lunes, 22 de enero de 2024

Al pan, pan y al genocidio, genocidio

¿Qué conversación puede haber entre una espada y tu cuello?

-- Ghassan Kanafani (1936-1972)

 

Aquí está la condena a Hamas, para quien la quiera ver. El ataque del 7 de octubre es un crimen de lesa humanidad y eso no es debatible.

Ahora, al tema del genocidio, que sí está a debate:

Los expertos en este tema han dicho una y otra vez que normalmente lo más difícil de probar en un caso de genocidio es la intención: en la guerra muere mucha gente y es  bastante complicado probar que había una intención de genocidio claramente distinguible. Sin embargo también han dicho que en este caso en particular, la intención es muy clara y  la principal razón es porque ha sido expresada de manera muy explícita docenas de veces, por funcionarios del gobierno de Israel, de todos los niveles desde el primer ministro hacia abajo.

El Ministro de Defensa Yoav Gallant dijo el 8 de octubre que Gaza estaría “bajo completo asedio” (total siege) y que se cortaría la entrada de alimentos, agua, medicina y electricidad. Esa sola declaración ya es más que clara, se refiere a toda la población civil y desde entonces las palabras de altos funcionarios (“Gaza debe ser quemada hasta sus cimientos... arrasada... convertida en un estacionamiento”, etc.)  y las acciones del ejército de Israel las han refrendado literalmente cientos de veces.

Para el 2 de noviembre Craig Mokhiber, un alto funcionario de la ONU encargado de la Oficina de Derechos Humanos en la ciudad de Nueva York, renunció horrorizado por lo que estaba sucediendo y llamó genocidio a las acciones realizadas, así con todas sus letras.

Cientos y miles de personas se han manifestado y protestado en todo el mundo ante las atrocidades que vemos diariamente, con las carnicerías diarias y la destrucción sistemática de infraestructura: plantas desalinizadoras, escuelas y universidades, hospitales, complejos residenciales, mezquitas e iglesias, cementerios. Y recientemente, Sudáfrica presentó un formalmente en La Haya, un caso contra Israel por acciones constitutivas de genocidio. El caso se encuentra en juicio y otros países se han sumado a la moción. La defensa ha sido simplemente negar todo, y en redes sociales, acusar a toda crítica de ser antisemita.

 

Así que escuchemos lo que tienen que decir voces en primer lugar judías, y en segundo lugar expertas en el tema:

Para empezar, el horrible tratamiento de los Territorios Ocupados, porque eso son y así se les llama, tiene décadas y ha sido ampliamente documentado. En 2009 Richard Goldstone, sudafricano de ascendencia judía, entregó el famoso Goldstone Report, en donde subraya la política israelí de “castigar, humillar y aterrorizar a toda la población civil palestina.”

En 2004 un grupo de ex-soldados israelíes fundaron Breaking the Silence, una organización que ayuda a veteranos y que denuncia tanto las atrocidades de Hamas, como las políticas criminales de las que fueron testigos directos, por ejemplo mencionando que las órdenes que recibían de “matar todo lo que se mueva y atacar cada casa”, y hablando de la forma en que acosaban a la población civil.

En la sociedad israelí ha habido por décadas gente que se ha manifestado contra la política de ocupación y en el mismo Knesset (la cámara legislativa) se han dado muchos discursos muy encendidos al respecto. Hay que recordar también que desde antes de la presente guerra, el público tenía 10 meses de estar protestando contra las reformas judiciales que si bien no estaban directamente relacionadas con la ocupación, pretendían quitar contrapesos al gobierno para no dar cuentas de sus decisiones. Las protestas han continuado en contra de la guerra en específico: desde el 17 de octubre se han inconformado con el manejo de la crisis, y el 3 de noviembre protestaron directamente frente a la casa de Netanyahu. Las protestas se intensificaron después de que las fuerzas israelíes por error mataron a tres rehenes judíos que buscaban huir, y desde el 11 de enero se han visto más jóvenes rehusando entrar al servicio militar como objetores de conciencia. En otros países muchos estudiantes y comunidades judías también se han organizado para protestar de diversas formas.

 

Continuemos con los expertos judíos e israelíes hablando directamente del conflicto:

El 15 de octubre un grupo de 800 expertos en asuntos legales firmaron una declaración pública alertando del potencial de atestiguar un genocidio. No fue una acusación sino una alarma.

El Prof. Raz Segal, experto en estudios sobre el Holocausto y director de la cátedra de Estudios sobre Genocidio de la Universidad de Stockton, dijo en noviembre 21 que “el caso de Gaza es un ejemplo de genocidio, de libro de texto” y el 9 de diciembre lideró a 55 expertos en genocidio de varios países, que firmaron otra declaración condenando los ataques.

El Prof. Omer Bartov, catedrático de Estudios sobre el Holocausto y la Historia del Genocidio, en Brown University, aseguró que en Gaza “existe una clara intención de limpieza étnica” y fue firmante de la declaración llamada El Elefante en el Cuarto: los Asentamientos Ilegales, un tema que el gobierno israelí ha rechazado discutir por décadas. En este artículo hace un agudo análisis histórico y geopolítico del conflicto y conmina al gobierno de Israel a terminar con su opresiva política de ocupación.

El Prof. Norman Finkelstein , especialista en políticas del Holocausto y el conflicto palestino-israelí, ha sido por décadas un muy vocal opositor de las políticas de Israel y en estos meses ha dado muchas entrevistas hablando de “la diferencia entre la razón por la que vas a la guerra y la forma en que te conduces en ella”,  “el derecho de resistir una ocupación”, y sobre todo los dobles raseros y la propaganda que se usa para justificarla.

El Prof. Yagil Levy, de la Open University en Israel, critica la salvaje estrategia diciendo que “la extensa matanza de civiles no sólo no contribuye en nada a la seguridad de Israel, sino que la socava... los gazatíes saliendo de las ruinas de sus hogares y sin familia querrán venganza.

El Prof. Bernie Steinberg, director de Harvard Hillel (el Centro de Estudios Judíos de la universidad), se manifestó contra la propaganda, diciendo que “se debe dejar de usar el antisemitismo como un arma”, y que se siente “alarmado por la táctica macartista de manufacturar un pánico antisemita, que convierte el muy real problema de la seguridad de los judíos, en un peón de un cínico juego político cuyo objetivo es proteger las impopulares políticas de Israel contra Palestina.”

El Prof. Avi Shlaim, historiador británico-israelí, ha criticado por años la “política de conflicto” de Netanyahu y respecto a Gaza ha dicho que la respuesta de Israel al ataque de Hamas “no puede ser descrita como una medida de autodefensa: observemos la dimensión de las muertes, eso no es autodefensa, eso es una matanza de civiles en escala industrial.”

El polémico Noam Chomsky puede ser acusado de muchas cosas pero no de ignorante, y también ha hablado por décadas de las políticas de Israel contra Palestina, y de la triste razón por la que ésta no tiene apoyo: simplemente porque es pobre.

Gideon Levy, periodista israelí que tiene 40 años reportando en la zona, dice que “no existe un conflicto palestino-israelí, tan sólo existe una ocupación brutal”. En el pasado ha criticado muy duramente las falacias y dobles raseros que se usan para racionalizar la violencia, y durante la presente violencia ha manifestado su repudio y también la ha calificado de genocidio.

Raphael Cohen, periodista judío-estadounidense, habla de “la inútil estrategia de Israel en Gaza”, que no generará sino más sentimientos de venganza. También dice que la única forma de romper el ciclo de violencia es permitir la prosperidad de los palestinos, a lo que necesariamente tiene que contribuir Israel. Su colega Gershon Baskin apoya este punto y llama a esa estrategia ideal “la paz sin alternativa” (The Peace of No Choice). 

Rachel Shabi, periodista británico-israelí, comentó que “hemos visto décadas de atrocidades en la región que han sucedido con la luz verde de la comunidad internacional y que de todas formas no han hecho a Israel más seguro” y que “el derecho de un pueblo a la autodefensa no puede venir de negarle a otro pueblo sus derechos más básicos.”

Gabor Maté, cuyos abuelos fueron asesinados en Auschwitz, habla de la “población traumatizada por décadas” en Gaza y Cisjordania, y opina que Netanyahu es “una de las mentes más oscuras actualmente en el escenario mundial.”

Finalmente Ami Ayalon, político israelí y ex director de la Agencia de Seguridad de Israel (Shin Bet), ha sido también extremadamente crítico de la situación. En noviembre dijo que “el problema de octubre 7 emergió del paradigma políticas de Israel y de Biden” que hace eco del comentario de “conflicto eterno” ya mencionado. Sin embargo sus comentarios más agudos los expresa en una entrevista reciente (enero 14) en The Guardian:

“Los israelíes tendremos seguridad sólo cuando los palestinos tengan esperanza, ésta es la ecuación. En lenguaje militar: no puedes disuadir a alguien de hacer algo, si él piensa que no tiene nada qué perder...

“Me molesta que no estemos discutiendo qué se hará el día después de terminar la guerra, porque sé lo que pasa con guerras sin un objetivo político: la guerra se convierte en el objetivo.”

“No puedes destruir una ideología con fuerza militar, de hecho si lo intentas es probable que se arraigue aún más.”

“El odio no es una estrategia ni es una política.

“Cuando tantos judíos fueron asesinados en Europa, una pequeña minoría creó un sueño y les tomó 50 años realizarlo. No debemos subestimar el poder de la esperanza y de los sueños de una pequeña minoría.”

 

 

lunes, 15 de enero de 2024

Las tres formas de servir a la patria

 

El filósofo estadounidense Henry David Thoreau (1817-1862) publicó en 1849 su ensayo Resistencia ante un gobierno civil (Resistance to Civil Government), más conocido como “El Deber de la Desobediencia Civil”.

De ese maravilloso ensayo comparto este extracto que es tan perfecto en su concisión y claridad que no necesita mayor comentario:

 

"Siempre hay quienes se preguntan ¿de qué se trata todo esto? Para esos que necesitan preguntar, que necesitan que se expongan claramente los puntos, que necesitan saber “de qué va la cosa”, sepan esto:

"La mayor parte de la masa de los hombres sirven al Estado, en esencia no como hombres, sino como máquinas: con sus cuerpos. Ellos son el ejército y la milicia, los carceleros, los alguaciles y los guardias, etcétera. En la mayoría de los casos no hay libre ejercicio alguno de juicio ni de sentido moral, sino que ellos mismos se ponen al nivel de la madera, la tierra y las piedras; y tal vez un  día  puedan fabricarse hombres de madera que sirvan para los mismos propósitos.

"Tales hombres no imponen más respeto que un hombre de paja o un montón de tierra, tienen el mismo valor que caballos y perros, mas sin embargo son comúnmente considerados buenos ciudadanos. Otros, como los legisladores y políticos, los abogados, ministros y funcionarios sirven al Estado en esencia con la cabeza y, como rara vez hacen distinciones morales, es muy probable que aún sin proponérselo sirvan al Diablo tan fácilmente como a Dios. Unos pocos, héroes y patriotas, mártires y reformadores, sirven al Estado también con sus conciencias: por eso necesariamente se le oponen a veces, y con frecuencia son tratados como enemigos."