Confucio, Buda, Lao Tse |
Taoísmo, Confucianismo y Budismo (en ese orden cronológico) son las tres
corrientes de pensamiento que informan la filosofía china. Son tres formas particulares
de ver el mundo pero no son excluyentes, sino que a lo largo del tiempo se han
ido compenetrando entre sí para crear la ‘filosofía china’ y a muy grandes
rasgos, lo que las diferencia es el énfasis que ponen en el mundo a su
alrededor. A continuación tres descripciones brevísimas de cada una:
El Taoísmo es filosófico, aunque luego derivó en práctica religiosa,
fusionándose con muchos aspectos del folclor tradicional chino. Es una forma de
entender el mundo como ciclos y fuerzas en constante flujo, y de este entendimiento
y de ponerse en armonía con dicho flujo es de donde nace la sabiduría.
El Confucianismo es estrictamente una ética social, aunque se combinó
también con las prácticas antiguas de culto a los ancestros. Ve el mundo
primordialmente humano, y ve en la armonía social el bien más alto. La
sabiduría nace de la aplicación óptima de la educación, los valores y la
etiqueta para mantener esa armonía humana.
El Budismo se originó en la India pero fue en China donde realmente tomó
fuerza y se dispersó a Asia. Ve el mundo como impermanencia, y al apego a las
cosas como ilusión que por definición causa sufrimiento. La sabiduría nace de
darse cuenta de esas ilusiones y despegarse de ellas.
De modo que entre estas tres corrientes vemos el entendimiento del
universo, del hombre en su sociedad, y de su liberación espiritual. Desde luego
que a lo largo de la historia ha habido muchas discusiones álgidas entre ellas,
particularmente entre taoísmo y confucianismo, que abocan diferentes maneras de
conducta social y de gobierno (son ‘liberales’ contra ‘conservadores’, más o
menos). Pero sus filosofías esenciales en efecto se han hecho una sola cosa, y
también a lo largo de la historia se ha representado este tema en la literatura
y en el arte. Aquí dos ejemplos.
LITERATURA
El ‘Tsai Gen Tan’ (“Cultivando
las Raíces de la Sabiduría”) del autor de la Dinastía Ming, Hong Yinming, toma
preceptos de las tres corrientes y sutilmente los presenta de forma que se
interpenetran unos con otros, aunque conservando las características de cada
uno:
El escuchar con frecuencia palabras que no deseamos
escuchar
y el provocar a la mente con frecuencia con cosas que la molestan
acercan nuestra conducta a la virtud, así como una piedra afila un cuchillo.
y el provocar a la mente con frecuencia con cosas que la molestan
acercan nuestra conducta a la virtud, así como una piedra afila un cuchillo.
*
El hombre virtuoso considera la simplicidad mejor que
la astucia,
y ve que el deshacerse de sus ligaduras es mejor que volverse hábil atando nudos.
y ve que el deshacerse de sus ligaduras es mejor que volverse hábil atando nudos.
*
Si puedes comprender la esencia que hay en las cosas
es como si entrases en la contemplación eterna
de los Cinco Lagos y de la Luna Envuelta en Bruma.
Si puedes desvelar aquello que mueve las cosas frente a tus ojos
es como si te unieras y compartieras la virtud
de los héroes de mil años en el pasado.
es como si entrases en la contemplación eterna
de los Cinco Lagos y de la Luna Envuelta en Bruma.
Si puedes desvelar aquello que mueve las cosas frente a tus ojos
es como si te unieras y compartieras la virtud
de los héroes de mil años en el pasado.
Esos tres pasajes son respectivamente Confucianismo, Taoísmo y Budismo. En el primero, podemos ver el tema clásico del confucianismo: el cultivo del carácter. En el segundo está expresada la simplicidad que aboca el taoísmo, y el contraste que hace entre ella y los enredos en los que se mete la mente en la sociedad. Finalmente, el tercer consejo muestra un par de imágenes paradisiacas y de "quitar el velo de los ojos", una actitud típicamente budista.
PINTURA
También por las épocas de la Dinastía Ming (s. XVI-XVII) se hizo famoso
el tipo de pintura que pongo ahí arriba y del que aquí doy otro ejemplo:
Estas pinturas de “Tres Sabios Probando el Vinagre” muestran a los tres fundadores
de estas corrientes, tomando un sorbo de un tonel de vinagre. Hay dos
interpretaciones de esta alegoría:
En la interpretación “inclusiva”, que es más común en Japón, la imagen
quiere decir que las tres filosofías son una, y que todas abrevan de una misma
fuente de Verdad, aunque interpretada de formas diferentes según el énfasis en
lo natural, lo social o lo espiritual.
En la interpretación Taoísta, que es la más conocida, cada maestro toma
el sorbo de vinagre y se pronuncia sobre él:
- Confucio dice “es agrio”, mostrando su practicidad pero también haciendo
una alusión sutil a la necesidad (o el potencial) de la mejora, a través de
algún proceso.
- Buda dice “es amargo”, indicando la visión budista del mundo como un
lugar de desventura causado por las ilusiones del hombre.
- Lao Tse dice “¡buen vinagre!”, indicando su convicción de que cada
cosa debe verse en su contexto y sin tratar de forzar opiniones que son
proyecciones arbitrarias. En algunas versiones modernas de esta historia hacen
decir a Lao Tse “es dulce”, para tratar de indicar la visión de que todo está
en su lugar y ‘es dulce’ o ‘adecuado’ el entenderlo; pero sin embargo esta
respuesta no va con el espíritu del original y tiende a malentenderse como un
optimismo mal enfocado.
De modo que ahí tenemos a los tres maestros sabios. ¿Bebemos con ellos?
VIDEO DEL DÍA
La serie ‘Up’ es uno de los documentales más sorprendentes jamás hechos,
producido por la cadena Granada TV y dirigido por Michael Apted, que ha
dirigido cosas desde James Bond (The World Is Not Enough) hasta dramas como La Hija del Minero. El documental empezó en 1964 y sigue la vida de 14 niños
ingleses en sus vidas. Esto no tendría mucho de particular, sino por el hecho
de que cada 7 años, el director los busca a todos y reanuda la historia, en la
que podemos ver ya más de 50 años seguidos en la vida de todas estas personas,
y cómo las circunstancias los han llevado por toda clase de situaciones. En 2012 se
presentó 56 Up:
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