Tao Yuanming fue un poeta y erudito que vivió durante la Dinastía Jin (265-420) y es considerado uno de los literatos más influyentes de la historia china, convirtiéndose con su propio ejemplo en la imagen del “poeta recluso”: aquél que abandona la vida oficial para volver a la simplicidad del campo. En el caso de muchos poetas, esto era tan sólo una celebración de esa romántica imagen, pero Tao Yuanming lo llevó a la práctica en realidad.
A los 12 años había quedado huérfano, pero había comenzado ya su educación formal, en la que destacó desde muy joven. Sin embargo, aunque con grandes deseos de dejar su marca en la administración, tuvo la desgracia de vivir en una época turbulenta y marcada por la corrupción, donde era difícil que los hombres talentosos como él fueran reconocidos. De modo que no fue sino hasta los 29 años que finalmente le fue asignado un puesto menor.
Cuando finalmente se desempeñó como oficial, pese a todos sus esfuerzos de trabajar con honradez, se desilusionó de lo que vio en el desempeño diario de su cargo. Durante 11 años trabajó con ahínco en puestos civiles y militares, pero siguió siendo desairado para ocupar los puestos de mayor responsabilidad que merecía, y tan sólo ganaba cinco barriles de arroz al año.
Un día, recibió una carta de sus superiores, avisándole que un cierto inspector provincial iría a visitar pronto su distrito, y que tendría que atenderlo. El viejo mayordomo oficial del magisterio vio también la carta y le dijo a Tao que deberían empezar a preparar ciertos “regalos” —el eufemismo para referirse a los sobornos— que debían dar al oficial visitante. Para Tao, este fue lo último que estaba dispuesto a soportar. Enojado, dijo: “¿Por cinco barriles de arroz un hombre debe vender su dignidad?” Con esto, desabrochó su cinturón de oficial y regresó al campo, donde permaneció escribiendo hasta el fin de sus días.
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