Ante una crítica reciente acerca de su gestión, el presidente de México publicó en su cuenta de Twitter:
“Él y los seguidores del conservadurismo ramplón deberían saber que una encuesta de hoy me coloca en segundo lugar entre 21 presidentes del mundo”
Nada nuevo. Su principal (o única) preocupación ha sido, es y será siempre la popularidad, no los problemas que deben enfrentarse.
Lo interesante es esto: la encuesta a la que hace alusión se lleva a cabo por una entidad llamada Morning Consult, con metodologías y muestras más bien limitadas. Pero eso es lo de menos; dejando eso de lado, fijémonos en eso de “segundo lugar”.
¿Quién es el primero?
Pues Narendra Modi, el ultranacionalista de la India.
Modi es un personaje que a diferencia de Biden, Macron o Putin, no es conocido en México, y esto no es bueno porque es un modelo perfecto que se puede estudiar para evaluar nuestra propia realidad.
Copio aquí varios extractos de un interesante artículo de 2019 acerca de Modi, cuando acababa de ganar su segundo término presidencial y se podía ver perfectamente su estilo y sus prioridades. Vea mi lector si de algo le suena todo esto:
5 claves que explican por qué India reeligió al ultranacionalista hindú
...un primer mandato que fue una mezcla de éxitos y tropiezos en medio de las preocupaciones sobre el creciente nacionalismo hindú, la desaceleración de la economía y la violencia contra la minoría musulmana.
Durante esos años promovió algunas políticas de bien público que fueron muy elogiadas, como el suministro de gas de cocina barato para los menos pudientes, un impuesto nacional sobre bienes y servicios, un plan de seguro de salud para los pobres y una nueva ley de quiebras e insolvencia.
... llegó al poder por primera vez en 2014 con la promesa de crear empleos para millones de indios cinco años después, la tasa de desempleo es tan alta que el Ministerio de Trabajo ya no proporciona estadísticas.
Mientras, se ha reportado una notable caída a los subsidios de empleo, asignaciones para comedores escolares, planes de acceso al agua potable también han generado controversias y las producciones agrícolas e industrial también se han desplomado.
1. Liderazgo:
Modi hizo de sí mismo un tema para estas elecciones.
Aunque la economía fue a peor, la tasa de desempleo subió a cifras récord y las producciones agrícolas e industrial también se han desplomado, muchos indios no lo ven como el responsable.
El primer ministro ha afirmado repetidamente que necesita más de cinco años para deshacer más de "60 años de mala gestión".
...muchos indios parecen creer que Modi es una especie de mesías que resolverá todos sus problemas.
Una encuesta realizada por el Centro para el Estudio de Sociedades en Desarrollo (CSDS), un grupo de expertos con sede en Delhi, indicó que un tercio de los votantes del BJP afirmó que hubieran votado por otro partido si Modi no fuera el candidato.
"Esto da cuenta de cómo este voto fue para Modi, más que para el BJP. Esta elección fue, principalmente, sobre su liderazgo"
2. Un cóctel de asistencia social y promesas de desarrollo
...una combinación de retórica nacionalista, una sutil polarización religiosa y una gran cantidad de programas de asistencia social ayudó a Modi a lograr una segunda victoria consecutiva.
En una campaña muy dividida, Modi fusionó sin esfuerzo el nacionalismo y el desarrollo.
Creó pares binarios: los nacionalistas (sus partidarios) contra los antinacionales (sus rivales políticos y críticos); el vigilante (el propio Modi, que protege al país en "tierra, aire y espacio exterior") frente al corrupto (una objeción obvia en el principal partido opositor del Congreso).
3. El nacionalismo
El estridente nacionalismo de Modi como el principal planificador de la campaña parece haber invalidado los problemas económicos más apremiantes que enfrentan los votantes.
4. El anhelo de un "hombre fuerte"
Modi es un "hombre fuerte" y la gente posiblemente lo ama por eso.
Un informe de 2017 del CSDS mostró que los encuestados que apoyaban la democracia en India habían bajado del 70% al 63% entre 2005 y 2017.
Un informe de Pew en 2017 encontró que el 55% de los encuestados respaldaba un "sistema de gobierno en el que un líder fuerte pueda tomar decisiones sin injerencia del Parlamento o de los tribunales".
Desde ese entonces a la fecha, Modi ha continuado polarizando a la sociedad india a paso vertiginoso. Un artículo de ayer (El imparable ascenso del nacionalismo hindú, en la revista Foreign Affairs), dice que “Modi ha hallado una manera de consolidar el poder: polarizando a la población en líneas religiosas, lo que es una fórmula muy confiable para mantener su coalición independientemente de las condiciones económicas.” Basta cambiar la palabra “religioso” por “ideológico” para hacer la conversión.
Además, Modi ha presidido sobre una de las peores respuestas del mundo a la pandemia de Covid. Un dato interesante es que, en número de “huérfanos Covid” —o sea niños que han perdido por lo menos a un padre o tutor debido a la pandemia— México también es el segundo y la India también es el primero del mundo.
Para ver otro ejemplo, le recomiendo Cómo se hace un dictador, con otro personaje poco conocido pero muy identificable en su proceder.
Hay una costumbre mexicana de creerse o lo mejor o lo peor, "solo en México". Gracias por ayudarnos a ver más allá.
ResponderEliminarDe miedo lo que pasa en nuestro país, lo peor es que la gente está muy fanatizada.
ResponderEliminarQue interesante, ahora entiendo los mensajes y comentarios de parientes de mi esposo, que vien en India o vivieron ahí, ahora entiendo sus posturas y me has dado armas para entablar dialogo a la par, saludos
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