la sociedad, es estresa enferma, hemos observado actos solidarios, pero se ha incrementado la violencia y el vandalismo. estemos a tiempo para reflexionar la importancia de la familia, de ser una sociedad más funcional, más solidaria, que no es necesario vivir con prisas y que la única casa que tenemos es este planeta
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