La prestigiosa revista Scientific American (Innovación y Ciencia en español) ha publicado un fuerte artículo en el que afirma que en EEUU en los cuatro años de 2016 a 2020, la administración republicana ha dañado mucho a la ciencia, cuestionándola y atacando su legitimidad por motivos políticos. Esta manipulación política ha socavado la integridad de la práctica científica, y sugieren 10 acciones que la administración entrante debería de tomar para salvaguardarla en el futuro.
El artículo vale la pena leerse completo, pero aquí la lista de las 10 acciones, en resumen:
1. Prohibir claramente cualquier interferencia o censura política a la ciencia.
2. Proteger los derechos de comunicación de los científicos de modo que puedan hablar libremente con los medios de su elección.
3. Reconocer que los intentos de censurar la ciencia, aún aunque no sean exitosos, son violaciones a su integridad.
4. Proteger el derecho de científicos de agencias federales, de aportar libremente información al Congreso y otras instancias de gobierno.
5. Comprometerse a incluir las mejores prácticas e información científica en los procesos de decisión de las agencias federales.
6. Elevar la protección de la integridad científica al rango de ley, de modo que las propuestas y decisiones puedan defenderse y discutirse exclusivamente por sus méritos científicos.
7. Publicar las violaciones a la integridad científica en las agencias de gobierno, así como sus resoluciones.
8. Crear un equipo inter-institucional para crear, revisar e implementar códigos de protección a la integridad científica.
9. Reforzar las protecciones a quienes exponen violaciones a la integridad en las agencias de gobierno.
10. Asegurar que las políticas incluyen a todos los actores que están involucrados con decisiones técnicas y científicas.
El artículo agrega una frase demoledora de Rick Bright, científico del Departamento de Salud que en mayo estaba a cargo del seguimiento al desarrollo de vacunas. Tras exponer que había fallas graves en esa y otras agencias, fue atacado y al final renunció en octubre. Dice Bright:
Los científicos y el staff estaban listos, tenían experiencia, sabían sus roles, sabían el plan y estaban preparados para ejecutarlo. Se pusieron el uniforme para responder a la emergencia… y se encontraron que no había a dónde ir.
Termina el artículo: “para asegurar que los científicos puedan protegernos en la siguiente crisis, debemos asegurarnos de que sus voces sean escuchadas y estén a salvo de ataques políticos.”
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