Agradezco la invaluable ayuda que recibí para
la elaboración de este texto, por parte del Dr. Ignacio López-Goñi, de la Universidad de Navarra (@microBIOblog), la Dra. Sandra López-León de Rutgers
University (@sandralopezleon), y el Dr. Óscar H.
Franco de la Universidad de Bern (@OscarH_Franco).
Una visión desde el origen
Una visión desde el origen
China y otros países en Asia y Europa
entraron y salieron de la epidemia de Covid-19 en periodos de 8 a 10 semanas, y
aún así sus economías fueron duramente golpeadas. En otras ocasiones he
descrito este proceso
de entrada y salida a la crisis, en el caso de China que es donde lo observé
de primera mano.
México tiene 16 semanas en el proceso,
y aún no llega a la mitad (lo más alto) de la curva epidémica: esto es
totalmente insostenible económica y anímicamente. Tenemos que pensar qué hacer
como alternativa.
Repito como lo he hecho mil veces, que
no soy epidemiólogo ni experto en políticas públicas ni, en general, en nada de
lo que se necesita para afrontar con conocimiento esta crisis. Soy simplemente
alguien que ha estado observando con cierto detalle lo que ha pasado en varios
lugares, y que experimentó el desarrollo en su primer epicentro. Con esta
precaria base, me atrevo a sugerir algunas cosas que parecen haber sido
cruciales en varios países, y también algunas ideas que se han puesto sobre la mesa:
Reducción de Daños
Primero que nada, el concepto de
“Reducción de Daños” o riesgo controlado, es una idea que es útil tener. Se usa
mucho en el manejo de adicciones: por ejemplo, se sabe que la gente que consume
heroína tiene alto contagio de HIV por compartir agujas. De modo que se
establecen centros de “consumo seguro” en donde los adictos pueden ir y usar
siempre agujas nuevas, bajo supervisión. Este concepto puede parecer muy
alejado de lo que nos ocupa ahora mismo, pero de lo que se trata es de reducir
al mínimo posible el daño a sufrir, en comparación con la catástrofe que
significa no tomar medidas.
En medicina, se usa mucho el concepto
general de “Riesgo-Beneficio”: por ejemplo, al considerar la receta de un
medicamento cuando no se está seguro de si va a servir. Si el daño potencial es mayor que el
beneficio potencial, el medicamento no se receta.
De la misma forma, las siguientes cinco propuestas tienen todas un mayor beneficio potencial que la alternativa de no hacerlas, por lo
que no deberían ser demasiado controvertidas.
1. Cubrebocas
Me parece que el cubrebocas
obligatorio no es una idea controvertida. Por lo menos desde 1918 tenemos
artículos científicos en donde se muestra que controlar la dispersión de
partículas de saliva es fundamental para atajar infecciones. A diario tenemos más estudios que nos dicen de la eficiencia de su uso y de la
cantidad de contagios y muertes que se pueden evitar. Sabiendo esto:
Cuando estuve en cuarentena aquí en
China, repetí varias veces que no era una cosa carcelaria: la gente salíamos a
las compras, a pasear por los jardines y las calles, y hasta a echar chismes con los
vecinos. Claro, siempre con distancia y con cubrebocas. Después de 7 semanas
estábamos muchos de vuelta al trabajo y el cubrebocas se seguía usando en todos
lados, además de pruebas de temperatura y “códigos verdes” que rastreaban por
GPS para saber si estábamos en proximidad de áreas de peligro.
A cuatro meses de haber salido, las
últimas dos medidas se siguen tomando en ciertos edificios públicos o al
viajar, pero básicamente la vida es normal. Sin embargo el cubrebocas se sigue
usando al entrar a tiendas, edificios, elevadores, transporte, o al estar en
proximidad de desconocidos.
2. Las “3 Cosas a Evitar” de Japón
Japón hizo algo que raya en lo
milagroso, dado el mal manejo que le dio a sus casos a principios de febrero.
No sabemos aún toda la combinación de factores que contribuyeron a que
controlaran la epidemia tan bien, pero desde luego, además de los cubrebocas,
su campaña de “Tres Cosas a Evitar” fue fundamental. Y es sencillísima; hay que evitar
en la medida de lo posible:
- Lugares CERRADOS y mal ventilados- Lugares CONCURRIDOS- Situaciones de CONTACTOS cercanos
Esta estrategia se llamó “3 C’s” (por Closed,
Crowded, Close contact) y que se tradujo al español como “evitar
lo CERRADO, CONCURRIDO y CERCANO.” Países como Colombia y
Panamá, e incluso los medios en español, de Florida, le han dado bastante
publicidad a este slogan, y en México debería de publicitarse mucho más.
¿Por qué funciona esta estrategia? Por
el concepto de disminución de carga viral.
En pocas palabras, si estás expuesto a
100 virus durante unos minutos, es probable que tu cuerpo pueda lidiar con
ellos; pero si estás expuesto a millones de ellos, por horas, lo más probable
es que tus defensas sean rebasadas y te enfermes gravemente. Esta es la razón por
la que los médicos son la población de más alto riesgo. De modo que minimizando
nuestra exposición a altas cargas virales, evitando las “3 C’s”, bajamos
muchísimo el riesgo.
Esto vale también para el manejo en
hospitales: en la Conferencia que organizamos en abril con médicos chinos, “Prevención y Control de Covid-19”, hicieron mucho énfasis en la importancia de
mantener distancias adecuadas en las diversas áreas de los hospitales: en la
recepción de pacientes, en las zonas de tráfico, y en las habitaciones de
terapia, siempre con la idea de reducir las cargas virales.
3. Burbujas Sociales y Geográficas
Las Burbujas Sociales es un
tema que se lleva discutiendo ya un par de meses, y se refiere a mantener círculos
exclusivos de personas con las que nos relacionamos íntimamente, y sin
cubrebocas. Esto pasa ya desde hace buen rato en China: como menciono, los
cubrebocas los usamos ante desconocidos y en situaciones de proximidad, pero
con la gente de la oficina con la que convivimos diario, no lo hacemos. Esto no
es fácil y puede ser más controvertido que los otros puntos, pero vale la pena
considerarlo.
Las Burbujas Geográficas es una
de las estrategias más importantes para minimizar la dispersión y se usó desde
el primer momento en China y otros países asiáticos: prohibir los
desplazamientos entre provincias e incluso entre ciudades. Una vez que en China
se dieron cuenta de la correlación directa entre los viajes de wuhaneses y la
cantidad de casos que se observaban en otras provincias, prácticamente se
detuvo toda la movilidad entre regiones. Esto ayudó muchísimo aislando el foco
primario (Hubei) y además permitiendo que, estando las demás provincias casi
libres de infección, pudieran usar recursos materiales y humanos para ayudar al
epicentro.
4. Cuarentena Alternante y Medidas
Dinámicas
Un modelo teórico publicado a finales
de abril, sugiere un modelo de “cuarentena
alternante” en la que la mitad de la
gente sale por una semana, mientras la otra se mantiene con baja movilidad,
para luego cambiar posiciones la siguiente semana. La modelación sugiere que
este tipo de acción hace que la dispersión baje de manera muy significativa
respecto a otras opciones, y de hecho fue sugerida precisamente ante el
imperativo de minimizar el impacto económico.
De forma menos teórica, hay modelos prácticos
que se han propuesto para el desconfinamiento en fases, y sobre todo de manera flexible.
Esto significa que las políticas se pueden implementar dependiendo de
situaciones locales, y se pueden modificar o limitar rápidamente, dependiendo
de los resultados. Aquí podemos ver el concepto de Medidas Dinámicas explicado por el Dr. Óscar Franco; y aquí hay otro
excelente artículo detallando la misma idea de Desconfinamiento
Secuencial, del Dr. Ignacio López-Goñi.
5. Rastreo en siguientes olas
Las cuatro recomendaciones anteriores
pueden implementarse con concientización de la sociedad civil, empresas,
instituciones y gobiernos locales. Pero hay más: es seguro que vamos a tener
segundas y terceras olas de la infección, y después de la primera crisis
necesariamente tenemos que estar mejor preparados. Los gobiernos locales y nacionales
necesitan tener una estrategia robusta de RASTREO, así como una mejor preparación
de insumos. En este
artículo se explica al detalle.
No me atrevo a hacer más sugerencias
que estas cinco. Sé que hay muchísimas cosas que no se abarcan aquí, como las
escuelas, la emergencia en hospitales y los restaurantes. Respecto a éstos
puedo tan sólo referir la experiencia china, que fue:
- Una rápida migración a clases online, un escaneo exhaustivo de los movimientos de las familias al regresar a sus ciudades (en el caso de primarias y secundarias), y un aislamiento de estudiantes en sus escuelas por 30 días (preparatorias y universidad).- Tomar gimnasios, hoteles y otros lugares que estaban desocupados, y adaptarlos como lugares para aislar a todos los casos leves, de modo que no regresaran a sus casas a contagiar.- Muchos restaurantes nunca se cerraron, y se dedicaron a hacer sólo comida para llevar. Esto les permitió abrir rápido y además fue de beneficio para los servicios de entrega a domicilio.
Es poco, pero por este
medio quiero invitar a los expertos de verdad a que analicen estas cuantas
sugerencias y ponderen su viabilidad, y sobre todo hago un llamado a hacer un frente común para
poder realizar una reapertura que sea sobre todo segura.